Las cosas son como son


Ismael Schabib Montero*

VICEALMIRANTE SCHABIB “No es imaginable el Poder del Estado sin la orientación política que lo conduzca, cualquiera sea su riqueza y capacidad militar… Sin riqueza no existiría la fuerza… y las ideas (de la política) se agotarían… Sin el respaldo de la fuerza las ideas se debilitan y la riqueza se torna vulnerable”.**

En el 2011 se ha utilizado mucha tinta para analizar y comentar el reclamo que el Perú ha presentado ante la Haya sobre, el diferendo que mantiene con Chile por sus frontera marítima. Luego que el presidente Piñera se hiciera cargo de la presidencia, las relaciones con Bolivia dieron un giro y provocó que el gobierno de nuestro país amenazara con presentar un reclamo, también ante la Haya, sobre el problema marítimo. Comentan analistas chilenos que la situación creada harán más tensas las relaciones entre los tres países este año que comienza.



Para la política internacional del país trasandino este es un problema porque le consume tiempo y recursos, es un frente que debe atender y desde cualquier punto de vista era preferible no tenerlo para dedicar un mayor esfuerzo a seguir buscando ventajas para su comercio internacional, pero sería un error pensar que podría quitarles el sueño, porque llegan a esta situación con mayor ventaja sobre sus demandantes, con medidas preventivas bien alistadas, pero, no por la eficiencia de los funcionarios de su cancillería solamente, porque los peruanos también los tienen bien calificados, sino porque sus fuerzas armadas tienen medios que le dan una capacidad operativa muy superior, incluso, a la de la Argentina, que le otorga serenidad y confianza, sin embargo de que en la década de los años 60s y parte de los 70s el Perú lució con mayor poder militar que Chile, la política interna de ese país después de Fujimori, los hizo bajar la guardia y romper el equilibrio militar. En la actualidad, aunque su crecimiento económico es impresionante, superior incluso al de su vecino, no puede dar marcha atrás en el tiempo para potenciarse militarmente y atender las posibles contingencias que se podrían crear como consecuencia del fallo de la Haya que podría estar cerca.

En lo referido a nuestro país, que también le reclama a Chile, después de la Guerra del Chaco, pareciera que, para mucha gente, modernizar el inventario del armamento de nuestras FFAA es una mala idea, peor aún con una institución militar que pese a vivir en democracia, ha sido politizada hasta el tuétano, hecho que le consume la atención de su accionar, así estuviera previsoramente preparada. Aunque no lo parezca para los profanos en política internacional, las FFAA en su rol protagónico de signo positivo sirve en la negociación, influye en el manejo de la crisis y en definitiva, evita la guerra si tiene poder disuasivo. Un analista imparcial podría señalar que Perú y Bolivia merecerían, nuevamente, perder, por haber olvidado la historia.

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No prepararse para enfrentar lo peor alimentando la ilusión de que no va a ocurrir, no sólo es una ingenuidad, constituye una negligencia e irresponsabilidad imperdonables.

*Vicealmirante de la República de Bolivia

**Contraalmirante Roberto L. Pertusio: Estrategia Operacional. Instituto de Publicaciones Navales. Segunda Ed. Buenos Aires. Argentina. Año 2000