Si, de pronto, alguien la interroga y quiere conocer de sus labios cuándo se le despertó el espíritu activista, Wendy se remontará a su niñez. Y dirá que el colegio fue el primer entorno social que le sirvió en bandeja su primer acercamiento con el “choque cultural”, porque, claro, “cuando estás en tu familia, no pasa nada”.
Contestará, también, que en el primer día de clases uno no asiste a la escuela para aprender literalmente la pronunciación de las letras ni la gramática, mucho menos la coherencia y cohesión. Dirá que uno se encontrará con la demás gente, “con el otro entorno”. “Entonces, te toca defenderte de todas las agresiones que te harán tus compañeros. Eso es lo que marcó mi vida desde un principio”.
Wendy Pérez, la mujer que defiende la reivindicación de la rica cultura afroboliviana, los derechos de la mujer e hizo camino en el activismo desde que era niña, es uno de los brazos operativos del Ministerio de Justicia y cree en la necesidad de instalar el debate del aborto en Bolivia, luego de que Argentina mostrara el camino con la legalización.
Asumió la dirección del Servicio Plurinacional de la Mujer y Despatriarcalización (Sepmud) el 27 de noviembre pasado, cuando el ministro Iván Lima la posesionó y, con ello, marcó el inicio de una gestión apoyada en la urgencia de luchar contra el feminicidio.
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A estas horas se concentra en la necesidad de recoger sugerencias de sectores sociales y ciudadanos para establecer lineamientos en la norma 348 (Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia).
La mujer que ha demostrado su vena activista en el Consejo Nacional Afroboliviano (Conafro) está convencida de que es preciso implantar el debate de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en Bolivia, temática que considera desplazada en el tiempo, una suerte de deuda para con la población femenina.
“Nos toca debatir el tema del aborto en Bolivia y lo tenemos que hacer desde los diferentes espacios”, señala.
Lectora del anticolonialista Frantz Fanon, del activista por los derechos civiles Martin Luther King y del líder espiritual Mahatma Gandhi, Wendy pasa de una reunión a otra. Le ocupa y preocupa tomar nota y escuchar las necesidades del sector.
P: ¿Se enfiló detrás del activismo por convicción, necesidad o ambas?
R: Siempre, por convicción. También por las necesidades que surgen en el transcurso de la vida y las cosas que uno ve a diario. Los temas que siempre nos han marcado como población afrodescendiente son la discriminación y el racismo. Desde ahí surge el activismo… por la reivindicación de los derechos y el hecho de luchar por la igualdad y oportunidades.
P: ¿Desde niña?
R: Como población afro, en el primer día en que vas a la escuela tienes el primer choque cultural. Cuando estás en tu familia, no pasa nada, es todo tranquilo. Ese día no vas a aprender una letra, sino a tener ese choque cultural con la demás gente, con el otro entorno. Entonces, te toca defenderte de todas las agresiones que te harán tus compañeros. Eso es lo que marcó mi vida desde un principio.
P: Tuvo buena acogida su designación en la Sepmud, ¿cómo lo asume?
R: Contenta por mucha gente que está detrás de mí, gente afro que piensa que no tiene oportunidades. La perseverancia y la lucha se reflejan en un espacio de esta magnitud. El que varias organizaciones hayan aplaudido que haya quedado en este cargo evidencia aceptación, pero también retos para seguir trabajando.
P: Seguramente, su tarea más compleja es la de las modificaciones a la ley 348, para lo cual están recogiendo ideas.
R: Sí, ahora estamos con la misión más grande, que es la modificación de la ley 348, en la que trabajamos de manera ardua con todo el equipo. Hicimos la propuesta de que las organizaciones, colectivos y comunidades puedan presentar sus ideas para que modifiquemos la norma y, bueno, que sea entre todas y todos; para que sea una ley acorde a nuestras necesidades. También lanzaremos un cronograma de actividades en los demás departamentos para conversar con las personas. Deben estar conscientes de que no todas las propuestas van a ser plasmadas porque hay cosas que tampoco se pueden poner porque son inconstitucionales o van en contra de los derechos.
P: Un tema de agenda se instaló en la región, que es el aborto legal, ¿qué necesidad hay de insertar ese debate aquí?
R: Este debate en Bolivia se lo ha tenido hace muchos años. Es algo que no hemos podido concretar. Creo que debemos volver a hablar con todos. Nos toca debatir el tema del aborto en Bolivia y lo tenemos que hacer desde los diferentes espacios, especialmente las mujeres, porque a nosotras es a quienes nos corresponde definir cómo cuidar nuestro cuerpo, cuándo tener nuestros hijos. Ese debate es un tema pendiente en nuestro país.
P: ¿Entonces ve con buenos ojos el paso dado por Argentina?
R: Sí, mira, Argentina avanzó con ello. Esperemos que siga haciéndolo y dé luz verde.
P: Las problemáticas en la sociedad son muchas. Seguramente, los feminicidios le preocupan.
R: Los feminicidios en nuestro país han sido altos este año, con la particularidad de que hemos estado en cuarentena varios meses. Es preocupante que las mujeres sigamos sufriendo violencia estando en nuestras casas. También hay que entender que el feminicidio es el último paso dentro de toda la cadena de violencia que van padeciendo nuestras compañeras. Hay que ver cómo trabajar en prevención, una atención correcta ante la primera denuncia… ver cómo prevenir. Todo eso tendría que estar plasmado dentro de la ley para que una vez que se ponga en vigencia con todas sus modificaciones veamos que realmente bajen los casos. Lo ideal sería no tenerlos, pero es un proceso. Una vez que ya esté hecha la norma, nos toca ir a socializar a todos los espacios donde podamos llegar, de modo que se enteren cómo hacer las denuncias y todo ello. En este poco tiempo hemos estado recibiendo a muchas hermanas y familias de víctimas de feminicidios. Es doloroso cuando alguien viene a contarte su experiencia y ves que las compañeras han dejado de existir. Estamos en esa labor, haciendo seguimiento a algunos casos emblemáticos. Para nosotros, todos los casos lo son, pero no se puede realizar seguimiento a todos. Estamos ahí, armando el equipo para ver cómo hacerlo.
P: Deberá estar acompañado con un cambio en la Justicia, a la que usted calificó como “podrida”…
R: Es que no tenemos que ser grandes juristas para darnos cuenta de que la Justicia en nuestro país está mal y hay que volverla a escribir, desde todos los espacios, conversando con la gente que la administra y con la que la necesita. No va a ser un cambio rápido ni muy pronto, pero hay que trabajarlo desde todos los espacios. A los que administran la Justicia también es importante escucharlos, se debe saber por qué sucede el tema de recarga de casos. Se tiene que atacar la problemática de los consorcios de abogados que no ayudan a que la gente tenga justicia, peor a las mujeres, que muchas veces no cuentan con dinero para costos tan elevados.
P: ¿Más soñadora o pragmática?
R: Soñadora. No hay que dejar de serlo. Los sueños siempre se hacen realidad.