El MAS hace de todo para ganar popularidad, como la toma de la casa de Cárdenas, pero no siempre lo consigue. El dengue se politizó.
Miércoles, 18 de Marzo, 2009
I. La semana pasada
1. La casa de Cárdenas.
La semana que pasó vino marcada por la toma de la casa de Cárdenas. Gran escándalo mediático, con poquísimo efecto político.
La tal toma molesta mucho a los no masistas; le encanta a los masistas y deja indiferentes a los indiferentes. No tiene consecuencias políticas de fondo. Por tanto, la toma no baja la popularidad de Evo, ni sube la de Cárdenas.
Eso sí: la toma es buena para poner condimento a la coyuntura. Por un lado, es buena para el bando de los no masistas ya que tienen un motivo más para quejarse y rajarse las vestiduras. Por otro lado, es buena para el MAS: la gran toma significa carne y diversión para los radicales de ese partido. Por ejemplo, los fundamentalistas del indigenismo están fascinados dando interpretaciones antropológicas de la toma.
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Ahora bien; la tragedia griega es que a más folklore del socialismo indigenista, más pobreza para los indígenas. En 10 años los hijos de los sindicalistas que tomaron esa casa, serán igual o más pobres de lo que hoy son sus señores padres. Porque a este paso, aquellos jóvenes, en una década (y probablemente en un siglo) seguirán haciendo con los desafíos de la modernidad y de la prosperidad, lo mismo que hoy hacen sus padres: jugando con tierra y un palito. La diferencia es que para entonces, esos jóvenes podrán ejecutar ese juego tan refinado, en el jardín trasero de la ya tomada, casa de Cárdenas.
El MAS en esta coyuntura, necesita tomar la casa de Cárdenas y hacer este tipo de espectáculos mediáticos. Es un tema de mantener sus bases y sus territorios. Y por eso, habrá más tomas. Y más pobreza.
2. El dengue ya es cosa política.
Como predijo este termómetro, el dengue tenía que volverse político. En efecto, Costas salió criticando al MAS por politizar el tema. El MAS por su parte, puso un spot mostrando a Evo mientras mataba mosquitos junto a la gente. Costas quedó bien con sus amigos (que no tienen idea de política) y Evo quedó bien con el pueblo porque apareció unas 500 veces en su spot junto a la gente y dándole duro al dengue. A ver si vamos aprendiendo.
3. Evo, la coca y la ONU.
El presidente de los bolivianos se fue a la ONU a mascar coca. Pidió que la coca sea bien vista y que no sea delito el traficarla. En la ONU, algunos delegados del tercer mundo y hasta algún nórdico, le aplaudieron. EEUU mandó a tostar la propuesta boliviana. En Bolivia, Evo quedó bien con la mayoría, porque gran parte de los bolivianos quisieran mascar coca si eso es lo que molesta a los gringos.
4. Expulsión de otro diplomático.
El gobierno botó a otro gringo. Lo acusó de ser de ser un espía. Como 007 pero con aspecto mexicano. La acusación es lo de menos. Lo importante es ganar popularidad peleando contra los gringos. Si el gobierno pelea contra los autonomistas, sube en La Paz y cae en Santa Cruz. Aparte, cada ataque del gobierno contra cualquier cosa que suene a Santa Cruz, sube la popularidad de Costas y Marinkovic. Lo mismo con atacar a la empresa privada: eso funciona un poco allá en El Alto, pero nada en Santa Cruz. Ahora bien, atacar a los gringos funciona -siempre- en cada rincón de Bolivia. Por eso, el gobierno les tocará las partes íntimas a los gringos hasta cansarse. ¿Y qué harán los gringos? Prácticamente nada. Cuando mucho, harán uno que otro gesto de molestia. Los gringos están en otra y no van a pelear en Sudamérica. Ni con Chávez. En suma, el MAS puede acabar expulsando hasta el último amigo del portero de la embajada americana, ya que eso es popular y no tiene costo alguno.
5. Santos Ramírez.
El gobierno tiene dos estrategias para liberarse del caso Santos Ramírez. Una, encabezar la persecución contra Ramírez. Dos, hacer barullo en otros temas para distraer la atención. Lo primero funciona y salva de momento al alto nivel del gobierno. Lo segundo no funciona, porque en general, a la prensa le encantan los casos de corrupción y la verdad, no soltará el caso del año.
II. Esta semana
En la semana que comienza el gobierno hará algún otro acto extremo o radical para su público interno. Así consolida su enorme votación y de paso, intenta tapar lo de Santos.
Los autonomistas seguirán igual o más desorientados. Haciendo declaraciones quejosas, fundando naciones como fundar un club, enjuiciando al presidente y haciendo cosas raras y duras que no revisten interés alguno para sus propios electores. Entre paréntesis: Santa Cruz, como desperdició su victoria del 4 de mayo, está hoy desperdiciando su victoria del 25 de enero: la del NO.