Con la cumbre de diciembre, el MAS busca abrirse hacia la sociedad

Diputado Tupa: ‘esta reunión no tiene que ser del MAS’.

Para algunos puede no significar nada; para otros, acaso un verdadero viraje, pero lo cierto es que si algo novedoso tiene la convocatoria del MAS a la cumbre social de diciembre, es la amplitud con que se plantea. ¿Verdad? ¿Apariencia? Sólo el tiempo (estos días) lo dirá.

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Si hay algo novedoso en la cumbre social que se prevé para diciembre es la apertura, por parte del Movimiento Al Socialismo (MAS), hacia “todos los sectores de la población”, para hacer una “agenda nacional”. El exjefe de bancada del MAS en la Cámara de Diputados Edwin Tupa sintetiza la naturaleza de esta nueva iniciativa gubernamental: “Esta reunión no va ser del MAS, no tiene que ser del MAS; tiene que ser para una política nacional por donde vaya a fluir todo lo que significa el desarrollo del país en su conjunto”.

“En definitiva, el encuentro tiene que ser plural, tiene que cobijar una gran cantidad de representaciones nacionales”, añade el ministro de la Presidencia, Carlos Romero.

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La senadora por el MAS Gabriela Montaño, a su modo, también apunta hacia la mayor apertura del Gobierno hacia la sociedad; esta vez, desde, digamos así, el nuevo concepto de diálogo propuesto para la cumbre: en diciembre, lo que se plantea es una mirada estratégica y no sólo coyuntural de los temas. “Este espacio no debe mirarse coyuntural; debe responder a una mirada estratégica a mediano y largo plazo. Hay temas que en lo inmediato se deben debatir, pero ya no desde la óptica coyuntural, mediática, sino que se debe mirar la agenda como construcción colectiva de todos los sectores del país”.

De todos modos, esta apertura tiene su límite en lo que el vicepresidente Álvaro García Linera llama la “sociedad civil organizada”. “(Será convocada) la sociedad bien organizada, en sus distintos sectores y estamentos, desde el empresarial, urbano, barrial, obrero, vecinal, campesino, indígena, cooperativista, todo lo que tiene que ser la sociedad civil organizada; cualquier pensamiento, organización de la sociedad civil estará participando”.

Ante la pregunta de que si la cumbre de diciembre incluirá a los partidos políticos, Romero señala que esta participación será posible sólo a través de las autonomías, en cuyos gobiernos hay oficialistas y opositores. “En las alcaldías y gobernaciones tenemos alcaldes y gobernadores del oficialismo y de la oposición; entonces, si están estas representaciones institucionales, lógicamente también va estar expresada la pluralidad política del país”.

OCTUBRE. Los muertos atrapan a los vivos, como quien dice: un obstáculo que deberá superar la “agenda de Diciembre” sin duda será la agenda de Octubre de 2003.

Mucho esfuerzo tendrá que hacer el MAS para convencer a buena parte de la “sociedad civil organizada” de que la agenda de Octubre está plenamente cumplida, tanto que es pertinente instalar otra, apunta la politóloga María Teresa Zegada. La cumbre también nace con “la idea de sellar la agenda anterior (de Octubre), mostrar a la población que sí se ha cumplido y que ahora se abriría una nueva etapa temática que concentrará la atención de la opinión pública y de los sectores sociales en torno a una nueva agenda; esto para remozar el proyecto político del MAS”.

El exviceministro de Tierras y hoy disidente del MAS Alejandro Almaraz enfatiza que éste más bien será el nudo de la próxima cumbre: la agenda de Octubre no fue cumplida, ni en la nacionalización e industrialización de los hidrocarburos, ni en el tema de la nueva Constitución, de cómo el Gobierno —señala— frecuentemente la transgrede.

Así, si hay reunión, lo primero que deberá hacer el presidente Morales, dice Almaraz, será explicar por qué no ha cumplido con los mandatos de la agenda de Octubre.

Para la senadora Montaño, en cambio, si bien hay que reconocer que determinado sector de la población aún demanda cumplir con la agenda de Octubre, también es cierto que otro, acaso mayoritario, más bien demanda la aplicación más “palpable” de la nueva Constitución: “Estamos todavía en el momento postconstituyente, la gente quiere que se materialice en la vida diaria, lo que escribimos en la Constitución”.

Y esta ansiedad de muchos sectores sociales de “aterrizar” la Carta Magna es la que, precisamente, se deberá discutir en la cumbre social de diciembre, señala Montaño.

   Un obstáculo que ha de tener que superar el MAS a la hora de convocar a toda la “sociedad civil organizada” es la herida, el quiebre del actual Pacto de Unidad, destaca la politóloga Zegada.

Si bien la “herida” no es tal según el bloque recientemente reunido en Sucre, “por unanimidad se ratifica la unidad e integridad del Pacto de Unidad” (resolución número 3), el corte llega al grado de “fractura”, apunta Almaraz.

“Es abusivo e intolerable —reclama el exviceministro— atribuir la representación de todo el Pacto de Unidad a la sola CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia)”.

Por ese quiebre del Pacto de Unidad, lo de diciembre también será la oportunidad del “reencauce” del MAS y su liderazgo social, señala Zegada. Para que esto pase, para que la cumbre sea legítima, “la condición es que participen todas las organizaciones sociales que en su origen sostuvieron al MAS”.

Si el partido de Gobierno va solo se debilitará aún más, pues “la cumbre sería vista como sólo de los sectores afines al MAS, sólo de las ‘organizaciones trillizas’ (CSUTCB, Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa y la Confederación de Comunidades Interculturales); con esto, se reducirá el carácter representativo del MAS y se perforará el corazón mismo de su discurso, esto es, el sujeto indígena y la propia investidura del ‘presidente indígena’”.

En este sentido, un verdadero logro para el MAS sería buscar la participación en la cumbre de los sectores sociales que hoy están más distanciados. Por el propio bien del MAS, a éste no le queda otra que “abrirse” más, apunta. “Los últimos dos años hubo una suerte de estrechamiento de la representación que tiene el MAS; hoy, precisamente para lograr sus objetivos históricos, necesita ampliarse.

Con la cumbre de diciembre, “sin duda hay la intención de volver a rearticular a estas organizaciones —a las indígenas que se salieron del Pacto de Unidad, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y parte del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq). En este sentido, la agenda es una forma de legitimarse, de recuperar el MAS su poder de convocatoria”, afirma Zegada.

¿Apuntalamiento del MAS? El diputado Tupa prefiere hablar de “profundización” del proceso.

En cuanto al Pacto de Unidad y sus avatares, Montaño, si bien reconoce que esta organización en términos ideológicos es el “núcleo de la construcción del Estado Plurinacional”, esto no significa que no se pueda convocar a otros sectores.

En lo relativo a los temas que se tocarán en la cumbre de diciembre, Montaño y Tupa coinciden en que uno de los grandes debates, sino el básico, será el de la “economía plural”. La agenda incluirá a “lo económico, lo político, lo social, lo cultural, lo industrial y lo productivo” insiste Tupa; de aquí la necesidad de plantear la cita en los más amplios términos: “El mandatario Evo Morales es presidente de todos los bolivianos”, finalmente, señala.

‘Diez mandamientos’ de carácter nacional

Los “diez mandamientos”, así le gusta llamar al ejecutivo de los Interculturales, Pedro Calderón, a la decena de temas que el MAS propondrá como ejes del debate de la futura cumbre social.

El denominado “Encuentro Plurinacional para Profundizar el Cambio”, que tendrá lugar en Cochabamba entre el 9 y 11 de diciembre, comprende los siguientes aspectos: 1) Desarrollo Económico (industrialización, integración vial, aeropuertos), 2) Seguridad y soberanía alimentaria, 3) Salarios, 4) Tierra y territorio, 5) Empleo y estabilidad laboral, 6) Políticas sociales (salud, educación, servicios básicos y vivienda), 7) Seguridad ciudadana y lucha contra el crimen, 8) Desarrollo legislativo, 9) Autonomías y 10) Comunicación.

Por lo demás, hasta en la forma de realizarse la reunión implica cierta apertura y hasta originalidad: el ministro Carlos Romero aclara que no será una sola reunión, sino dos, con un período de maduración, de reflexión, entremedio: “Va a tener tres etapas: en una primera, se instalará y se abrirá un debate general sobre estos tópicos; luego, en un plazo de un mes, en la última quincena de diciembre y la primera quincena de enero se hará un trabajo por sectores y por regiones, para luego reinstalar un nivel nacional donde se sistematicen y definan las conclusiones”.

El Pacto de Unidad y la COB, dos vidas paralelas

El encuentro nacional ordinario del Pacto de Unidad realizado en Sucre, en noviembre, también lanzó su dardo a la Central Obrera Boliviana (COB). En el punto 18, textualmente se apunta: “Exigimos la convocatoria inmediata al Congreso Nacional de la COB, con la participación de los sectores campesinos indígenas originarios e interculturales” del país.

Al respecto, el secretario de Prensa de la COB, Bruno Apaza, señala: “No nos interesa, que hablen lo que quieran hablar; lo importante para nosotros es definir nuestra propia plataforma, no sólo en cuanto a diciembre, sino para nuestro propio congreso, una plataforma de trabajo, de movilización, de lucha para la próxima gestión”.

Si hay una demanda por parte del Pacto de Unidad de realizar un congreso de la COB, Apaza dice que “si los campesinos o colonizadores quieren opinar (al interior de la COB), tienen los ampliados, y allí con todo derecho podrán opinar; desde fuera, nada”.

Apaza informa que el XV Congreso Nacional Ordinario de la COB está convocado para el 16 de enero de 2012 en la ciudad de Tarija. Si hay algo que las organizaciones sociales campesinas tienen que proponer, el escenario para hacerlo es éste, el congreso.

Por lo demás, “no vamos a admitir injerencia política partidaria. Si (los del Pacto de Unidad) están opinando en términos político partidarios, allá ellos…”.

Hay que recordar que desde hace años está pendiente un Congreso Extraordinario de la COB, en el cual, siempre fue el pedido de los campesinos, se revise los estatutos a fin de permitir la elección, en la Secretaría Ejecutiva, a un trabajador que no sea minero. Hoy, por estatuto, la COB siempre debe estar dirigida por un minero.

Una ‘revolución productiva’ inconclusa

La resolución número 8 del encuentro nacional ordinario del Pacto de Unidad realizado en la ciudad de Sucre, la semana pasada, reclama que hasta ahora no se aplique la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, promulgada el 26 de junio de 2011.

Allí se pide la “aplicación e implementación inmediata de la Ley 144, es decir, que se debe elaborar en su cabalidad los decretos supremos reglamentarios”. El diputado Edwin Tupa, al respecto, señala que una vez que el Legislativo cumplió con aprobar dicha Ley 144, ahora le toca al Ejecutivo hacer los reglamentos.

Si hay un tema mayoritario en las 24 resoluciones del pacto de Sucre es la reivindicación agraria. Empezando por pedir el desarrollo de la revolución comunitaria, se pide, por ejemplo, (punto 11) la construcción de silos para almacenar productos, con el fin de enfrentar futuras crisis alimentarias.

También se demanda (13) presentar, “en un plazo de 60 días, una propuesta de Ley Integral Agroambiental”; eso sí, “consensuada” entre el Pacto de Unidad y el presidente Evo Morales.

En el punto 14 se pide que el INRA concluya el saneamiento de tierras “con mayor capacidad productiva”, para ser redistribuida a las comunidades sin tierra. Asimismo, se demanda: (15) empezar a acabar con el latifundio y (17) descentralizar el Fondo de Desarrollo Indígena.

IVÁN BUSTILLOS ZAMORANO, La Razón