Empieza la cuenta atrás para la llegada de los marchistas a La Paz

La marcha llegará entre el lunes o martes de la próxima semana. La decisión de postergar la llegada a La Paz para después de las justas electorales de este domingo, a finde no ser acusados de intentar sabotear a los comicios, implica permanecer más noches en la gélida intemperie y a merced de La Cumbre.

image Los indígenas caminan en el trayecto entre Yolosa y Sacramento en la ruta hacia La Paz, ayer. Foto EFE.

    Por OMARI ECCLESTON-BROWN



    Sacramento (La Paz), 15 Oct. (ANF).- Este sábado se cumplieron dos meses, 60 días de un camino largo. Algunos, como aquellos que mantienen la vigilia en Plaza Francisco en la capital, casi no pueden esperar más la llegada de los marchistas, pero a otros no les importaría que tardaran unos 60 días más mientras se construye la carretera y se lleve por ella de vuelta a los caminantes directamente al TIPNIS.

    Con ambos resultados, no es cierto que los indígenas vayan a tener suficiente energía para festejar el jolgorio que les preparan los llamados tipnistas, ni fuerzas para contener los insultos que les preparan los anti tipnistas.

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    Este viernes la columna – ya engrosada a más de dos mil personas – recorrió los 22 kilómetros de Yolosa hasta Sacramento por el vertiginoso y tortuoso “camino de la muerte”. Se desmayaron seis mujeres por el cansancio y la caída de la temperatura, en una empinada subida de la carretera. Pero, ¡ojo!, de allí en adelante el camino sólo se volverá aún más duro y mucho más frío.

    Los dirigentes han decidido postergar su arribo a La Paz para el martes para no llegar con las justas electorales de este domingo. No quisieron que sus opositores dijeran que intentaban sabotear a los comicios. Pero esto implica quizás más noches en la gélida intemperie y a merced de La Cumbre.

    León Galindo, un activista que se incorporó a la marcha hace pocos días, describió la preocupación que existe dentro del campo:

    “La mayor parte de esta gente es de las tierras bajas y el cambio de presión le está afectando mucho," explicó. "Hay muchas heridas leves porque muchos están caminado en chanclas y nada más. Hay más de 120 niños con nosotros, la mayoría son bebes o niños muy jóvenes y muchos no tienen zapatos, andan descalzos", añadió. Pero algunas de las lesiones sí han sido graves.

    Entre las banderas multicolores y blasonadas, se notó una negra. La lleva Javier Collar, un hombre de 50 años, procedente de Santa Cruz.

    “Los chiquitanos marchamos de luto porque al principio de la marcha, cuando estábamos en San Borja, un joven dirigente nuestro, Eddy Martínez, falleció en un accidente de aviación,” recordó.

    “Murieron ocho de los nueve ocupantes. Fue una persona que sabía ganarse el cariño. A todos nos pesa su partida. De alguna manera, llevar la bandera no es solamente el dolor por la pérdida, sino es el sentir que él nos acompaña en toda la marcha,” afirmó.

    El grupo ya ha perdido dos niños y ha sufrido dos abortos hasta la fecha.

    Empero, las penas queda atrás y las incertidumbres por delante. Patricia Illimuri, presidenta de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, dice que los indígenas están resueltos a cumplir con su meta:

    “Estamos cansados, pero estamos organizados, unidos y con fuerzas para llegar a La Paz. Los indígenas están haciendo respetar sus derechos. Y ahora la solidaridad de Bolivia está llegando también", recalcó.

    Y ni siquiera piensan dejar su camino ante las promesas del gobierno de una consulta a través de la recién aprobada Ley Corta ni ante la garantía de acatar la misma, a la que se comprometió el vicepresidente Álvaro García Linera.

    “No podemos comprometer nuestro apoyo a esa normativa. La hemos rechazado de manera contundente, firme y clara. No la reconocemos porque no es lo que busca nuestro pueblos, nuestro movimiento,” argumentó Pedro Nuni.

    El presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), Adolfo Chávez, también rechazó más dialogo con el gobierno sobre si se construirá o no una carretera.

    “La carretera nunca ha traído desarrollo. Ha traído más bien fracasos, mendicidad, ser limosneros y sacarnos de nuestro territorio. Los colonos han copado nuestras tierras. Y si se construye esta carretera aumentarán los avasallamientos en nuestro territorio con sembradíos de coca y desforestación”, concluyó.