La marcha entra en terreno hostil. Dirigentes cocaleros no dejaron asentarse en Challa a la columna. Durmieron sobre la carretera, expuestos al tráfico. Hoy pretenden llegar hasta Santa Bárbara.
Ayer fue un día de perros para la marcha indígena. Corrieron mayores riesgos en el camino (foto) y algunos cocaleros los amenazaron.
Pablo Ortiz. Coroico, El Deber
Tipnis. Un día de perros para marchistas indígenas
Por primera vez en 48 días de marcha, caminar 30 kilómetros supo a derrota. No era el cansancio, ni ese polvo amarillento que cubría todo, menos el hecho de que la marcha esté otra vez arrinconada a un lado del camino, tampoco el llanto de los niños o el hecho de que no hayan comido nada todo el día ni que la mitad de las carpas aún estuviera en camino lo que producía esta sensación de pérdida, de que a este día ni siquiera se le pudo sacar un empate. Lo que hería, lo que lastimaba era saber que a menos de un kilómetro, en Challa, donde la noche anterior les habían prometido asilo, tres dirigentes cocaleros les negaron posada y amenazaron a los suyos.
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La columna se levantó ayer con el pie izquierdo y comenzó a sentir que esta vez, de verdad, está muy cerca de La Paz. ‘Órdenes superiores’ hicieron que la cancha prometida en Challa sea destinada a secar coca y que tres personas, una que se identificó como secretario del sindicato cocalero, botaran a la comisión de la marcha que se había adelantado llevando los víveres y algunos niños para comenzar a organizar el campamento.
A Matilde Noza no le quedó otra que dar la vuelta, buscar una de las rutas de escape del camino, proteger a los niños y esperar a sus compañeros ahí. “Teníamos miedo que nos tiren piedras. No sabíamos qué nos podían hacer. Nos dijeron que nos salgamos por las buenas o por las malas. De nada sirvió que les expliquemos que teníamos niños, que ya habíamos hablado con los dirigentes, ni que un dirigente del Conamaq viniera a hablarles. Peor se pusieron, le quisieron pegar”, contó Noza.
Para ese momento, a las 7:30 de ayer, la columna llevaba dos horas caminando y no había señal de celular para comunicar la situación. Además, la carretera ya había sido cerrada por la empresa que tiene la misión de ensancharla, por lo que las camionetas no podía volver a recoger al resto de los niños que venían con sus padres. Los pequeños, la mayoría menores de 7 años, tuvieron que caminar al lado de sus padres, sorteando cerros de piedra y atravesando un túnel que causó pavor en chicos y grandes.
El esfuerzo, el escalar los cerros de escombros, terminó por dividir en dos la columna. Las madres, cargadas de niños, se quedaron atrás y los hombres apuraron el paso esperanzados en llegar para armar el campamento y enviar las camionetas en auxilio de las mujeres y niños, pero a las 15:30, se encontraron con que tenían que dormir al lado del camino, que el agua debían recogerla de una cuneta y que el acoso a partir de ahí sería más intenso.
Ahí afloró la solidaridad de donde menos se la esperaba. La empresa constructora ArBol, encargada de ensanchar el camino, puso señalización para darles algo de seguridad. Luego envió camiones cisterna para regar la carretera alrededor del campamento y también les envió agua para que puedan beber. El auxilio continuará hoy, cuando cedan su campamento en Santa Bárbara para que la columna esté segura. Pese al esfuerzo de la compañía, el daño estaba hecho. Isora Suárez caminaba por el campamento como sin rumbo, con su nieto tomado de la mano. El niño, de cinco años, tiene los ojos rojos por tanto polvo y se lo ve asustado.
A su izquierda hay un grupo de niños esse ejja que juegan sobre una lona. Todo esto de-sespera a Amparo Carvajal. La exmonja y presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos de La Paz sufre algo parecido a un ataque de ira. “Esto es indignante. Míralos acá, al lado de esta carretera y sin agua. Dan ganas de coger al presidente y al vicepresidente y decirles vengan, ustedes, vengan a ver a su pueblo, a este pueblo al que dicen querer. Lo que pasa es que el presidente desde que está en Palacio se cree el rey de Bolivia”, grita.
De a poco, la luz se comienza a ir y la gente se empieza a acomodar, a resignar. Las movilidades pasan al lado de donde intentan dormir, al lado donde mastican su rabia, su impotencia. Hoy pasarán por Challa y esperan no ser provocados. La marcha es pacífica, pero la dignidad no se negocia.
EN LA JORNADA
– El ministro de Gobierno, Carlos Romero, exhibió ayer una sentencia judicial emitida en Río de Janeiro y un informe de la Interpol que confirman que la presidenta de la novena marcha, Bertha Bejarano fue detenida ‘en flagrancia’ en 2007 transportando 138 cápsulas de droga en sus intestinos. De acuerdo con la documentación, Bejarano y su esposo, Virgilio Moy, admitieron su culpa y estuvieron detenidos durante seis meses.
– El gobernador de La Paz, César Cocarico, anunció ayer que las personas que llegarán en la novena marcha serán atendidas por personal del Servicio Departamental de Salud. Detalló que la atención médica por el sector de Caranavi a Yolosita estará a cargo de la red Caranavi y luego por la red Coroico.
Paceños resuelven dar su apoyo
Por unanimidad y entre vítores de apoyo a los marchistas indígenas de tierras bajas, la Asamblea de la Paceñidad resolvió el apoyo a la columna con una serie de actividades que fueron expuestas por las más de 160 instituciones que acudieron a la convocatoria.
Desde las 18:30, 163 representantes de distintas instituciones, como la Confederación Nacional de Juntas Vecinales, la UMSA, los gremiales, los mercados y el Comité de Vigilancia de la ciudad, expusieron el apoyo a la columna que tuvo tres representantes, el líder de la Cidob, Adolfo Chávez; la presidenta de la marcha, Bertha Bejarano, y el diputado Pedro Nuni.
La dirigente de todos los mercados de la hoyada paceña, Graciela Medina, dijo que los mercados no solo apoyarán con alimentos a los marchistas, sino que una comisión se sumará a la columna de inmediato.
El dirigente de los Sin Tierra, Vladimir Machicado, se declaró como el primer preso por desa- cato y recordó que estuvo cinco meses preso en San Pedro por un juicio instaurado por el vicepresidente Álvaro García Linera.
Los oradores aseguraron que la vecindad debe movilizarse para obligar al Gobierno a negociar con los marchistas, porque consideran que el presidente Evo Morales apostará por el desgaste de los marchistas. Esta posición fue respaldada por todos los asistentes. /MCh.