Resulta que el vocalista del grupo Reik, había estado bebiendo en el camerino y aún así salió a cantar con un ‘caballito’ en la mano.
Cuando se sentó frente al micrófono se le abrió el cierre del pantalón, se le asomó el calzón y para rematar ¡no se le entendía lo que cantaba! no sin antes confesarle al público que está muy enamorado.
Esta vergüenza para el cantante ocurrió en Guadalajara durante la fiesta a beneficio de la Fundación Rafa Márquez, que maneja el futbolista.
El mánager del grupo evidentemente estaba muy molesto y sus compañeros Julio Ramírez y Gilberto Marín trataban de disimular la pena ajena.
Fuente: www.tvnotas.com.mx
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