Ser o cero


Rolando Schrupp

SCHRUPP Innumerables veces se repite la máxima de que es cosa del destino lo que le sucede pero se omite que no se puede acusar al destino cuando la realidad es consecuencia de las decisiones tomadas y que las cosas pasan es por algo, pero por algo que se decidió.

Resulta demasiado cómodo evitar la responsabilidad que se debe asumir a la hora de rendir cuentas por las decisiones que se tomaron y por las que no se tomaron también, incluso llegando a plantear historias contrafactuales imposibles de probar su existencia si hubiese sido diferente la decisión. Se sabe que las ideas más radicales son las que en verdad cambian al mundo pero solo cuando son acompañadas de acción.



Si las ideas no se defendieran con acciones aún pensaríamos que la realidad newtoniana del espacio-tiempo invariables serían las leyes absolutas por la que se rige el universo, pero tuvo que aparecer un Einstein que cuestionó las verdades absolutas y replanteó la relatividad. Esto originó una revolución que nos coloca en los tiempos de la física cuántica, relativa y particular. De la misma manera se puede analizar la realidad política que vive nuestro pueblo, donde las verdades absolutas deben ser cuestionadas por ideas radicales y mesura en las medidas.

Pero lo más radical que se debe cuestionar es que si el “ser alguien” es más importante que “el hacer algo” como pareciera ser la convención aceptada en nuestra sociedad. Lo importante en realidad no es quién sos, no importa que decís sentir por tu tierra, lo importante son las acciones que realicemos por modificar la realidad. Cuando nos demos cuenta que el “ser” equivale a cero y lo importante es la acción podremos contestar la pregunta fundamental: ¿qué hemos hecho por Santa Cruz últimamente?

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