El presidente venezolano declaró estar curado del cáncer, sin embargo, fuentes en su país afirman que no puede sobrevivir hasta las elecciones del 2012.
Hace un mes, el presidente venezolano, Hugo Chávez besó la imagen de yeso del médico José Gregorio Hernández (1864-1919), idolatrado como un santo en su país, agradeciendo la “curación” de su cáncer. Pantomima. La foto de arriba, hecha dos semanas atrás, muestra otra realidad. El rostro hinchado, la piel reseca, la falta de cabello y el aspecto cansado componen el retrato de un hombre enfermo, muy enfermo. “Su apariencia muestra que el tratamiento continua, y que el cáncer está activo o podría volver”, dice el oncólogo Ademar Lópes de São Paulo. Ese criterio es reforzado por una serie de informes detallados de la evolución del cáncer de Chávez, generados por fuentes en Venezuela, a los que la revista Veja tuvo acceso.
Según estos informes, Chávez no sólo sigue enfermo, sino que su cuadro clínico se complica cada día que pasa. El cáncer, que estaba restringido a la próstata y al colon, hace tiempo se esparció, con metástasis en los huesos. Las Fuentes en Venezuela, apoyadas en exámenes médicos, afirman que Chávez viviría poco más de un año. El tirano que gobierna a Venezuela por doce años, presiente con amargura un crepúsculo anticipado. En las elecciones presidenciales de octubre del año próximo, Chávez podría no estar presente.
El primero en alertar al propio Chávez sobre la gravedad de su problema de salud fue un médico español, en enero pasado. Para entonces, Chávez ya convivía hace más de un año con síntomas que indicaban la existencia de un tumor en la próstata. A pesar de ello, el venezolano postergó la realización de los exámenes sugeridos. En mayo, el primer síntoma indicando una salud frágil, ya era visible. Chávez apareció en público apoyado en una muleta.
La versión oficial aseguraba que la causa real era una lesión en la rodilla. Pero la dificultad para caminar tenía otro motivo, según las informaciones obtenidas por Veja la razón era un avanzado estado de cáncer en los huesos. Al mes siguiente, Chávez fue internado en un hospital en la Habana (Cuba) para extirpar el tumor en la próstata. La cirugía, no recomendada para casos de neoplasia en esa glándula con metástasis, puede haber sido un error médico gravísimo que aceleró la propagación del cáncer. Una segunda cirugía se realizó a los diez días conforme aseguró Chávez. Desde ese momento en adelante, la terapia fue dirigida por médicos europeos, con equipos importados. Los cubanos fueron relegados al papel de observadores.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
La imagen hinchada de Chávez en los últimos días, con la quijada hundida en el pecho, puede interpretarse como un síntoma de que el tumor de próstata ya habría alcanzado el recto, (la parte final del intestino) comprimiendo las vías urinarias, o como efecto de los esteroides usados en la quimioterapia. El urólogo, Fernando Almeida, de la Universidad Federal de São Paulo y los oncólogos Sergio Azevedo de la Universidad Federal de Rio Grande del Sur y Samuel Aguiar Jr, del Hospital A.C. Camargo de São Paulo, hicieron un análisis crítico de los informes obtenidos por Veja. Según los especialistas, algunos de los procedimientos citados no se aplican en los casos regulares de un cáncer de próstata. Los tumores originados en esta glándula, por ejemplo, no requieren quimioterapia, y Chávez ya enfrentó cuatro sesiones.
Según fuentes venezolanas, el uso de la quimioterapia se debe a la aparición de un cáncer de colon, que perforó la pared del intestino y provocó una infección. El tumor en el colon también explica la segunda cirugía. La posibilidad de que surjan dos tumores simultáneamente es rara pero no imposible. Dado que los síntomas fueron menospreciados por más de un año, las células cancerosas de la próstata se esparcieron hasta los huesos, lo que fue detectado en un análisis citológico.
En agosto, los médicos concluyeron que el tratamiento en dos frentes, con quimioterapia y radioterapia había fracasado. Se consideró entonces la transferencia de Chávez para un centro oncológico en Europa. Chávez se negó y en septiembre realizó una serie de sesiones en La Orchila, donde se ubica la casa de playa presidencial.
A finales de octubre, Chávez tomó una decisión sorpresiva, según las fuentes de Venezuela. Al tanto de la gravedad de su enfermedad, prefirió no someterse a un tratamiento más agresivo, que con seguridad lo retiraría de la actividad pública. Optó por recibir entonces una terapia más leve. Sin embargo, tuvo que abandonar su programa dominical, Aló Presidente y los discursos interminables. Ahora, difícilmente sale de Caracas.
Previendo no participar en las elecciones de octubre por razones de salud, Chávez ha escogido como sustituto al canciller Nicolás Maduro, el único integrante del gobierno que conoce toda la verdad sobre la enfermedad del jefe. En el 2012, Maduro se topará con una oposición fuerte y organizada.
Siete candidatos que están en sus 40 años participarán en las primarias de febrero para escoger el candidato que enfrente a Chávez. A pesar de que la enfermedad ha elevado la popularidad del gobierno en 8 puntos porcentuales, esta empatía no se ha expresado en apoyo político, pues para un 52% de los venezolanos, el ganador preferido de la próxima contienda electoral será un opositor.
En la Habana, Chávez fue tratado en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq). Estas camas están reservadas a los miembros del Partido Comunista, militares y artistas del país. A pesar de ser considerado el mejor de la isla, el Cimeq cuenta con tomógrafos con diez años de uso y otros equipos considerados pequeños “frankensteins”, armados con piezas de equipos viejos, holandeses y franceses.
Hace tres años un cardiólogo del Cimeq tuvo un tumor en el páncreas y vino a tratarse en São Paulo. Sus gastos fueron cubiertos por el gobierno de la isla. Un telegrama de la misión diplomática americana de 2008, divulgado por Wikileaks, afirma, que el jefe del Cimeq, un neurocirujano, viajó a Inglaterra a operarse un ojo y desde entonces, regresa periódicamente para su control.
Como presidente del país con la quinta mayor reserva de petróleo en el mundo, Chávez encontraría tratamiento adecuado en su propio país. O podría seguir el ejemplo del paraguayo Fernando Lugo, quien trata su cáncer linfático en el Hospital Sîrio-Libanes de São Paulo, desde el año pasado.
A principios de julio, el Canciller Nicolás Maduro vino a Brasil para consultar a médicos brasileños y preparar un posible viaje de Chávez. El precio a pagar implicaría seguramente, revelar los detalles de la enfermedad, por lo que el asunto no permanecería en secreto.
En una democracia consolidada, los secretos prácticamente no existen. La lucha de la presidenta Dilma Rousseff y ahora del ex presidente Lula son conocidas en detalle por los brasileños. Chávez se refiera a su enfermedad del mismo modo como administra su país: sin transparencia e ignorando los signos de deterioro. El año pasado la inflación fue del 28% y el PIB cayó 1.5%. Caracas tiene la mayor tasa de homicidios de América Latina, 112 muertos por cada 100 mil habitantes.
Los caricaturistas son arrestados por hacer una simple broma. Dispuesto a acelerar lo que él considera ser una revolución sin precedentes y enamorado de su propia infalibilidad, Chávez acudió a la ideología y a la medicina cubanas. Con ello no curó a su país ni a sí mismo.
Veja – Brasil