G20: muchos reflectores y pocas respuestas en Cannes

El presidente francés tenía ojeras. El mandatario ruso sonrió despectivamente ante las aflicciones por la deuda europea. Y su colega estadounidense fue poco más que una atracción secundaria.Francia gastó 20 millones de euros (27,6 millones de dólares) para ser anfitrión de una reunión planetaria en el complejo junto al mar que suele alojar al Festival Cinematográfico de Cannes, pero la cumbre de líderes del Grupo de las 20 economías industrializadas y emergentes más desarrolladas produjo poco más que lluvia.Barack Obama, lejos de los reflectores que suele atraer en estas reuniones, dijo que esperaba ver algunas buenas películas. En lugar de ello, las delegaciones internacionales y los periodistas observaron al primer ministro griego en televisión, declarando ante el Parlamento en un intento por conservar su puesto. En ocasiones se sintió que la cumbre no era en Cannes sino en Atenas, donde la crisis deudora de Europa se expandió para alcanzar a economías de todo el mundo.El clima reflejó el estado de ánimo, tornándose inusualmente amargo para la Riviera francesa en momentos en que los líderes mundiales llegaron a una ciudad donde hay pocos indicios de la crisis económica que afecta al continente.Los activistas se vieron obligados a protestar en la cercana Niza, ya que los guardias en Cannes no se mostraron dispuestos a tolerar ningún tipo de desobediencia civil. Eso significó que el sufrimiento de los pobres del mundo apenas fue incluido en dos días de conversaciones y un informe final de seis páginas.Las boutiques de diseñador sufrieron un poco, ya sea porque no había clientes o porque se vieron obligadas a cerrar debido a que se impidió el acceso del público a varias calles junto al mar como medida de seguridad.Sobrecargos en huelga amenazaron con afectar la llegada de los líderes. Un paro de cinco días en Air France estaba programado para coincidir con las vacaciones escolares francesas y la semana de la cumbre.El presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel no podían ocultar su fatiga cuando salieron a hablar con los reporteros el miércoles por la noche y emitir un ultimátum dirigido al primer ministro griego George Papandreou.Este partió cabizbajo, con su plan para efectuar un referéndum sobre el más reciente rescate europeo a Grecia hecho jirones.Al día siguiente, el presidente ruso Dmitry Medvedev no pudo ocultar su amplia sonrisa mientras se deleitaba por la crisis de los europeos occidentales. Su propio país requirió préstamos internacionales masivos en la década de 1990, pero ahora tiene las arcas abultadas.AP