La banda fue desarticulada entre el 2005 y 2006 y estaba conformada también por argentinos y españoles. La organización era dirigida por dos ciudadanos bolivianos, quienes fueron declarados en rebeldía.
DROGA INCAUTADA • Paquetes de cocaína como éstos, que no llegaron a su destino, son llevados a mercados de Europa.
La Razón
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Una Fiscalía de España pidió al menos 110 años de condena para una banda que traficaba cocaína, encabezada por dos ciudadanos bolivianos que llevaban esa droga desde el país.
La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, en la comunidad de Castilla-La Mancha en España, pidió más de 110 años de cárcel para los 13 miembros de la banda traficante de cocaína, acusados de dos delitos contra la salud pública y por receptación. La red fue desarticulada entre el 2005 y el 2006, informó ayer Europa Press.
La banda estaba integrada por ciudadanos bolivianos, argentinos y españoles. Sin embargo, la nota asegura que en el caso han sido declarados en rebeldía dos ciudadanos de Bolivia, que eran los cabecillas de la misma. Sus nombres son Pedro Cuéllar Pérez y Óscar Pozo Alba, aunque no se dan mayores detalles sobre los antecedentes en el negocio ilegal.
Además de Cuéllar y Pozo, es parte de la banda la boliviana María Vania Pérez Pedraza, quien era la encargada de buscar y controlar a los «correos» para la venta de la droga en varias provincias, y figura dentro del caso.
“Las primeras detenciones se produjeron en Puertollano (Ciudad Real), cuando una mujer, también boliviana, y un hombre de origen árabe nacido en Melilla regresaban de Puerto Santa María (Cádiz) de comprar droga”, según la publicación.
Para seis miembros de la banda, el fiscal pide 12 años de cárcel para cada uno de ellos, mientras que para el resto solicita ocho años de pena, informó Europa Press
“El acusado en rebeldía Pedro Cuéllar, según se indica en el escrito de acusaciones, se instaló en Madrid con la intención de montar la trama de venta de droga, mientras el otro declarado en rebeldía, Óscar Pozo, era el responsable de traer la droga, principalmente, desde Bolivia”, afirmó la publicación.
La intervención de los teléfonos móviles de estos cabecillas fue la pista que llevó a la detención del resto de personas que, salvo Pérez Pedraza, que era la que los controlaba, eran vendedores de la droga que pagaban a los principales jefes de la banda.