“Estoy para apoyar el rol institucional de las FFAA”


Creció en regimientos y se siente cómodo en ellos; ha sido publicista y estratega y ahora tiene como misión “recuperar la dignidad de las FFAA”.

Isabel Mercado/La Paz

Lo primero que hace Fernando López cuando llega a algún pueblo es buscar la plaza y sentarse en un banco, mejor si es con short y chinelas, a observar a la gente. No es nada raro que en esa tarea encuentre a algún amigo o conocido pues, como hijo de militar, su infancia y adolescencia la pasó peregrinando entre destino y destino paterno, asistiendo a escuelas diversas y haciendo amigos en todas partes. Por eso, ahora que su cargo de ministro hace del placer de recorrer el país una obligación permanente,  es capaz de sentirse en casa en cualquier parte; los regimientos le resultan familiares y dice ser capaz de adaptarse “camaleónicamente” a las costumbres y hasta al acento de diferentes regiones del país. Ha nacido en La Paz, pero ha vivido en el Chaco, en  Beni, en Santa Cruz -donde estudió hasta los dos años anteriores al bachillerato- y en Viacha.



López comenta que lo inesperado lo ha llevado siempre de una cosa a otra en su vida. En su adolescencia, cursaba el segundo de secundaria en el Colegio Marista de Santa Cruz, cuando sus padres lo animaron a que termine el bachillerato en el Colegio Militar de La Paz. Luego, mientras pensaba qué carrera seguir, un acto fortuito lo llevó a Argentina, donde empezó a formarse como militar en la misma escuela en que estudió el exgeneral Hugo Banzer, muy admirado y querido por su padre, el exgeneral Luis López Bacigalupo.

Aunque la vida militar siempre fue algo natural para él, lo que verdaderamente lo acercó a ella fue el entrenamiento antisubversivo: sentirse en acción y pergeñando tareas estratégicas le producía verdadera fascinación. Terminada su capacitación pasó algunos de los más felices años de su vida instruyendo a militares en estas tareas en el campo de Sanandita, en el Chaco boliviano. “Me levantaba de madrugada y me pasaba todo el día en ese adiestramiento que era mi pasión”, recuerda.

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Cuando ya pensaba que haría eso por el resto de su vida, otro acto inesperado cambió su destino: “Entre mis actividades de preparación figuraba curso de tanques, y resulta que mis superiores decidieron les interesaba que me dedique a ello”. Dejar el rol de formador de tropas antisubversivas que tanto disfrutaba para ir de un destino a otro como lo hizo su padre, lo llevó a preguntarse si realmente quería seguir la carrera militar y finalmente decidió abandonarla a los 25 años.

“Nuevamente me encontré ante la disyuntiva de decidir qué camino seguir y fui a la Universidad Católica (La Paz) para ver qué carrera podría estudiar”. Allí, entre las ofertas académicas encontró una materia relacionada con análisis y estrategias  y se inscribió en Comunicación Social. Cinco años más tarde egresaba como comunicador dispuesto a dedicarse a lo que ha hecho hasta convertirse en ministro: el marketing y la publicidad.

Primero en La Paz y luego en Santa Cruz -donde fundó su propia empresa-, Fernando López hizo carrera como publicista y estratega de marketing con bastante éxito; sólo otro evento fortuito -la lucha de los 21 días antes de la renuncia de Evo Morales y la invitación a ser Ministro de Defensa- lo trajo de vuelta a la vida militar.

Desde hace siete meses, no es casual que se lo vea enfundado en atuendos similares a los militares, arengando al estilo castrense y compartiendo día y noche con las tropas… De alguna manera, ha vuelto a sus orígenes. Y lo ha hecho, sostiene, con la convicción de que es el momento adecuado para recomponer la integridad, cohesión y dignidad de las FFAA. “Mi experiencia de vida como hijo de soldado y como soldado; mi experiencia profesional como estratega, es lo que quiero dar en el tiempo que me toque estar como  Ministro de Defensa, es a lo que me estoy dedicando: apoyar el rol institucional (no político) de las FFAA”.

“Para mí es un asunto de convicción: mi principal misión es devolver a las FFAA la dignidad que ha sido menoscabada en 14 años; restituir su cohesión e integridad que ha sido puesta en riesgo por Evo Morales bajo la lógica de dividir para reinar (…) En estos momentos en que los oficiales y soldados están en la primera línea del combate a la pandemia, arriesgando sus vidas, es justo devolverles el valor y la dignidad que se merecen”, enfatiza.

Parte de ello es la carta que ha dirigido públicamente al comandante en Jefe de las FFAA  general Sergio Carlos Orellana en días pasados. “No es una carta reservada, menos una carta secreta. Es para dar a conocer la cohesión y el apoyo ante las intenciones sediciosas, los constantes e injustificados ataques que recibe nuestra institución. Ratifico mi compromiso y mi trabajo para reconocer la dignidad a las valerosas FFAA como lo he hecho siempre”, publicó en su página de Facebook.

Admite que es apasionado con los temas en los que cree, y este, dice, es el propósito que justifica su presencia en el cargo.

Un ministro mediático

López no es sólo un ministro estratégico, por estar al mando de las FFAA; es también uno de los más populares y mediáticos. Aunque el apodo de Rambo lo tiene desde la universidad, las imágenes suyas en traje camuflado o lidiando en duros conflictos sociales como el del Chapare tras la caída de Evo, han ayudado a que el imaginario colectivo lo asocie con ese combativo personaje. Pero no es la única asociación, también es apodado James Bond, y no le han faltado fans que pidan “ser arrestadas por el guapo investigador secreto”.

Sus colaboradores más inmediatos  resaltan de él la empatía, la sencillez y la ecuanimidad. Dicen que es firme de carácter pero justo.  Por su parte, López sostiene que ha eliminado cualquier expresión de servilismo hacia él en los soldados que lo rodean y apenas permite, por protocolo, los actos más elementales en honor a su investidura. Dice que le debe lealtad a la Presidenta, que sin conocerlo hasta el día de su posesión, no sólo le ha dado toda la confianza, sino lo ha ratificado en su cargo cuando se produjo la crisis de gabinete en que se hizo notorio el alejamiento de Luis Fernando Camacho del Gobierno de transición. Afirma sentirse ajeno a los apetitos políticos y señala que el único poder que le interesa tener es el que le espera en la oficina de su empresa en Santa Cruz, cuando, después de cumplida su misión como ministro, pueda volver a la vida de empresario y padre de familia que añora.

Fuente: paginasiete.bo