Este 2 de enero Irán llevó a cabo una nueva serie de lanzamientos de prueba de sus misiles de nueva generación y continúa con el simulacro del cierre del estrecho de Ormuz, la vía por donde fluye el 40% del tráfico de petróleo mundial. La nueva etapa de tensiones agudizadas entre Washington y Teherán tiene lugar dos días después de entrar en vigor nuevas sanciones económicas de EEUU contra Irán. «No tuvimos ninguna orden de bloquear el estrecho de Ormuz», precisó el comandante de la Marina iraní, el almirante Habibolá Sayari, detallando que se trata de un ensayo táctico en el marco de las maniobras ‘Velayat 90’ (en farsi, ‘Dominancia’) en el Golfo Pérsico. Al mismo tiempo, Teherán acentúa que el objetivo del ensayo era «hacer imposible el tráfico de cualquier tipo de embarcación por Ormuz». «EEUU está esforzándose haciendo todo lo posible para imponer cada vez nuevas sanciones contra Irán. Si la exportación de crudo iraní está en peligro, a lo mejor Irán no bloqueará el estrecho de Ormuz, pero puede obstaculizar la navegación en esa área. En este caso existe el riesgo de que empiece un conflicto que puede agravarse y provocar una guerra», comentó a RT Hisham Jaber, director del Centro de Estudios de Oriente Medio de Beirut (Líbano). El analista político puntualiza, además, que las sanciones contra Irán afectan no solo a este país, sino a los consumidores internacionales de su petróleo, como China y Japón, en primer lugar.
Fuente: ActualidadRT
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