Ayer por la tarde dejó de latir el corazón del comerciante Ricardo Villagómez Coronado (50) tras ser agredido por un guardia de seguridad el pasado 29 de enero en el karaoke discoteca Papi Chulo. La víctima se encontraba conectado a un respirador artificial mientras su familia deambulaba por justicia. Sin embargo, desde aquel día, el fiscal Juan Ribera nunca citó al agresor para que preste su declaración informativa, denunció su esposa. «El agresor continúa libre», lamentó Fátima Salvatierra, llorando. Celebró su último aniversario. Ricardo y su esposa Fátima acudieron a ese local ubicado en la avenida Melchor Pinto a celebrar su aniversario de bodas. Cuando se retiraban los meseros volvieron a cobrarle lo consumido, la víctima se molestó, y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.
Fuente: Unitel, El Día
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