Niñas se prostituyen para comprar clefa


Son discriminadas por la sociedad. Las menores son víctimas de maltrato en sus hogares y huyen para refugiarse en las calles de El Alto, Bolivia.

image La Prensa – 1/07/2012

LUGAR DE OPERACIONES. El grupo de menores que se encuentra en la plaza Tiwanacu.



Menores del sexo femenino que viven en las calles de la ciudad de El Alto se prostituyen para comprar clefa y mantener su adicción. La edad de las jovencitas oscila entre los 14 a 16 años

Las menores entrevistadas coincidieron en señalar que se encuentran en esa situación porque tuvieron que huir de sus hogares por algún tipo de abuso que sufrieron en su entorno familiar. Desprotegidas e indefensas, también deben soportar el rechazo de la sociedad que, por su apariencia física, les niega trabajo.

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Las menores tienen como centro de operaciones la avenida Tiwanaku de El Alto, de acuerdo con los testimonios, la mayoría de sus clientes tiene entre 45 y 60 años. La tarifa por la compañía varía entre 35 y 50 bolivianos, pero la ganancia final se reduce, porque pagan 15 bolivianos por la habitación.

Según las adolescentes, recurren a esta actividad con el objetivo  y la necesidad de conseguir clefa, también encontraron en el oficio la oportunidad de dormir en un alojamiento y no en la fría calle.

Algunos testimonios. María (nombre ficticio), dice que la mayoría de los hombres con los que hace pieza están entre los 45 y 60 años. “Sólo tienes que esperar en este lugar de la avenida (Tiwanacu). Nos reunimos con mis amigas y siempre hay alguien que nos observa por mucho tiempo, entonces a la que más la mira, se acerca a la persona y le pregunta qué quiere. Los hombres nos preguntan el precio y una vez que llegamos a un acuerdo, caminamos delante de ellos hasta el alojamiento, que está a una cuadra del mercado (Central Tiwanacu)”.

El costo por ingresar a un alojamiento con alguna de estas menores es de 50 bolivianos, aunque varía según la apariencia y edad de la jovencita. “Les cobramos 50 bolivianos, 15 se queda en el alojamiento y nos quedamos con 35, algunas cobran hasta 35 bolivianos, quedándose sólo con 20, pero son las que están más urgidas de clefa, están más metidas con los inhalantes”. Por su parte, Ana (nombre ficticio) contó que en ese lugar se reúnen alrededor de 15 menores y que la mayoría provienen de familias desintegradas, otras decidieron huir de sus propios hogares debido a que fueron víctimas de algún tipo de abuso.

15 bolivianos es la tarifa por la habitación que pagan las adolescentes en los alojamientos.

Una de las entrevistadas dijo que el grupo es una familia en el que hay menores que fueron violadas por sus padres y que por mantener la unidad de su familia decidieron dejar sus casas. También dijo que hay otras niñas que fueron echadas de sus hogares porque se aplazaron en sus colegios.

“Las menores que se encuentran en situación de calle fueron  víctimas de tragedias familiares y de discriminación de la gente”.

Roly Chávez / RESPONSABLE ALBERGUES EL ALTO