La Semana del MAS

El Presidente apareció en huelga de hambre junto a ‘los campeones del cerco’ para exigir la aprobación de una Ley Electoral fraudulenta.

ElNuevoDia Editorial El Nuevo Día.

Parecía que la “semana laica” estaba cerrando con suficiente folclore político hasta que apareció el Presidente de la República en una huelga de hambre junto con “los campeones del cerco” para exigir la aprobación de una Ley Electoral en los términos fraudulentos e inconstitucionales en los que fue redactada por los miembros de su partido.



La protesta de Evo Morales sustituyó al anunciado cerco campesino del Congreso, que se suspendió porque hay demasiados conflictos en La Paz como para sumarle otro y porque este tipo de medidas han agotado la vergüenza de los gobernantes. A juzgar por el ayuno instalado en el Palacio de Gobierno no quedó ni una sola gota.

Pero hubo demasiada pachanga como para detenerse sólo en uno de los sainetes. El viernes, cuando los parlamentarios negociaban dentro del Congreso, el máximo dirigente de los indígenas del oriente lloraba frente a las cámaras de televisión y denunciaba que habían sido traicionados por el MAS. El oficialismo le había asegurado 18 diputaciones a los pueblos originarios de las tierras bajas y el viernes sólo quedaban siete. Hay quienes desconfían de las lágrimas del líder de la Cidob pues creen que sólo trata de estimular en otros sectores un “consuelo de tontos”.

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Para cuando se producía ese llanto, otros no paraban de reír por el gran escape de “Chito” Valle, quien supuestamente se disfrazó de cholita y meneó su pollera frente a las narices de los policías. Así lo admitió el Ministerio de Gobierno.

Lo que no explicó muy bien el ministro Rada fue cómo es que decidieron aceptarle a Estados Unidos el dinero para la lucha contra el narcotráfico, si estaban muy adelantadas las conversaciones con Rusia, para sustituir a los policías de la DEA por agentes de la KGB o alguna otra agencia moscovita. A lo mejor se vio obligado por lo grave que se está poniendo el problema del narcotráfico. Hace una semana se produjo una nueva emboscada de los fabricantes de cocaína contra una patrulla de Umopar que se internaba en el monte, en la zona del Chapare, en busca de laboratorios que producen la pasta  base.

La semana también tuvo su capítulo de melodrama religioso. Todo empezó con la sorpresiva visita de Evo Morales a la Catedral de La Paz, donde no se atrevió a ingresar, pero sí se persignó en público y compró algunas palmas benditas. Todos creyeron que así como se liman asperezas con Estados Unidos, podría suceder lo mismo con la Iglesia, pero no. Al día siguiente el Ministro de Defensa anunció la prohibición a los militares de participar en los actos de la Semana Santa. Como estamos en un Estado laico, algunos pensaron que se venía también la suspensión del feriado. “Seremos revolucionarios pero no tontos”, habrán dicho en el Gobierno, conociendo muy bien lo que pasaría si a los bolivianos nos quitan la dicha de no ir a trabajar un día.

Antes de cerrar este recuento, no se puede dejar de mencionar la pelea que entre fiscales y jueces en Santa Cruz, por la presunta liberación ilegal de cinco narcotraficantes colombianos a quienes se arrestaron en la megafábrica de cocaína en tierras chiquitanas. ¿Qué hacer frente hechos como éstos que se vuelven cotidianos? ¿Reír? ¿Llorar? ¿Esto es el cambio?