Estado autonómico, policía autonómica

Jimmy Ortiz Saucedo

jimmy-ortiz1 “Policía lidera casos de violación de derechos.-Informe. Entre 2010 y 2011, el defensor del Pueblo recibió 1.084 denuncias contra la entidad policial. También hay quejas contra el Ministerio de Gobierno y la Fiscalía General del Estado. La celebración de los 63 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que se recuerda hoy será aprovechada por el defensor del Pueblo, Rolando Villena, para hacer conocer la situación de los derechos humanos en Bolivia; pero, de acuerdo con los datos preliminares, la Policía sigue siendo la entidad que más violenta esos derechos”. (El Deber)

No cabe duda, un Estado autonómico requiere tener una policía autonómica.



El pueblo voto en varios referéndums departamentales y en un referéndum nacional, su voluntad autonómica. El soberano ya decidió el rumbo futuro de este país, buscado, con sabiduría, salir de su fracaso histórico mediante otra forma de organización del Estado.

El propio Presidente Morales, después de oponerse a los referéndums departamentales, no le quedó otra que sumarse al referéndum nacional. El tsunami autonomista lo atropelló y a regañadientes se unió a proceso.

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Tenemos que avanzar en este mandato, pese a la resistencia de los plurinacionales centralistas y a la desidia de los nuestros.

Tenemos que reestructurar la policía nacional y crear nuestra policía autonómica, como la tiene todos los países autónomos del mundo, esto es lo lógico.

La policía nacional no gozó, no goza, ni gozará de la confianza de los cruceños. Y no es culpa nuestra, a lo largo de la historia ella hizo los meritos suficientes para su desprestigio.

Reitero: la policía siempre fue para los cruceños una fuerza de ocupación, ayer y hoy. Nunca fue una policía al servicio del pueblo y de sus autoridades electas. Nunca la sentimos como propia. Incluso porque sus miembros son mayoritariamente oriundos de occidente, que no nos quieren, ni conocen nuestra cultura. Siempre fueron un arma del centralismo contra nosotros. Son un instrumento del colonialismo interno.

Las encuestas locales y nacionales sitúan a la policía nacional como una de las instituciones con menor credibilidad. Y la voz del pueblo es la voz de Dios. Lo que hoy dice el defensor del pueblo es una verdad de Perogrullo que a nadie sorprende.

Es necesario tener cuatro policías, según corresponde a los cuatro niveles del Estado Plurinacional: una policía nacional que ya existe, una policía departamental a crear, una policía municipal ya existente y una policía indígena a ser creada. Cada una de ellas hará cumplir las competencias que le atribuyen la constitución y las leyes, a su nivel respectivo.

Está claro que la policía nacional no lo pude hacer todo, es necesario apoyarla con estas otras policías.

La salida del ejército a las calles es una aceptación tacita que la policía nacional fue rebasada por la delincuencia.

La policía nacional tiene que salir de su visión centralista y conservadora. Debe aceptar de buen agrado ser una policía moderna, apolítica, acorde con las necesidades de los tiempos y del nuevo estado autonómico.

Debe contratar en sus filas bolivianos de todos los departamentos, para volverla una policía realmente nacional. Nada queda estático en el universo, el cambio es necesario, peor aún cuando el fracaso es evidente.

La policía nacional tiene que recuperar su prestigio, ella y nosotros lo necesitamos.

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