Por la defensa del TIPNIS. Marchistas madrugan en su semana más complicada. Desde hoy, la columna ascenderá hacia los Andes.
Los marchistas madrugan en su semana más complicada
Quieren pasar a las 4:30 por Yucumo. Adolfo Chávez, amenazado.
ALEGRÍA. Las madres fueron agasajadas. Van con sus hijos los 600 kilómetros que hay entre Trinidad y La Paz. Según Unicef hay 72 niños, sin contar los 50 bebés
Pablo Ortiz. Chaparina, El Deber
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La novena marcha indígena deja Chaparina. Luego de permanecer tres días en la estancia Altamira, la columna buscará hoy seguridad en la oscuridad. Partirá a las 4:30 de la mañana hacia Yucumo, para tratar de pasar antes de que salga el sol por la población que bloqueó a la octava marcha durante casi un mes.
No será fácil. La columna se encuentra a dos kilómetros del puente San Lorenzo y desde ahí serán otros 3.500 metros antes de salir del pueblo. Lo más peligroso se encuentra al final, donde se concentra la parada de la Asociación de Transporte Libre y la sede de los sindicatos interculturales de la zona, dos grupos que se oponen a la marcha porque consideran que está en contra de su progreso al tratar de impedir que una carretera atraviese el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure para unir las poblaciones de San Ignacio de Moxos y Villa Tunari.
El día comienza a clarear cerca de las 6:00, así que la columna tendrá el tiempo justo para atravesar la zona colonizada. “Pasaremos en silencio, sin provocar”, explica Fernando Vargas, presidente de la subcentral Tipnis. “Ojalá no intenten bloquearnos ni agredirnos. Si nos bloquean, acamparemos frente a ellos”, anuncia Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob).
Hasta anoche no había ninguna señal de intento de bloqueo. El pueblo está indiferente a la marcha y en realidad, los que viven en el centro urbano de Yucumo no son los que realizan los bloqueos, sino campesinos que son traídos desde los centros de cultivos que se encuentran en la serranía.
Una vez pase Yucumo, las amenazas se acaban. Al salir del territorio beniano la marcha no encontrará tanta solidaridad como en San Borja, pero ninguna población será tan hostil como San Ignacio de Moxos y Yucumo. Es más, en Caranavi prometen recibirlos con banda y comida.
Desde hoy, la columna ascenderá hacia los Andes.
Para este miércoles está prevista una reunión promovida por algunos presidentes de regionales de la Cidob para desconocer a Chávez como su presidente. El dirigente indígena no luce tan preocupado. Le han llegado informes de que se está sacando gente de comunidades indígenas para hacer parecer el encuentro como una Gran Asamblea Nacional del Pueblo Indígena, donde se elige cada cinco años al titular de Cidob, pero cree que un directorio paralelo solo durará mientras la marcha esté en el camino. Considera que si le dan “un golpe de Estado”, el mismo movimiento indígena se encargará de castigar a los dirigentes.
Sin embargo, Chávez no culpa de esto a los presidentes de centrales, sino al Gobierno. Asegura que el Ejecutivo trató de comprarlo con embajadas y ministerios, pero él no accedió. Incluso uno de los presidentes de regionales le ofreció un encuentro con el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, pero él le respondió que lo esperaba en Chaparina si quería dialogar.
Como precaución, las oficinas de la Cidob han sido vaciadas de documentos importantes y de algún equipamiento. Además, se solicitará a la Policía que resguarde el recinto ante cualquier intento de toma del lugar. Y es que la reunión de los presidentes regionales disidentes se realizará en la Central de Pueblos Étnicos de Santa Cruz, a unos pasos de la casa grande de los indígenas de tierras bajas.
Homenaje para las madres
Dos tortas horneadas en Yucumo sirvieron para homenajear a las madres de la marcha en su día. Feliz día mamá y IX marcha indígena, eran los nombres de las tortas de chocolate y merengue. El pedazo más grande fue para Cristina Moye, la mujer que jueves dio a luz a mellizos en una choza de Altamira.
La presencia de las madres ha sido decisiva en esta movilización. Según el conteo de la Unicef, en las dinámicas de juego que realizan hay 72 niños, pero dentro de este conteo no están tomados en cuenta los bebés, que pasan de 50. Es la primera vez que las mujeres sobrepasan a los hombres en una movilización indígena.
Fernando Vargas dio el discurso de homenaje. Ponderó el sacrificio de las mujeres indígenas por el sacrificio de ir con sus hijos hasta La Paz y porque la otra mitad de su familia está en las comunidades.
Unos 80 niños caminan con sus padres en la IX marcha
Polémica. Para algunos, aprenden a querer su tierra, pero el Defensor del Pueblo pide no ponerlos en riesgo.
En la marcha hay una natural división de las obligaciones. Como se ve en la foto, son las niñas quienes por lo común deben ayudar en la preparación de los alimentos.
La Razón / Paulo Cuiza / San Borja, Beni
Unos avanzan a pie y otros en brazos de sus padres, quienes dicen que así aprenden a querer y defender su tierra. El Defensor del Pueblo pide no poner en riesgo a los menores y la coordinadora de ANNI Bolivia, Julia Velasco, insiste en no involucrar a niños en conflictos.
Al menos unos 80 menores, entre niños, niñas y adolescentes, caminan con la IX marcha indígena que salió el 27 de abril de Trinidad, Beni, rumbo a La Paz, pidiendo, entre otras cosas, anular la Ley 222 de Consulta en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
El jueves 24, en pleno descanso, el nacimiento de mellizos “engrosó” la cifra de infantes y llamó la atención sobre su situación, pues han dejado de ir a clases para acompañar a sus padres. La madre de los mellizos, Carolina Moye, dijo que volverá a su comunidad para cuidar de sus “dos regalos”.
“Bajo nuestras costumbres los hijos deben estar con sus padres”, asegura la dirigente indígena Nazareth Flores. La presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (Cnamib), Judith Rivero, sostiene que los padres no pueden dejar a sus hijos en las comunidades. “Sería como dejarlos huérfanos”, afirma.
“Tenemos pena de los niños que marchan, pero los papás dicen que tienen que saber que estamos luchando por un territorio. Sabemos el sufrimiento, pero nuestra cultura nos obliga a estar con nuestros hijos. No podemos privar a la mujeres de sus niños”, agrega Flores.
La coordinadora de la Agencia Nacional de Noticias por los Derechos de la Infancia (ANNI Bolivia), Julia Velasco, insiste en no involucrar a niños en conflictos, porque “si hay violencia (represión) suelen ser las primeras víctimas”. Con respecto a su educación, asegura que debería haber maestros en la marcha. El Artículo 109 del Código del Niño, Niña y Adolescente considera maltrato cuando al menor “se lo utilice o induzca a participar en cualesquier tipo de medidas de hecho como huelgas de hambre, actos violentos y otras que atenten contra su seguridad, integridad física o psicológica”.
PERMISO. Armando Terán Bejarano, de 17 años, hijo de la dirigente Bertha Bejarano, dejó los estudios por acompañar a su madre, pero recalca que volverá cuando concluya el recorrido. “Me dieron permiso por un mes”, explica con una sonrisa.
Gary Canchi Moye, de 16 y de la Subcentral del Sécure, afirma que pidió permiso en su unidad educativa para la caminata. “Quiero llegar a La Paz, no queremos que destruyan el TIPNIS, por eso marcho”, asegura.
Otros 17 adolescentes, entre mujeres y varones, acompañan a los indígenas que reclaman al Gobierno la no construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
Para la diputada indígena Blanca Cartagena, no es raro ver niños en las marchas. “Desde la marcha de 1990, los indígenas se trasladan con su familia. No hay con quién dejarlos y los padres cargan con todo”.
Según los propios marchistas, de los 80 menores, la mitad son niños. El clima causó en ellos resfríos y diarreas. Faltan pañales, afirma la encargada de logística, Matilde Noza.
En la VIII marcha un bebé de ocho meses falleció por infección intestinal y un adolescente de 13 años murió tras caer de una camioneta. En la IX marcha, la diarrea aumenta por la mala alimentación de las madres que amamantan a sus bebés, dice la enfermera Marycruz.
Germán Moze es padre de un bebé de tres meses. Está feliz por estar con él y con sus otros cuatro hijos: “Quiero que sepan que el padre participó de esta marcha”. La dirigente Rivero sostiene que las organizaciones recomiendan a las mujeres no traer a sus hijos, pero que ellas igual los traen.
Mujeres en gestación
Matilde Noza informa que hay unas siete mujeres embarazadas. Pidió ayuda para las mamás, ropa para ellas y leche y pañales para los futuros bebés.