Dos jóvenes a punto de ser linchados son rescatados vestidos de policías

Cochabamba. A los jóvenes los acusaron de apuñalar a otro muchacho en un karaoke.

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Opinión



Más de cinco horas duró la negociación entre la Policía y los comunarios de Capinota para lograr el rescate de dos jóvenes acusados de protagonizar una pelea en un karaoke, donde otros dos jóvenes resultaron heridos. Mientras la población se alistaba para quemar a los supuestos antisociales las fuerzas del orden les sacaron del lugar vestidos como policías para evitar más violencia.

En el transcurso de la mañana, en dos oportunidades, más de un centenar de comunarios intentaron tomar las oficinas de la Alcaldía de Capinota, donde también funciona la carceleta de la Policía, para ajusticiar a los dos jóvenes por lo que se hizo uso de agentes químicos.

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Utilizaron piedras, palos, ondas y tomates para destrozar la puerta principal de la Alcaldía. Asimismo, quemaron el vehículo donde, supuestamente, se trasladaban los jóvenes para cometer sus fechorías.

Producto de uno de estos hechos de violencia, el policía recién egresado de la Escuela Básica Policial (Esbapol) Gabriel Villca Vargas, de 21 años, de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) resultó con heridas en la cabeza y daños en la columna vertebral por lo que fue trasladado a la Caja, donde no quisieron atenderle, porque aún no había tramitado su seguro.

Justicia

Todo comenzó el pasado sábado, cuando dos grupos de jóvenes que se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas en un karaoke de Capinota protagonizaron una pelea, donde dos personas resultaron heridas (una de cada grupo).

El primero presentaba policontusiones en la cabeza, luego de que le golpearan con un ladrillo, mientras el segundo tenía una herida por arma blanca en el tórax del lado izquierdo.

Ambos fueron trasladados al Hospital José de la Reza de Capinota, donde tras una evaluación médica fueron dados de alta, por lo que se fueron del lugar pese a contar con escolta policial. Ayer, se supo que uno de ellos se encontraba siendo atendido en el Hospital Viedma de la ciudad.

Tras este hecho, la madrugada de ayer los dos jóvenes, Marco Antonio Velázquez y Alfredo Machicado, fueron detenidos y trasladados a las celdas de la Policía, mientras los comunarios convocaron a un cabildo donde decidieron lincharles a las 8:00.

Negociaciones

La Policía intentó evitar por todos los medios este delito, mientras personal de Quillacollo y la ciudad de Cochabamba se trasladaba al lugar para verificar la magnitud del hecho y evitar que se dé otro caso similar al de Epizana.

Pero, se pudo evidenciar la demora en cumplir la demanda de un Fiscal por parte de los comunarios, la misma que llegó junto a otra de sus colegas, pasado el medio día.

“Ustedes están trayendo más policías, no sé para qué, pero nosotros también nos estamos organizando y está viniendo más gente de sus comunidades a la plaza. Sólo hemos pedido una Fiscal”, manifestó uno de los comunarios.

En presencia de las representantes del Ministerio Público, los comunarios pidieron que los dos jóvenes sean sacados de las celdas hacia la plaza para verles. Sin embargo, cuando la Policía se disponía a cumplir su petición sacándoles al balcón, empezó la lluvia de piedras, por lo que tuvieron que resguardar su seguridad.

En una segunda oportunidad, fueron sacados a la puerta de la Alcaldía, para que ambos suplicaran por sus vidas y se declararon inocentes.

Los detenidos

Velázquez dijo que trabajaba como chofer y que sus amigos le contrataron para viajar desde Vinto a Capinota donde habrían tenido una pelea con un grupo del lugar.

“Son mis amigos los que han peleado, me han hecho tomar pero yo no he hecho nada, sólo he mirado, soy un taxista no más por favor no me hagan nada”, lloraba.

Por su parte, Bedoya reconoció que participó de la pelea, pero que sólo se defendía y que había llegado a la comunidad, porque tiene su padrino a quien fue a visitar.

“Perdónenme, pero yo no le he acuchillado, juro por Dios, soy inocente. Me querían pegar, yo sólo me he defendido, por favor no quiero morir”, gritaba.

El rescate

Exaltados e indignados por la falta de justicia en Capinota, los pobladores rechazaron cualquier intento de sacar a los jóvenes para trasladarles hacia las instancias correspondientes (Policía y Fiscalía).

Explicaron que tres personas fueron muertas en similares circunstancias y las autoridades no hicieron nada para esclarecer estos hechos. Con esa desconfianza se negaron a cualquier intento de negociación.

Después de más de cuatro horas, aproximadamente a las 13:30, un contingente policial de la UTOP rescató a los dos jóvenes, a quienes tuvieron que disfrazarles de policías para evitar que sean reconocidos por la población y ajusticiados.

Minutos después, todo el personal policial, inclusive el que estaba destinado en Capinota, se replegó hacia la ciudad ante la falta de garantías y seguridad.

En el lugar sólo quedó el vehículo totalmente calcinado y destrozado que fue trasladado desde la plaza hasta el río.