Ismael Schabib Montero*
El Problema de los indígenas del TIPNIS es más serio de lo que parece por el continuo avance de los colonizadores sembrando la coca maligna, la coca ilegal destinada a fabricar cocaína, estos narco-cocaleros son una amenaza real no sólo para el Territorio y Parque Nacional Isiboro-Sécure, para la ecología, sino para la existencia de sus habitantes, que están siendo absorbidos en los lugares ya ocupados por quienes los desprecian olímpicamente mientras son marginados y usados como peones, esto es algo que se ha podido comprobar en las dos marchas, mientras que en la que salió en agosto del 2011 desde Trinidad, se escuchaba a sus representantes hablar con propiedad, causándonos inclusive admiración por la clara exposición de sus ideas, a los supuestos líderes de la marcha del CONISUR, institución que el gobierno ha resucitado, se los percibe muy pobres intelectualmente, repiten como “loros” y mal el libreto que se les ha enseñado. Sin embargo de que los periodistas se esfuerzan por actuar imparcialmente, no pueden lograr declaraciones que no sean los argumentos del gobierno puestos en la boca de estos.
Pero no solamente están siendo absorbidos por los colonizadores con posibilidades de desaparecer, sino utilizados a su conveniencia, manipulados, empleados como elemento de maniobra política, como simples marionetas. Estas dos clases de personas son muy diferentes, como el agua y el aceite, mientras unos representan a los bolivianos más humildes, y vulnerables, los narco-cocaleros son la expresión más clara de la prepotencia política y racista sedienta de conflicto.
Si tomamos en cuenta la denuncia hecha 31 de enero en los medios de comunicación por algunos representantes de los indígenas de la primera marcha, en sentido que, los del CONISUR, fueron extraídos de sus comunidades en helicópteros, pagados y obligados a marchar, podemos inferir que algo muy grave está pasando con estos compatriotas que conviven con los peligrosos colonizadores.
Resulta inaceptable que unos narco-cocaleros, en completa inferioridad moral los hubieran privado del medio ambiente natural en que vivían despojándolos de sus valores ancestrales, contaminándolos con el sucio negocio de la coca-cocaína, que los estén privando de su dignidad y honorabilidad. Pareciera que el resto de los bolivianos miramos de palco lo que está pasando en las aéreas ya narco- colonizadas, esto es un problema de todos, algo que debe ser observado con mayor cuidado, se debe hacer la denuncia en ambos frentes, en el interno y en el externo.
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De esta situación nadie puede sentirse eximido, porque los indígenas del TIPNIS son las víctimas, los narco-cocaleros los autores victimadores, quienes apoyan a estos desde el gobierno, sus cómplices y si guardamos silencio, el resto de los bolivianos, los encubridores, si ese fuera el caso.
*Vicealmirante de la República de Bolivia