Editorial – El Deber
No tuvo una buena noche el alcalde Percy Fernández y por eso amaneció muy nervioso para estropear, torpemente, el acto público programado para la puesta en marcha del ‘mes de Santa Cruz’. Qué va a poder conciliar el sueño con tranquilidad el locuaz y ocurrente servidor público, que pagamos con nuestros impuestos, si la ciudad que él administra, como le viene en gana, está hecha pedazos y en el mes del aniversario departamental, se asoma con su peor rostro.
Las causas del insomnio del alcalde Fernández también podrían encontrarse en el prolongado y vergonzoso conflicto con sus propios concejales y en su apabullante incapacidad de resolverlo para rescatar al municipio más grande e importante del país de su peor crisis, en desmedro del interés de la propia urbe y de las mayorías ciudadanas.
Y como el señor Fernández durmió mal y se levantó con el pie izquierdo, según lo dejó entrever él mismo al iniciar su alocución, se dedicó a despotricar contra EL DEBER y sus periodistas a los que, de un tiempo a esta parte, ha convertido en el centro de sus gratuitas fobias. Ni con la tibieza de los rayos del sol de la mañana ni con el canto de los pajaritos que revoloteaban sobre su blanca cabeza, el alcalde pudo cambiar de talante y, casi sin pausas, continuó su torpe arremetida contra este medio de comunicación.
Es posible colegir también que el señor Fernández se indigestó a la hora del desayuno y montó en cólera por los análisis críticos sobre el último sainete del Concejo Municipal donde después de un ‘intermedio’ de… ¡85 días! los concejales suplentes, usurpando funciones, desbancaron a los titulares ‘disidentes’, sus exaliados a los que el alcalde tildó de ‘usurpadores’.
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A propósito de la crisis municipal cruceña, que no tendrá tregua en el ‘mes de Santa Cruz’, un experto municipalista dijo que todo lo sucedido en el Concejo es “una tragedia” y que lo más lamentable es que en Santa Cruz no aparecen líderes que pongan orden ni autoridad. “Están haciendo uso y abuso de la tolerancia de la gente. No solo los suplentes usurpan funciones, sino también tenemos un gobierno municipal que está aliado con el Ejecutivo nacional y que desde hace tres meses está gastando plata sin control ni fiscalización”.
Empezando septiembre, como salido de su escondite para estropear el acontecimiento cívico y de paso los aires primaverales que ya se respiran, en medio de sus desvaríos, Fernández no solamente se dedicó a insultar. También ha amenazado con ‘tumbar’(?) algún día a EL DEBER y en ese eventual intento hasta compromete su palabra de alcalde por Santa Cruz. “No sé si se van a ir directamente a dos metros bajo tierra o si se van a ir nomás a sus casas, pero algo les va a pasar”(?), remata en una clara amenaza que el ciudadano Percy Fernández Áñez tendrá que esclarecer públicamente, aunque debe saber que sus rabietas no atemorizan en lo más mínimo al Decano de la prensa cruceña ni a sus periodistas, que seguirán cumpliendo fiel y firmemente su tarea de informar y orientar.
Una vez más le recordamos a Percy Fernández que medios de comunicación como EL DEBER ahora en sereno tránsito hacia sus 60 años, permanecerán en el tiempo. Pase lo que pase. Cueste lo que cueste. Él, en cambio, más temprano que tarde, se irá a su casa.