Coplas y cosas peores


Agustín Echalar Ascarrunz

agustin_echalar Las coplas cantadas el viernes antes del inicio de los carnavales, en horas de oficina y delante del Palacio de Gobierno, han tenido repercusiones internacionales, cadenas televisivas de Europa y del resto de Sudamérica se han ocupado de reproducir las ordinarieces, tan típicas de los bandos carnavaleros de pueblo, compuestas además por un vate que carecía de cualquier clase de ingenio.

La gente ha reaccionado porque estas coplas tienen un contenido machista vomitivo y porque son de pésimo gusto, pero convengamos en algo, la clientela política de don Evo Morales no debe estar muy molesta, no crea que haya un solo ciudadano que votó por él porque se le notaban los modales de un pupilo interno de un “Public School” británico, votaron por él en primer lugar porque era un sui géneris dirigente sindical – empresario cocalero aguerrido, porque era un símbolo contra el establishment y, por lo tanto, que él y algunos de sus ministros y sus ministras sean una punta de ordinarios, no suma ni resta a su aprobación como gobernantes, aunque, (como diría una amiga chilena), sean impresentables.



Pero hay dichos y hechos, presidenciales y gubernamentales, que son infinitamente más reprochables que esas demostraciones de mal gusto carnavalero, parto por la infeliz aseveración de don Evo, señalando que hubiera un conflicto entre el respeto a los derechos humanos y la formación de un soldado. Recordemos que hace casi un año, un joven cadete ha muerto en medio de un “entrenamiento”, porque éste implicaba una golpiza que lo descerebró, peor aún, debemos mencionar que la investigación del caso, que tiene ribetes racistas, ha quedado congelada en algún rincón de los meandros de la justicia.

Aunque lo ideal sería que el servicio militar obligatorio sea abolido, mientras éste exista, la toma de conciencia de los derechos humanos, tanto a la hora del entrenamiento, aún físico, de los solados, como a la hora de su concienciación como eventuales portadores de armas, es fundamental, la declaración del señor Presidente es simplemente aberrante.

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Algo mucho más grotesco que la referencia a los calzones de las ministras masistas ha sido también la arremetida de la Policía contra los minusválidos que acaban de llegar a la ciudad, tengo serias observaciones contra esa marcha, principalmente porque no creo en la legitimidad de éstas en general, pero hay un detalle que debe ser considerado aquí, una de las demandas principales de los minusválidos es el bono de 3.000 bolivianos anuales. Si en Bolivia gentes que tienen entre 60 y 65 años, que están en plenas funciones laborales, o que tiene una jubilación regularmente buena, o una excelente, o una buena renta, reciben un “bono dignidad” de 2.400 bolivianos anuales, ¿por qué no se les puede dar ese dinero a las personas que no tienen ninguna opción de trabajar porque su condición física o mental no lo permite?

No sugiero aquí que Evo venda su avión para pagar el bono, sólo que en la partida de bonos se sea más racional, vale decir, no dar más a los que ya tienen, y dejar en la rúa a los más necesitados. Tal vez si se hubiera partido por ahí, los minusválidos no hubieran necesitado marchar, y el Gobierno no hubiera “necesitado” mandarlos a apalear.

Página Siete – La Paz