Nueva tropelía del ‘evismo’

José Jimenes Jimenes

evo El gobierno de Evo Morales ha sobrepasado sin pudor alguno los límites de lo tolerable.

Cada vez que él y su partido sufren derrotas o se resquebraja su unidad, el caudillo apela a la torpeza, a la violencia, al abuso, a la persecución, a las zancadillas y, en fin, a un estilo político inicuo que tanto mal hace a la convivencia armónica y democrática de los bolivianos.



Ya es notorio que no hay freno moral ni institucional que detenga a quienes, ávidos de poder, hacen de su mediocridad un arma para incrementar un poder que ya es espurio.

En el rosario de tropelías, se cuenta con una reciente y despreciable acción, producto del desenfrenado afán de poder. Se trata de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, ahora al servicio de la satrapía del MAS.

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Resulta que ésta fundación ha pedido, primero, la renuncia y, luego, ha despedido a la señora Marcela Inch Calvimontes, Directora del Archivo y la Biblioteca Nacionales de Sucre que institucionalmente depende de esa Fundación. Como no se podía alegar ineficiencia de esta meritoria profesional, ejemplo de idoneidad y honradez intelectual, se apelo a la idiotez: el cambio, de la directora, se dijo, lo han pedido los “movimientos sociales”, o sea esas turbas ignaras de evismo que actúan como cancerberos del régimen y que son las ejecutoras de los desmanes.

¿Habrá alguien que crea que, en esos “movimientos sociales” agresivos y siempre furiosos, haya interés por la cultura? Obviamente no. Es el avance de la estulticia que tan tercamente ostenta el jefe de Estado y sus áulicos.

He consultado la página web de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, en la que se dice que su misión la es hacer que su acción “llegue a todos los niveles de la sociedad boliviana, contribuyendo a la conformación de una identidad cultural nacional”. “La Fundación –se añade– será un referente en la promoción de la cultura en Bolivia, así como un paradigma para instituciones similares en la región” Todo esto, en efecto, lo fue… hasta hace pocos días.

También figuran en ese sitio de Internet, los miembros del “Concejo (sic) de Administración”. Este “está compuesto por siete miembros de reconocido prestigio en el ámbito cultural e histórico. Cuatro son designados por el Directorio del Banco Central de Bolivia y tres por el Ministerio de Educación y Cultura”. Bueno, así se explica que ese “concejo”, dominado por el masismo, haya avalado esta la perfidia, de la que seguramente participa el mediocre presidente del Banco Central de Bolivia.

Pero, este supuesto pedido de alejamiento de la señora Inch Calvimonte que se endilga a los “movimientos sociales” que son incapaces de discernir lo que conviene o no al país, es un embuste mayúsculo. Se trata de amedrentar y aún de castigar al hijo de la funcionaria que tuvo la osadía de lanzar su candidatura a la alcaldía de Sucre, en la que está sobre los masistas en las preferencias ciudadanas.

Peor conducta política que la del evismo es difícil de encontrar, a menos que se trate la de los cubanos castristas que también persiguen a los parientes de los opositores.

Pero la opresión siempre termina.

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