Las madres del Tipnis: vidas que alimentan esperanzas

A un mes de su partida desde Trinidad, hoy celebran su día. La líder indígena Bertha Bejarano relata cómo transcurre su jornada junto a sus pequeños. Los indígenas recibieron como una bendición, esta semana, el nacimiento de mellizos.

image El Día, 27 de Mayo, 2012

Ref. Fotografia: Bertha Bejarano baña a su bebé de 5 meses en una pausa de la caminata.



Caminando kilómetros y kilómetros, soportando las altas y bajas temperaturas de cada día, cargadas de sus hijos, velando por el bienestar de su familia, así marchan las madres indígenas desde el pasado 27 de abril por un objetivo en común.

Hoy se cumple un mes desde que la caravana indígena partiera desde Trinidad – Beni hacia la ciudad de La Paz, donde una vez más pedirán que no se construya una carretera por el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

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Pese a las malas noticias, malos momentos y preocupaciones, la madres indígenas hoy festejarán su día junto a sus familiares y a la gente que pertenece a sus mismos pueblos.

Sacrificio de las madres indígenas. Uno de los ejemplos más sobresalientes de la columna indígena es la dirigente Bertha Bejarano, quien tiene diez hijos. A nombre de ellos, por su mejor futuro, a decir de ella, continúa encabezando la marcha de los indígenas de tierras bajas.

Cada madrugada cuando emprenden la marcha, Bejarano tiene que cargar en sus brazos 10 kilos: ese es el peso de su hijo de cinco meses de edad, a quien alzó primero para que lo acompañara a la novena marcha indígena. "Me da mucha pena estar lejos, por mis hijos que se quedaron en Trinidad y por mi madre, porque ella está viva y no voy a estar a su lado. Pero me fortalece estar con mis compañeros y mis hermanas que nos mantenemos unidos en defensa de nuestro territorio", expresó la dirigente indígena. Bejarano destacó que la labor de una madre es brindar protección y seguridad a sus hijos en todo momento, y que por eso ella marcha a lado de sus únicas hijas mujeres de 4 y 8 añitos, para tenerlas cerca. Aunque reconoció que le hace mucha falta la ayuda del padre de sus hijos, para que ambos puedan "luchar" junto a sus hijos.

Una de las últimas alegrías de la columna. Lo más emotivo en el interior de la marcha indígena que ha sucedido hasta hoy fue el nacimiento de los mellizos, que se registró el pasado 24 de mayo  en el lugar donde el pasado año fueron reprimidos en la octava marcha indígena por los efectivos policiales. Carolina Moye, madre de los dos varones que trajo al mundo recientemente, decidió emprender la marcha junto a sus compañeros y su hija de un año, a quien cargaba en brazos pese a estar con ocho meses de gestación.

Ángela Nosa, una de las líderes indígenas y quien estuvo presente en el parto de Moye, destacó la valentía de la madre, cuando esta daba a luz sin muestras de dolor. Los pequeños nacieron con apenas 19 minutos de diferencia. "Estos bebés son una historia más para nosotros. Su madre ha venido caminando, tiene fuerza y no ha tenido muchos problemas", manifestó Nosa. Moye, junto a su esposo, se retiraron de la marcha para poder brindar una adecuada atención a los pequeños. Con el nacimiento de los mellizos esta pareja indígena ya suma seis hijos.

Violenta de represión de llantos. El pasado 25 de septiembre, los indígenas fueron reprimidos por los policías en la localidad de Chaparina antes de llegar a Yucumo. La violenta represión de la que fueron objeto tenía como objetivo evitar que la columna avanzara hasta Yucumo, ya que en este lugar se encontraban los colonizadores bloqueando la vía como una contraprotesta hacia movilización indígena.

Una de las más lamentables consecuencias de la represión fue la pérdida de niños, quienes con lágrimas en los ojos, atemorizados por gases lacrimógenos, buscaban a gritos a sus madres.

Muchos niños optaron por correr hacia el monte, para evitar que los uniformados puedan agredirlos, mientras que otros observaban cómo sus madres eran objetos de empujones por parte de la policía.

Durante la represión, una madre conmovió al país el pasado año. Fue la que contó que dejó a su bebé de dos meses con una enfermera,  debido a que tuvo que ir a buscar en medio del caos a sus otros dos hijos. Afortunadamente la madre indígena no perdió a su bebé, ya que el pequeño fue entregado a su madre, al día siguiente.

Dolor y amor de una madre. Tal y como se muestra arriba en la secuencia de imágenes, Justina Yujo alimentó a su pequeña Hilda de 2 meses, pese a los dolores de un calambre. Después de recibir ayuda, pidió que le entreguen a su niña para que pueda amamantarla.

Yujo tiene 10 hijos, dos de ellos ya fallecieron. Asegura que la felicidad que tiene día a día es ver a sus 8 hijos sanos. Sus hijo son Guillermo (24), Juan Pablo (20), Rosa (18), Francisco (14). Ronald (11), Félix (10), Luz Clarita (9) y la pequeña Hilda de dos meses. "Vivo feliz a lado de mis hijos, ellos son los que me dan fuerza para continuar con la lucha, porque quiero que ellos no sean despojados de sus tierras", manifestó la madre de 36 años.

"Yo les doy ánimo a todas las hermanas que se encuentran marchando. Tenemos que ser fuertes para seguir adelante. Vamos a lograr lo que estamos pidiendo".

Bertha Bejarano

Madre y dirigente indígena

"Felicitamos a las madres que están sufriendo en la marcha. No es un trabajo fácil caminar tanto y cuidando de sus hijos. Las madres indígenas merecen todo el respeto".

Ernesto Sánchez

Secretario de economía, Cidob

"Agradecemos la valentía de las madres indígenas. El sacrificio que están haciendo es por sus niños que tienen en brazos y caminando a su lado. Son grandes lecciones para todos".

Lázaro Tacóo

Vocero de los indígenas