La Otra Cumbre


cumbre Agotado el proyecto político del evismo, el gobierno planeó el evento a realizarse en los próximos días como una suerte de “relanzamiento” desesperado de la imagen del presidente Evo Morales.

Sin embargo, los límites estructurales del Movimiento Al Socialismo (MAS) ya no le permiten convocar a otras fuerzas que no sean los sectores cocaleros o pequeñas facciones empresariales cooptadas desde el poder estatal.

Por el contrario, actores sociales y políticos de primer orden, como las organizaciones indígenas de oriente y occidente o la Central Obrera Boliviana (COB), no sólo descartaron de plano la posibilidad de participar en la “Cumbre Social” de Cochabamba, sino que impulsan una Cumbre Paralela que podría tener una convocatoria mucho más amplia que la del encuentro oficialista.



Si en Cochabamba tendrá lugar la “Cumbre del Espejo”, donde Evo se reunirá consigo mismo, la Otra Cumbre promete ser decisiva a la hora de forjar una nueva agenda nacional para los años venideros.

Se dibuja así, en este diciembre, una suerte de nueva polarización, esta vez entre los restos del bloque masista -prácticamente reducidos al poder cocalero y sus brazos operativos- y un nuevo bloque contrahegemónico que abarca desde las fuerzas populares hasta la clase media.

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Haciendo un somero recuento de fortalezas y debilidades, el primero tiene a su favor el manejo del Estado, aunque con un mando muy erosionado sobre la policía nacional y con síntomas de molestia en esferas castrenses. Controla el Parlamento, aunque la disidencia de los diputados indígenas pone en entredicho sus 2/3. Y hegemoniza el Poder Judicial, pero sin legitimidad, luego de la derrota electoral de octubre.

Al mismo tiempo, el bloque gobiernista ya no cuenta con la imagen-locomotora de Evo Morales, que antes arrastraba a todo el oficialismo. El aislamiento a nivel internacional también es creciente, a diferencia de lo que sucedía durante la primera polarización.

Del lado del bloque alternativo, se cuenta con legitimidad, apoyo mayoritario de la opinión pública y respaldo internacional, pero se carece de todo poder estatal.

Sin duda, uno de los factores que puede inclinar la balanza es la economía, sobre todo en la medida en que el gobierno evista se vea obligado al expediente del “gasolinazo”. En cuyo caso, parece bastante evidente hacia dónde se moverá el flujo de la historia…

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