La VIII Marcha Indígena no sólo logró que el régimen cediera en la construcción de la carretera por el TIPNIS. Consiguió mucho más: una inmensa victoria moral que ha logrado unir a la gran mayoría de los bolivianos, más allá de diferencias ideológicas o étnicas, con la única excepción del pequeño núcleo gobernante burocrático-cocalero.
Esta victoria es atribuible, ante todo, al método de lucha adoptado: la no-violencia activa de cuño gandhiano.
Los indígenas del Oriente recibieron acciones violentas de parte de la policía enviada por el gobierno y de los colonizadores pro-oficialistas, pero no devolvieron el golpe, evitando caer en la trampa de los provocadores.
Es muy probable que ese fuera el objeto de la represión en Yucumo: generar una reacción violenta de los marchistas, que permitiera criminalizarlos. Pero la disciplina ética pudo más y el operativo se convirtió en un boomerang para el Órgano Ejecutivo.
Durante años, el evismo construyó su ascenso y consolidación en el poder mediante una metodología basada, precisamente, en incitar a sus “enemigos” a la reacción violenta. Sucedió así en octubre de 2003, con secuestros y bloqueos que condujeron al gobierno de Sánchez de Lozada a la trampa de la violencia.
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Pasó también en Porvenir, donde -a pesar de los previos esfuerzos de Leopoldo Fernández para evitar el choque- un grupo de pobladores reaccionó con furia a los secuestros y los asesinatos de Oshiro y Céspedes, brindado la excusa para la militarización de Pando.
La no-violencia activa también es radicalmente diferente a la mera pasividad y desmovilización, adoptada por el gobernador cruceño Rubén Costas a partir de septiembre de 2008.
La “Primavera Boliviana” muestra el camino a seguir para derrotar al autoritarismo. Además, revela las dimensiones del fracaso de la política de polarización gubernamental.
Si el evismo intentó de manera sistemática dividir a los bolivianos (Occidente y Oriente, indígenas y kharas, campo y ciudad, neoliberales y neoestatistas), al final logró un resultado paradójico: unir a Bolivia en su contra…