Jimmy Ortiz Saucedo“Indígenas oficialistas dejan 26 heridos (La Estrella 31-01-12, titular de la edición impresa).-Al menos 26 heridos entre policías y periodistas es el saldo del ingreso de los marchistas a plaza Murillo, quienes con piedras y palos rebasaron la berrera policial que no actuó, como en otras ocasiones, con gases lacrimógenos para evitar estos excesos”.Como era de esperarse los «indígenas oficialistas» llegan a la Paz con la violencia que nos tiene acostumbrados, y la indiferencia del pueblo paceño.La violencia es una de las características principales de los SS (sectores sociales) del MAS. La victima esta vez fue la policía, ¡que no se defendió como lo hace siempre!, y cuando no, los periodistas, sus archienemigos.La población paceña, como lo teníamos pronosticado, los recibió con indiferencia. Incluso muchos ciudadanos les manifestaros verbalmente y por medio de pancartas que «El TIPNIS NO SE TOCA», a lo que ellos respondieron con el insulto y la agresión.Los ciudadanos de la sede del gobierno son los que tienen mayor conciencia política en Bolivia. Ellos están enterados con bastante precisión da cada coyuntura política, y saben diferenciar lo verdadero de lo falso. Diferencian con meridiana claridad quienes defienden la vida del TIPNIS y quienes quieren destruirlo. Ellos ya tomaron partido en este conflicto, con apoteósico recibimiento de octubre 2011.Esta contra marcha fue estimulada por el propio presidente de la república, días después que el mismo promulgo con bombos y platillos la Ley Corta. Mostrando poca seriedad en el manejo de la fe del Estado.Visto a la distancia se puede afirmar que Morales solo accedió al pedido de los marchistas de CIDOB para que no le pase lo que le pasó a Gualberto Villarroel. Mantener el poder fue su único objetivo, después ya vería lo que hacía.Qué diferencia tan grande existe entre la marcha de CIDOB, que defendió al TIPNIS, con esta de CONISUR, que lo quieren destruir. Una defendía la vida, la otra defiende la muerte. Una compuesta por indígenas y la otra por cocaleros, ramas afines y militantes masistas. Una fue financiada por sus propias fuerzas, la otra por el gobierno. Una fue vilipendiada, perseguida y «pinchada» desde el principio y la otra exaltada sin reservas. Una fue brutalmente reprimida por la policía en Yucumo, la otra fue resguardada por ella. Una fue recibida con júbilo en La paz, la otra con indiferencia ciudadana. A una la recibió Evo Morales al instante de su llegada, la otra tardó en ser recibida por Su Excelencia, y lo terminó haciendo a regañadientes, porque no le quedó otra.Los masistas exigen mayor cobertura periodística a la marcha, yo les digo que los cubra Telesur de su patrón Chávez, canal 7, su periódico Cambio, Patria Nueva, las FARC, el cartel de Sinaloa o La Familia Michoacana. ¿A quién más le va interesar?El conflicto por el TIPNIS continúa y es de pronóstico reservado. No me extrañaría que el paso siguiente sea otra vez la fuerte confrontación y la violencia, a que nos tiene acostumbrado este gobierno. La ONU ya manifestó su preocupación al respecto.Reitero: esta es una lucha de la luz contra las tinieblas. Del neoliberalismo, en su versión más salvaje (la producción de cocaína), contra la naturaleza. Del derecho a la vida y a la cultura de los indígenas, contra la angurria de dinero a cualquier costo de los invasores genocidas.En última instancia es una lucha del bien contra el mal.