Jimmy Ortiz Saucedo
“El Papa pide combatir al narcotráfico (Correo del Sur de Sucre, 24-03-12).- El papa Benedicto XVI instó ayer viernes a desenmascarar la ´estafa` del narcotráfico y llamó a combatir ´ese mal destructivo` para la humanidad, poco antes de llegar a México en la primera escala de su segunda gira por América Latina, informó Radio Vaticano”.
Quién más tiene que pedir un combate efectivo al narcotráfico. Lo único que falta es que nos lo pida el mismísimo Dios, aunque Él nos lo grita en la conciencia todos días.
Nos lo grita cuando vemos a los hombres topos en las alcantarillas de nuestras ciudades. Nos lo grita cuando algún pariente cae en sus sucias garras. No los grita cuando ellos son los principales culpables de la explosión de la inseguridad ciudadana. Nos lo grita cuando amedrentan y corrompen a las autoridades judiciales. Nos lo grita cuando aparecen narco generales en la policía. Nos los gritan cuando apoyan campañas políticas y candidatos. Nos lo grita cuando asesina a jóvenes policías y a políticos honestos que no comulgan con su “negocio”. Pero los hombres de este tiempo tenemos el corazón muy duro.
¿Será que todo esto no es suficiente motivo para combatirlos? ¿Qué pasa con nuestras autoridades políticas? ¿Será que ellas son tan miopes de no entender los inconmensurables daños políticos, económicos, sociales y ambientales que produce esta plaga apocalíptica? ¿Será que el miedo los paraliza? ¿Será que hay entre ellos intereses? ¿Qué pasa con la propia sociedad que calla en una brutal complicidad?
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Uno de los pocos que da la cara, es la Iglesia Católica. No sólo los combate el Papa, sino también cardenales, obispos y hasta los curas de las iglesias de barrios. Esta lacra social no es parte del reino de los cielos.
¿Por qué lo “toleran” las autoridades que elegimos por voto directo popular, para cuiden nuestro bienestar? Ellos son corresponsables del manejo del Estado, no pueden mirar para otro lado. No pueden eludir su responsabilidad.
¿Qué pasa con Su Excelencia Evo Morales?, esta pregunta nos amerita respuesta, su visita al JIFE convenció a los más escépticos.
¿Qué pasa con los senadores y el Senado?
¿Qué pasa con los diputados y la Cámara Baja?
¿Qué pasa con los gobernadores?
¿Qué pasa con los alcaldes?
¿Qué pasa con los concejales municipales?
¿Qué pasa con los asambleístas departamentales?
¿Qué pasa con las autonomías indígenas?
¿Qué pasa con los líderes regionales y las instituciones?
¿Qué pasa con la sociedad e incluso con el ciudadano?
Alguien tiene que poner un mínimo de cordura en este país desquiciado. Si las autoridades llamadas por ley no hacen nada, alguien lo tiene que hacer, es una cuestión de dignidad nacional.
No somos un pueblo ni de cocaleros ilegales, ni de narcotraficantes. Somos una sociedad digna, que quiere vivir y progresar con negocios limpios.
No me cansaré de plantear la imperiosa necesidad de realizar una “Cumbre Antidroga” en Santa Cruz, la ciudad más damnificada por el narcotráfico.
Esta cumbre tendrá por objetivo dar un grito de dignidad al mundo entero, mostrando que somos una sociedad limpia, que no quiere convivir con el narcotráfico.
Y la meta, obligar al gobierno a tener una verdadera política antidroga. Así mismo, pedir el apoyo de la comunidad internacional, para erradicar de nuestras vidas la temible amenaza.
Recomiendo que ella sea realizada por todas las autoridades departamentales elegidas por el voto popular, con la adición del Gobierno Moral de los Cruceños, nuestro Comité pro Santa Cruz.
Es necesaria también la presencia internacional con la ONU, la OEA y representante de países damnificados como: Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Perú, Estados Unidos de Norte América, la Comunidad Económica Europea y otros.
La Cruz de nuestro escudo cruceño no combina con éste “oficio” demoníaco.