Santa Cruz. El hombre más apuntado por ejecutivos, socios y ahorristas dio la cara. Reconoció algunos errores administrativos y aseguró que en su momento denunció los manejos dolosos. Debe $us 20.000 a la cooperativa
Personaje. EL DEBER ubicó a Arturo Cuéllar después de cuatro días en una modesta casa de Jipa, una comunidad suburbana ubicada en las afueras de Warnes.
Lo apuntaron de ser el responsable del ‘desangramiento’ económico financiero de la Cooperativa San Luis Ltda., que se prolongó por casi dos décadas. Propios y ajenos a la entidad de intermediación financiera llegaron a calificarlo como uno de los nuevos ricos de Santa Cruz por los montos económicos que manejó desde la gerencia y que algunos tuvieron destinos inciertos.
EL DEBER lo buscó para conocer su versión y lo encontró en Jipa, una comunidad rural del municipio de Warnes, donde actualmente vive. Si bien puso condiciones para declarar (pidió otro periodista como testigo y él hizo su propia grabación), concluyó diciendo que esperaba que la entrevista periodística no lo ensalce, pero que tampoco lo entierre…
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– ¿Cuándo y en qué circunstancias llegó a la cooperativa?
– Asumí el cargo de gerente general en 1994. En ese entonces, la cooperativa estaba en mala situación porque se había iniciado una serie de juicios por parte de los comerciantes del mercado San Luis, que reclamaban un mejor derecho propietario sobre el terreno de la cooperativa.
– Entonces, ¿con el lío legal con los comerciantes del mercado comenzó la debacle de la cooperativa?
– Hubo un excelente despegue económico en la oportunidad, pero después del escándalo que hicieron los comerciantes la imagen institucional se vino abajo. Hubo una corrida de depósitos muy grande; los socios del mercado San Luis se opusieron a que la cooperativa construya el mercado, empujados por una empresa que perdió la licitación para la construcción de los predios.
– Los juicios tienen su costo y casi siempre reportan pérdidas. ¿Cuánto perdió la cooperativa por los predios del mercado San Luis?
– Hubo una serie de juicios y no estoy seguro si el último terminó o todavía sigue, pero los comerciantes siguen reclamando los terrenos, cuando esos terrenos le pertenecen a la cooperativa. En ese entonces se emitieron 240 certificados de aportación y se compró el terreno. Al momento debe haber un valor aproximado de $us 1,5 millones.
– ¿Por qué la cooperativa quiso quitarle el terreno a los comerciantes?
– La cooperativa nunca quiso quitarle el terreno a los comerciantes, lo que pretendíamos era la construcción de un mercado moderno, pero hasta hoy en día no se puede hacer porque sigue en litigio el terreno. En otras palabras, la cooperativa ganaba los juicios, pero nunca pudo hacer el desalojo de los terrenos.
– ¿Puede hacer una radiografía de cómo encontró la ‘salud económica’ de la cooperativa en términos financieros, de liquidez, mora y cartera?
– Cuando asumí la gerencia, la situación era muy difícil, estaba a punto de caer. No había liquidez porque hubo una corrida de más de dos millones de dólares en un tiempo muy corto. La cooperativa tuvo que vender su mejor cartera para poder afrontar las devoluciones y, claro está, se generaron problemas de mora porque la gente dejó de pagar.
– ¿Fue esa la única situación de crisis que afrontó desde que ingresó hasta que salió de la gerencia de la cooperativa?
– Hubo varias etapas muy buenas, como las de las gestiones 98 y 99, cuando la cooperativa logró comprar su edificio, que es el que tiene actualmente en la avenida Cañoto. Pero posteriormente volvió a caer en crisis como efecto de no haber podido acceder a su licencia de funcionamiento en el 2000.
– ¿Es decir que el problema de licencia venía desde entonces?
– Eso le generó un desconsuelo a los socios, pero también originó un retiro de depósitos. Ahí, una vez más, se tuvo que vender su cartera más buena para afrontar la nueva crisis. Pero fueron situaciones que se superaron totalmente porque después de la gestión 2000 se introdujeron nuevos servicios financieros, como los cajeros automáticos, hasta que llegó a ubicarse entre las mejores cooperativas del sistema con un buen estatus.
– Pero entonces, ¿por qué hay tantos cuestionamientos?
– Porque es fácil hacer leña del árbol caído. Para mi descargo como gerente puedo decir que nunca se dejó de pagar un solo peso de interés, nunca se dejó de devolver algún ahorro o depósito a plazo fijo, cualquiera haya sido el monto; esto fue una constante hasta el día que salí de la cooperativa.
– ¿Cuándo salió de la cooperativa y por qué?
– Me fui el 31 de enero de 2011. Ya había presentado antes mi renuncia porque tenía problemas de salud, pero salí definitivamente en esa fecha.
– ¿Cómo nace el centro de consumo, por qué se presentaron tantos problemas y cuántas fueron las pérdidas?
– El centro de consumo fue una creación de la cooperativa y lo desarrolló muy bien en el principio, pero las prohibiciones que hizo la ASFI sobre ese instrumento de comercialización hicieron que se cierre. Esto ocasionó que la gente no pague, al extremo que actualmente todas las personas que sacaron electrodomésticos y no pagaron están en la central de riesgo.
– ¿Ejercía usted el control total del centro de consumo o lo dejó en manos de terceros?
– Como gerente era administrador de la institución, pero la entidad tiene sus brazos operativos en las gerencias de área y eran estos los encargados de responder. Eso sí, no era tal como lo pintan cuando dicen que se daba equipos a sola presentación de fotocopia de carné, se hacían verificaciones.
– Y las deudas…
– Hasta el día en que yo salí el centro de consumo debía a la cooperativa alrededor de Bs 5,6 millones.
– Cuando se fue de la cooperativa ¿con cuánto dinero líquido la dejó?
– Al momento de mi salida existían en bóvedas y en bancos alrededor de un millón de dólares, en efectivo; eso es fácil de evidenciar a través de los balances. Las disponibilidades efectivas de la cooperativa sobrepasaban el millón de dólares, pero las inversiones temporarias a corto plazo en otras entidades superaban los $us 600.000; estamos hablando de $us 1,6 millones que quedaron en la cooperativa y una cartera de $us 23 millones, con una mora del 11%.
– ¿Es cierto que Emilio Limpias, un hombre de su confianza, desfalcó un monto millonario a la cooperativa?
– Emilio Limpias era mi jefe de captaciones, pero él realizó un desfalco a la cooperativa de aproximadamente $us 400.000. Se detectó la irregularidad a través de un seguimiento. Era un hombre de confianza con los clientes y hacía movimientos de las cuentas traspasando dinero de una cuenta a otra.
– Entonces, ¿ese dinero que desfalcó Emilio Limpias también lo perdió la cooperativa?
– Se hizo la denuncia en la Policía y se le inició un juicio, pero tampoco terminó porque se fugó del país. Algunas personas allegadas a él han pagado buenos montos a la cooperativa; en mi gestión fue el único caso de desfalco.
– ¿Por qué se otorgaron créditos vinculados, usted los conocía, los avalaba o los prohibía siendo la máxima autoridad de la entidad?
– Si existen créditos vinculados por parte de funcionarios de la cooperativa, lo han hecho en estricta sujeción a su calidad societaria. Ellos son socios de la cooperativa y como tales tenían derecho a acceder a créditos.
– ¿Avaló usted el crédito a su hijo Arturo Cuéllar Jr. por un valor de $us 15.000?
– Sí, lo conocí. Él necesitaba comprar una herramienta de trabajo, pero lamentablemente se la robaron. Era para comprar un tractor, pero ahora está tratando de arreglar el pago.
– ¿Cómo se explica que haya funcionado con serias observaciones de irregularidades?
– No es así. Siempre trabajamos basados en manuales de procedimientos. Existía una comisión de crédito de la que yo formaba parte; entre todos poníamos la firma.
– Usted dice que se fue en 2011, pero ya el 2009 la ASFI sacó un informe de auditoría contundente sobre la salud de la cooperativa, ¿Qué paso entonces de 2009 hacia adelante?
– Problemas personales de salud me impedían viajar a La Paz, pero fue una comisión a tratar el tema con la ASFI, con la cual se elaboró un plan de emergencia eliminando ciertas partidas contables. Eso se hizo hasta que salí, pero posteriormente debió presentarse un plan de adecuación para el relanzamiento; nunca supe si lo hicieron.
– ¿Cómo responde a los que denuncian que la cooperativa llegó a pagar con favores algunas supervisiones sorpresa de los que en su momento los fiscalizaron?
– Lamento lo que estoy escuchando. Me sorprende que se diga esto, porque esto no lo conozco.
– ¿Cumplía usted con las normas de regulación?
– La norma se aprobó en 1996, pero la ASFI solo vino una sola vez en 1998, nada más. Después volvió en 2008, cuando incorpora a todas las cooperativas a su competencia.
– ¿Por qué algunos funcionarios de la cooperativa sacaron dinero de las bóvedas a cambio de cheques sin fondo?
– No. En mi gestión dudo que se haya hecho eso.
– No tiene la certeza…
– Dudo que lo hayan realizado porque teníamos mucho control; era imposible.
– ¿Por qué nunca terminaron el proceso de adecuación y no teniendo licencia siguieron haciendo captaciones?
– Ya dije que había un plan de emergencia y que debería haberse cumplido presentando el plan a la ASFI; cuando me fui todo ese plan estaba encaminado, pero el plazo de adecuación todavía termina el 31 de octubre. Entre ambas partes demoraron el proceso.
– ¿Cómo ve la situación actual de la Cooperativa San Luis y cómo va a responder a la advertencia de seguimiento que hará la ASFI a todos los que incurrieron en malos manejos económicos?
– Lamento de veras la situación. Toda entidad financiera tiene como función captar, colocar y cobrar, pero después de mi salida han pasado cuatro gerentes y desconozco si hicieron gestión o no. Quien no hace gestión en corto tiempo tiende a salir de la imagen del sistema. Lo del proceso de seguimiento lo afrontaremos como corresponde, presentando pruebas. No es sano eludir responsabilidades echando la culpa a otros y en las investigaciones se sabrá si hubo actuaciones con dolo.
– ¿Por qué se incurrió en negocios con clubes de fútbol?
– Por imagen institucional, pero nunca se les regaló dinero. A Blooming le hipotecamos su sede social por una deuda de $us 400.000, a Oriente Petrolero le ganamos un juicio por valor de $us 350.000 pero no ha pagado, y al club The Strongest se le prestó dinero en dos gestiones previas a la de Kurt Reintsch, pero como no cumplieron con los pagos se les inició acciones judiciales, llegando a inscribir la sede del club de La Paz.
– Acaso Kurt Reintsch no se hizo subrogar sus deudas y también del club The Strongest, ¿cuándo se dio ese arreglo?
– Fue en la gestión 2010.
– ¿Es usted consciente de la fragilidad del negocio solo con papeles y sin que haya dinero en efectivo de por medio?
– Hasta el momento de mi salida Reintsch cumplía con sus obligaciones. Del último negocio millonario que hizo con la cooperativa no sé nada.
– ¿Nadie lo llamó de la cooperativa para comunicarle el último negocio de Reintsch?
– Desde el día que salí de la cooperativa nadie me comunicó nada. Tampoco Kurt me llamó; hace rato que no lo veo.
– ¿En qué condiciones le dio un crédito a Mario Cronenbold, hoy alcalde de Warnes?
– Sacó el crédito en mi gestión; lo hizo con una garantía para algunas inversiones. Hasta el momento que me fui estaba pagando.
– ¿Cómo fue el negocio que hizo la San Luis con la Cooperativa Sudamericana, que se cerró en la gestión del señor Miguel Ángel Linares?
– No recibimos acciones de pago de Linares. Recibimos pagos por concepto de créditos para terrenos de la Cooperativa Sudamericana. No compramos cartera, recibimos terrenos en pago. Posteriormente, hubo una compra de un pasivo de la Sudamericana, pero entiendo que a la fecha está liquidado. Con Linares nunca hice negocios particulares, solo fueron relaciones entre cooperativistas; nos apoyamos hasta el día de hoy.
– ¿Es usted socio de la cooperativa, tiene deudas o no?
– Soy socio de la San Luis con certificado de aportaciones por un valor de $us 800, pero también debo un crédito de unos $us 20.000 con la entidad.
– ¿A cuánto asciende su patrimonio y a qué se está dedicando ahora?
– Salí de la cooperativa y abrí un restaurante, pero me deshice de ese negocio. Ahora tengo una camioneta con la que trabajo haciendo servicio de transporte a algunas avícolas. Tengo solo una casa, aquí en Warnes, porque la otra casa se la deje a mis hijos.
¿Le ha ido mal en la vida o ha malgastado su dinero?
– No. Tenía una propiedad ganadera en Santa Rosa de la Roca, pero los campesinos se entraron y la ocuparon, por eso vendí mis vacas. Lo demás lo gasté en mi enfermedad.
Histórico
Antecedentes. Un ayuda memoria proporcionado por un diputado a la Brigada Parlamentaria Cruceña en la gestión 2001-2002, da cuenta de que ya en 1999 habían observaciones sobre el manejo que hacía Cuéllar en la institución.
Ejemplos. Gastos y financiamientos al Centro de Consumo por un valor de Bs 10 millones, que después fueron anotados como gastos diferidos de la cooperativa; desfalco de Emilio Limpias, su hombre de mayor confianza, por un monto de $us 400.000.
Otros. Además, otorgamiento de créditos vinculados, transacciones solo de papeles y sin garantías, saqueos de la bóveda a cambio de cheques sin fondo, entre otros.
Nació en Terebinto
Arturo Cuéllar Urgel nació en Terebinto. Se casó dos veces y tiene varios hijos. Se formó profesionalmente en la carrera de Auditoría de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y está por terminar la carrera de Derecho en una universidad privada de Santa Cruz.
Se declara un hombre hogareño y de pocos amigos. No gusta de ningún tipo de juegos de azar y menos el desvelo.
Dice que trabajó en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y después, en 1994, ingresó a la Cooperativa San Luis, donde ocupó la gerencia general por casi 20 años.
Dejó la entidad el 31 de enero de 2011 porque estaba enfermo.
Mi hijo sacó un crédito de $us 15.000, pero yo no lo garanticé; fue para comprar un tractor”
El lío legal con los comerciantes del mercado San Luis fue el detonante de la primera crisis”
Dudo que en mi gestión hayan sacado plata de la bóveda a cambio de cheques sin fondo”.
El Deber