La Policía revisa los extractos de las llamadas a celulares.
Caso. La conversación ocurrió el mismo día del suceso. En la oficina del fallecido, hallaron un detalle de llamadas del celular de su cónyuge.
Claros aparece junto a su esposa en una foto de Facebook.
Página Siete / La Paz
El abogado Carlos Claros -asesinado el 30 de diciembre con cuatro tiros en la cabeza- y su esposa Marcela Salazar tuvieron contacto telefónico el mismo día del hecho sangriento con el principal sospechoso, Rogelio Farit F., según altas fuentes policiales.
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Ésa es la conclusión, señaló la fuente, a la que los investigadores llegaron luego de la revisión de los extractos de llamadas a los teléfonos celulares de la víctima, su esposa y el sospechoso.
“Tenemos el detalle de contactos por fecha, pero aún no podemos determinar a qué hora se realizaron hasta tener otro reporte más específico”, respondió la fuente policial cuando se le preguntó si es que hubo llamadas poco antes de los disparos.
Informó que en una requisa en la oficina del fallecido -quien tenía el cargo de asesor jurídico en una entidad financiera-, se encontró que guardaba en su escritorio un reporte de llamadas de su esposa. “Al parecer, le hacía un seguimiento”, comentó.
El 30 de diciembre de 2011, según la versión de la cónyuge, Claros salió a la 1:30 de la madrugada en busca de una farmacia para comprar dos analgésicos, uno para él, porque supuestamente tenía un dolor de espalda, y otro para ella, que sufría una inflamación en una muela.
La ruta troncal de Mallasilla a la zona Sur estaba cortada por mantenimiento, por lo que siguió un desvío habilitado por la Alcaldía, donde fue interceptado, según la Policía, por un hombre y una mujer.
Hablaron, discutieron y pelearon. El hombre sacó entonces una pistola y disparó. Claros fue llevado a la Clínica del Sur, donde falleció el 2 de enero 2012.
Las autoridades encontraron en el lugar de los hechos una mochila con papeles de la motocicleta de Rogelio Farit F., quien nació en Vallegrande, Santa Cruz, como la viuda. Ambos trabajaban en una organización que vende café orgánico.
A través de su abogado, Salazar pidió la aprehensión del sospechoso, admitió que lo conoce y negó relación alguna con él.