En los últimos días han surgido señales de discrepancia entre el MAS y el MSM, principal aliado del gobierno del presidente Evo Morales.
Subeditorial La Razón.
Poco a poco el Movimiento Sin Miedo (MSM), que es liderado por el alcalde paceño Juan del Granado, plantea sus diferencias, hoy más destacadas debido al proyecto masista de ley electoral y el incómodo caso de los 33 camiones.
La última discrepancia se originó con el plan del Gobierno para la autonomía de La Paz. Del Granado no quiere que el estatuto sea elaborado por consultores y menos quiere que este tema sea una bandera electoral.
Pero además, la investigación de los 33 camiones, que involucra al ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y que está en manos del diputado del MSM Javier Zavaleta, ha puesto en cuestión la postura de los Sin Miedo frente a casos al menos irregulares, pues hasta ahora no han visto elementos contra el Ministro de la Presidencia en el supuesto delito de contrabando en Pando.
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Sin alcanzar el consenso, el diputado Zavaleta planteó un informe unilateral. La observación de la oposición al mencionado informe fue que libró de culpa al ministro Quintana. Según ese informe, la vinculación de Quintana con el escándalo debe ser definida por el presidente Morales. El diputado opositor Ricardo Murillo denunció el hecho como una renuncia del Poder Legislativo a ejercer autoridad y cederla al Poder Ejecutivo.
Desde otros sectores de la oposición se multiplican las denuncias sobre el excesivo poder que alcanzó el ministro Quintana, que resulta protegido con este tipo de gestos que, además, comprometen el carácter fiscalizador del Órgano Legislativo.
Al fin de cuentas, la posición del diputado Zavaleta no era necesaria, pues el mandatario Morales ha dicho más de una vez que ratificará en sus puestos a los ministros que sean censurados por el Parlamento. Si el informe hubiera sido menos servicial con Quintana y hubiera desembocado en una censura, el ministro no hubiera sufrido perjuicio alguno, gracias a la lealtad del Jefe de Estado.
El informe y las discrepancias sobre el tema electoral afectan a la alianza de gobierno. Por ello, unos deberían cuidar la imagen de incorruptibles con la que surgieron y el Presidente debería evitar exponer su prestigio personal.