Cada vez se calienta más el debate acerca de la existencia de armas climáticas creadas por una serie de países, entre ellos EE.UU., para derrotar a los rivales por medio de inesperados desastres naturales. Pese a la falta de pruebas, son muchos los militares que no niegan esa posibilidad; incluso, hay quienes afirman que ciertas naciones ya las tienen. «Ya sabemos que EE. UU. es capaz de influir a la ionósfera, cambiando o destruyendo todo el sistema de la coraza protectora de la Tierra. Así, en unos lugares se establece calor y en otros lluvias o frío. Otra dirección de este sistema es la influencia en los dispositivos electrónicos de mando, incluidos cohetes y aviones. Y la tercera esfera de aplicación, es la influencia en las condiciones físicas del hombre, ante todo en el funcionamiento de su cerebro», afirmó Leonid Ivashov, coronel general. No obstante, entre los científicos el mismo tópico provoca escepticismo. Sus razones son claras y aunque tienen un argumento diferente de por qué las armas climáticas son inaccesibles, la mayoría se basa en un solo hecho: para influir en el clima el hombre necesita más energía.
Fuente: ActualidadRT
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