Sin dar demasiados detalles, el ganador de las elecciones del domingo y futuro presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, expresó durante la campaña electoral su deseo de dar un nuevo aire a las relaciones con América Latina.
Se esperan algunos cambios con respecto a la etapa del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Por ejemplo, el centroderechista Partido Popular y Rajoy siempre se han mostrado muy críticos con gobiernos como los de Venezuela y Cuba durante su etapa en la oposición.
Pero las mayores reformas se anuncian en economía, donde el dirigente conservador enfrenta el reto de reflotar el crecimiento y reducir una abrumadora tasa de desempleo del 21,5%.
"Nosotros exportamos a todo Iberoamérica menos que a Portugal", dijo Rajoy en una entrevista al madrileño El País poco antes de los comicios. "El trabajo que hay que hacer ahí es ingente".
España está cada vez menos presente en América Latina económica y políticamente. Europa sigue siendo el principal aliado comercial del país ibérico, acaparando más del 70% de las exportaciones y casi el 60% de las importaciones.
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El cambio sustancial es que Asia y África han relegado a Latinoamérica como socios.
Entre enero y agosto de 2011 -últimos datos oficiales disponibles-, sólo el 5,7% del total de las exportaciones e importaciones españolas se realizaron con países de la América Latina.
Asia, por ejemplo, concentró el 20,2% de las importaciones y el 7,6% de las exportaciones. África generó el 9% de las importaciones y un 5,3% de las exportaciones.
"España ha perdido una capacidad de influencia enorme en los últimos años en Latinoamérica. No se ha renovado la política exterior española en torno a los nuevos retos que se han ido presentado", explicó el peruano Martín Santiváñez, experto en relaciones internacionales e investigador de la Universidad de Navarra. "Esos nuevos retos son China y la creciente hegemonía sudamericana de Brasil", agregó.
Mientras la Unión Europea y España capean la peor tempestad económica de los últimos tiempos, América Latina sigue creciendo.
"La competencia es más dura para las empresas españolas, pero éstas tienen un lugar ganado y creo que la recuperación económica de España sigue pasando por Latinoamérica", explicó Santiváñez. "España tiene que regresar al diseño de políticas sectoriales para espacios concretos. Un diseño de una política concreta para Brasil, otra para Argentina, para Chile, para la comunidad Andina, Centroamérica y México".
"Creo que eso es lo que va a hacer el PP", añadió.
En cuanto a la dimensión política, la última Cumbre Iberoamericana de Asunción, Paraguay, evidenció el precario estado de salud de este formato, que desde hace más de 20 años reúne anualmente a los jefes de Estado y de gobierno de América Latina, Portugal y España.
Las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff, y Argentina, Cristina Fernández, no se presentaron. Mandatarios como el chileno Sebastián Piñera y el boliviano Evo Morales, en polos ideológicos opuestos, coincidieron en señalar que este tipo de encuentros están haciendo aguas.
La Cumbre Iberoamericana de 2012 tendrá lugar en la localidad andaluza de Cádiz, en el sur de España. Y será una buena oportunidad para calibrar el arranque de Rajoy en sus relaciones bilaterales con los gobernantes de la región.
Al margen de los lazos culturales, históricos y de idioma que tradicionalmente han facilitado el acercamiento entre las dos orillas del Atlántico, el líder popular es natural de Galicia, el mayor foco de emigración española a América Latina durante el siglo XX.
Un detalle que no se puede pasar por alto para medir sus intenciones.
"Le voy a dar una gran prioridad en los próximos tiempos a Iberoamérica", señaló Rajoy. "Porque yo creo que la política exterior de este gobierno (el de Zapatero) en relación con Iberoamérica es mejorable".
Zapatero aumentó el dinero destinado en cooperación al desarrollo con Latinoamérica, llegando a los 2.000 millones de dólares entre 2008 y 2009. A pesar de que no se prodigó en viajes al otro lado del Atlántico, mantuvo relaciones cordiales en lo personal con casi todos los mandatarios de la región.
Y eso que le tocó vivir desencuentros sonados y algunas crisis diplomáticas, como las que enfrentaron a Venezuela y España a cuenta de la presunta relación entre el grupo separatista vasco ETA y la guerrilla colombiana de las FARC y el célebre grito de "¡Por qué no te callas!" que el rey Juan Carlos espetó al presidente Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Chile en 2007.
Sin embargo, España mantuvo relaciones con Venezuela y apoyó políticamente a países como Cuba en la Unión Europea para que se levantasen determinadas sanciones.
De hecho, el país ibérico acogió en 2010 a más 100 de presos cubanos —muchos de ellos considerados políticos— liberados por el gobierno de Raúl Castro en virtud de un acuerdo con la Iglesia católica de la isla.
La teoría indica que Rajoy estará más cerca de administraciones como la de Piñera en Chile o Juan Manuel Santos en Colombia, que de gobiernos como los de Chávez, Morales o el ecuatoriano Rafael Correa.
"Está asumiendo el poder en España un partido (el PP) que tiene un historial de confrontación con el modelo de socialismo del siglo XXI que representa Chávez", señaló Santiváñez. "Pero la diplomacia española es bastante profesional y la mejor manera de superar este desencuentro es que se deje trabajar a los técnicos".
AP