El bufeo, patrimonio de los bolivianos


Rubén Darío Rojo* La semana pasada, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó la Ley que declara Patrimonio Natural de Bolivia al bufeo o delfín rosado de agua dulce (Inia Boliviensis), proyecto que impulsamos desde la Comisión de Medio Ambiente. Con un bufeo inflable en la testera como emblema, dijimos entonces que este mamífero inteligente es todo un símbolo del boliviano, porque es un sobreviviente, como somos los habitantes de este país. El objetivo de la Ley es establecer políticas de protección a esta especie en peligro de extinción, endémica en la Amazonia boliviana. Con esta herramienta legal, tanto el gobierno nacional como las distintas entidades territoriales autónomas (gobernaciones, municipios, autonomías indígenas y ejecutivos regionales) deberán priorizar la conservación del bufeo y su hábitat, mediante programas y proyectos de corto, mediano y largo plazo.La norma fue presentada ayer viernes en la VII reunión de secretarías medioambientales de las nueve gobernaciones del país, realizada en el Beni, precisamente el departamento donde se da la mayor concentración de bufeos. Esta especie de delfín es uno de los tesoros de Bolivia, única en el país y en el mundo, que bien podría convertirse en “embajador” o emblema nacional para la conservación de su ecosistema. Se trata de una especie inscrita en el libro rojo de los vertebrados de Bolivia y sus ejemplares viven en lagunas de aguas blancas, negras y claras de las subcuencas de los ríos Mamoré, Iténez y Abuná. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y Recursos Naturales clasifica al bufeo como «insuficientemente conocido». Tiene características únicas y adaptadas al ambiente en el que vive, como un sentido de la vista limitado, con ojos muy pequeños, dependiendo de la ecolocalización o sonar para orientarse. Según datos de Faunagua, los machos llegan a medir 2,55 metros de longitud y pueden pesar entre hasta 180 kilos, mientras que las hembras miden hasta 2,16 metros y su peso se aproxima a los 100 kilogramos. Con una frente pronunciada y hocico largo, una de sus características más interesantes es la coloración de la piel, que en los adultos varía en tonalidades desde el gris pálido al rosado intenso, mientras que en los jóvenes predominan los grises. Estos cambios también parecen estar ligados a factores como la temperatura, claridad del agua, actividad física y ubicación geográfica. La mayoría de las veces los bufeos se desplazan en soledad, aunque también se observan grupos dedicados a la caza o a la protección de las crías. Su tiempo de gestación oscila entre 10 y 11 meses, y se observan hembras con crías durante todo el año, por lo que se estima que la reproducción se realiza tanto en épocas de aguas altas como de aguas bajas. En un reportaje que le valió el Biodiversity Reporting Award 2010, Mauricio Carrasco dice que “el bufeo está amenazado por su propia leyenda”. Sucede que los pescadores indígenas del Amazonas boliviano creen que los delfines de río se transforman en “hombres que seducen a las mujeres jóvenes”, un mito que ha puesto en peligro la vida del cetáceo, con el que se fabrican amuletos. Pueblos indígenas como los araona, baure, chimán, ese ejja, leco, mosetén, moxeño, pacahuara, tacana y yuminahua, cuentan en su tradición oral que en las noches de fiesta aparecen personas extrañas, de gran estatura y de tez muy blanca. “Bailan la noche entera, conquistan mujeres y desaparecen con ellas, antes de despuntar el alba, en las orillas de los ríos. (…) Las mujeres nunca más regresan a la comunidad”, cuenta Carrasco. Pero el bufeo también parece amenazado por otros factores: para empezar, los pescadores en los ríos Beni y Mamoré los eliminan por considerarlos competidores por los recursos pesqueros, alegando que arruinan sus redes o para usarlos como carnada para atrapar otras especies. Además, fenómenos climáticos como la sequía los afectan gravemente, al bajar el nivel de los ríos. La Ley que los declara Patrimonio Natural servirá igualmente para evitar que grandes proyectos de infraestructura, como represas o hidrovías, explotaciones hidrocarburíferas y mineras, puedan causar desequilibrios en su hábitat. Junto a esto, la implementación de iniciativas de turismo ecológico como la “Ruta del Bufeo”, contribuirán a la revalorización nacional e internacional del delfín boliviano. *Presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados