Jimmy Ortiz Saucedo
“Pando padece el corte de servicios básicos (El Deber 23-02-12).- El agua ha sacado de las casas a más de 1.000 familias en Cobija. De los 10 barrios que han sido afectados por el rebalse del río Acre, cinco están prácticamente bajo el agua, porque la gente tiene que llegar a sus puertas en botes e intentar colocar en altura alguna de las pertenencias que puede salvar”.
Nuestros hermanos del Departamento Pando están sufriendo días de angustia. La capital Cobija está fuertemente afectada y la población de Bolpebra prácticamente ha desaparecido bajos las aguas del Rio Acre.
El Estado nacional debiera dirigir masivamente su ayuda a los damnificados primeros y a la reconstrucción después. Así mismo se debe activar la alarma internacional para comenzar a recibir el apoyo de la siempre solidaria comunidad internacional.
Las necesidades son múltiples. Se necesita primero soporte para rescatar a los que siguen en peligro aun en sus viviendas o en el campo. El apoyo del ejército y los grupos de rescate es prioritario, tanto para la evacuación como para el resguardo de las viviendas, que quedan temporalmente deshabitadas.
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Luego se necesita llevarlos a lugares seguros, alimentarlos por el tiempo que dure la emergencia y darles asistencia médica. Para esta labor se necesitan: médicos y personal de apoyo, carpas, alimentos no perecederos, agua, medicinas, ropa, zapatos, etc.
Pido a la comunidad cruceña, a Bolivia en general y a la comunidad internacional donde esta columna llega, solidarizarse con esta desgracia mayúscula. Estoy seguro que ello sucederá, la solidaridad es una virtud trasversal del ser humano.
No tengo duda que en Bolivia esta primera fase de la emergencia la sabemos hacer relativamente bien, lo que me preocupa es la segunda fase, la fase de reconstrucción y relocalización de nuestra gente. Es aquí donde quiero dar especial énfasis.
Es necesario que se tome nota exacta de las aéreas que tuvieron problemas. Las fotografías satelitales son de gran utilidad para este cometido. Es necesario tener zonas rojas donde no se pueden construir viviendas. Es aquí donde se tiene que volcar luego de superada la emergencia los máximos esfuerzos. Tenemos que evitar que a futuro esto vuelva a pasar, o se lo minimice al máximo.
Sera grande el trabajo para el Plan Regulador de Cobija y para la acción del estado en poblaciones menores y el área rural. Se deben hacer mapas de riesgo para orientar a los habitantes sobre potenciales peligros.
Tengo certeza que se tendrán que relocalizar barrios enteros, para lo que será necesaria la acción nacional e internacional. El Banco Mundial y otros organismos de los que Bolivia tanta ayuda recibe, debieran colaborar con esta acción humanitaria en el Departamento Pando.
Finalmente, debemos cuidar la naturaleza. Usemos los recursos que Dios nos dio con prudencia y sabiduría. Recordemos que luego los tendrán que usar nuestros hijos y nietos.
El problema no solo es en Pando, es en todo el mundo. Estamos destruyendo la biosfera y con ella nos destruiremos nosotros mismos.