Leyes para todos

Los bolivianos queremos elecciones, de hecho las mismas se realizarán a fin de año, por tanto lo que se exige es que esa instancia democrática sea válida en todo su proceso, para que los bolivianos podamos sentirnos seguros de ser parte de la elección de  nuevos gobernantes y de la  renovación de nuestros  representantes en el Congreso sin que nuestros votos sean  manipulados y alterados con oscuras intenciones y con la  vigencia de un Padrón  irregular

image Editorial La Patria.

Aprobada que ha sido la reformada Constitución Política del Estado CPE a través de un referéndum que arrojó un resultado dividido, aunque con mayoría relativa a favor de la corriente gobernante, se entiende que la norma debe ser cumplida en todas sus instancias, así muchos de sus artículos sean todavía objeto de debates y especial adecuación, lo legal es que no se vulnere la Ley.



Lo que se observa y con alarmante preocupación es que precisamente quienes reclamaron el cumplimiento de la CPE, ahora y desde el frente oficial están empeñados en desobedecer las normas vulnerando su legalidad y poniendo en riesgo el instrumento que debe regir la vida institucional de la Nación.

Qué se puede esperar de parlamentarios que sin mayor análisis de la realidad nacional, de las inquietudes ciudadanas y de los derechos que asisten a todos los bolivianos se proponen aprobar un proyecto de régimen electoral que sólo responde al interés partidario de quienes nos gobiernan y desean ampliar su mandato indefinidamente, olvidando que una mitad del país también tiene derecho a manifestar su opinión a través de un proceso electoral que respete el voto ciudadano y permita la alternabilidad, si se diera el caso.

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Lo grave del proceso en curso, es que por los análisis que se han efectuado se detecta claramente que en la cámara baja, donde hay mayoría del partido gobernante, se han violado más de veinte artículos de la Constitución y de la manera más flagrante alterando la relación porcentual de habitantes en el área rural con relación a la que vive en el sector urbano y que no puede alterarse en busca de consolidar una mayor representatividad en la futura asamblea plurinacional que buscaría prolongar el tiempo de mandato gubernamental, afectando sensiblemente el pluralismo democrático del que se habla mucho, pero finalmente se lo ignora por simples consignas partidarias.

En ese trajín parlamentario y en cumplimiento de normas establecidas el proyecto pasó a la Cámara de Senadores en la que se modificaron varios de los artículos de la proyectada ley electoral, obligando ahora a una sesión del Congreso Nacional en la que debe debatirse el cuestionado documento hasta lograr un acuerdo que sea la expresión de mayorías y minorías, como lo han demostrado los resultados del último referéndum en el que se ha cerrado de manera considerable esa brecha que marcaba abrumadora mayoría.

Los bolivianos queremos elecciones, de hecho las mismas se realizarán a fin de año, por tanto lo que se exige es que esa instancia democrática sea válida en todo su proceso, para que los bolivianos podamos sentirnos seguros de ser parte de la elección de nuevos gobernantes y de la renovación de nuestros representantes en el Congreso sin que nuestros votos sean manipulados y alterados con oscuras intenciones y con la vigencia de un Padrón irregular.

De lo que se trata es que en el Congreso no se cierren las puertas del debate abriéndolas a los especializados en “cercos”, todo el país estará pendiente de la responsabilidad de todos y cada uno de los parlamentarios. Su responsabilidad debe ser con el país y no con un partido.