Ante la resolución de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia (CIDOB), que declara al presidente Evo Morales como “enemigo de los indígenas”, la Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica) destaca la relevancia de este hecho, que desenmascara al gobierno neototalitario impuesto por Morales a imitación del régimen de Hugo Chávez.
La CIDOB aglutina a 34 de los 36 pueblos originarios de Bolivia y fue la principal organización impulsora de la marcha en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), que culminó con la promulgación de una ley y el compromiso de Morales de no construir una polémica carretera por dentro de esa área protegida.
Sin embargo, en días recientes el mandatario boliviano volvió a la carga, impulsando de nuevo el proyecto vial que afectaría seriamente el hábitat de miles de indígenas y la ecología de buena parte de Bolivia.
UnoAmérica considera que con la declaratoria “cae la máscara indigenista del gobierno de Evo Morales, que en realidad constituye un régimen cocalero”, agregando que “según cifras de la ONU, el 95% de la coca cultivada en el feudo presidencial del Chapare (centro de Bolivia) es destinada a la fabricación de cocaína”.
La red de organizaciones democráticas de América también indicó que “el verdadero propósito del régimen de Morales con la construcción de la carretera es expandir los cultivos de coca al interior del TIPNIS, a costa del medio ambiente de los pueblos indígenas”.
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