Las brigadas utilizan termos y hielo para conservar la cadena de frío. Viajan hasta 20 días hasta comunidades Yuquis, Yuracarés y Mojeño Trinitarias del territorio boliviano.
María Mena / Cochabamba
Viajan en canoa y por tierra hasta por 20 días improvisando termos y hielo para conservar la cadena de frío que requieren las dosis. Para las brigadas sanitarias, transportar las vacunas anticovid hasta las alejadas comunidades indígenas del Tipnis es toda una odisea.
La labor de las brigadas se extiende en los pueblos de los Yuquis, Yuracarés y Mojeños Trinitarios, donde deben explicar a los habitantes las bondades de las dosis y desmentir mitos y mala información. La inmunización en la zona llega al 30%.
“Ingresar a algunas comunidades puede demorar una semana o hasta 20 días, viajando por el río Ichilo, por vía fluvial y terrestre. Como no tenemos electricidad, nos hemos aprovisionado de refrigeradores a gas que nos permiten conservar la cadena de frío con hielo. Llevamos las dosis en termos”, relata Keila Ávila, responsable de la Red de Salud Indígena del Servicio Departamental de Salud (Sedes) del departamento de Cochabamba.
La odisea de los médicos
En los pueblos indígenas del trópico cochabambino hay 19 centros de salud donde se suministra la vacuna anticovid. Paralelamente, el personal de estos establecimientos conforma 24 brigadas, con 44 profesionales, entre médicos y enfermeras, que se encargan de viajar a las comunidades de los Yuquis, Yuracarés y Mojeño Trinitarios que están en las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) y parte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
En esas comunidades no hay energía eléctrica ni otros servicios básicos. Los habitantes usan mecheros a kerosén, mecheros y generadores a gasolina que son vitales para conservar la cadena de frío de las dosis.
Ávila explica que en los centros de salud hay refrigeradores que funcionan a gas y allí almacenan las vacunas. Pero cuando las brigadas se movilizan de una comunidad a otra, las vacunas deben ser transportadas en termos y en conservadoras con hielo.
Las brigadas viajan principalmente en canoas por los ríos Chapare, Chimoré e Ichilo y realizan caminatas. “El viaje hasta las comunidades que están por el río Ichilo puede demorar de 10 a 20 días por vía fluvial y terrestre. Todo depende del acceso y el estado de los caminos”, aclara la responsable.
Durante todo el trayecto los médicos deben cargar –con sumo cuidado- sobre sus espaldas las conservadoras que contienen las vacunas. La temperatura en la zona puede llegar hasta los 40 grados centígrados, pero las dosis deben estar refrigeradas.
La cadena de frío
La Organización Panamericana de Salud (OPS) maneja un protocolo para la temperatura de almacenamiento de los inmunizantes. “Dependiendo del tipo de la vacuna, hay dos rangos de temperaturas para el almacenamiento de las mismas: las vacunas que son sensibles al congelamiento deben almacenarse a temperaturas de entre 2°C y 8°C.
Las vacunas producidas con sepas víricas y/o liofilizadas pueden almacenarse a -15°C y -25°C, según dice el protocolo.
En las comunidades del Tipnis se emplean las vacunas AstraZeneca y la china Shinopharm, que pueden almacenarse en ambientes de dos a ocho grados centígrados. Otras, como la rusa Sptunik-V, no son adecuadas para las zonas tropicales porque deben mantenerse conservadas a una temperatura menor a los 20 grados centígrados.
En el caso de la AstraZeneca, puede ser transportada –conservando la cadena de frío- por sólo seis horas, lo que dificulta su traslado a las comunidades. Por lo que las autoridades sanitarias esperan la llegada de la Johnson & Johnson, que precisa una sola dosis, factor que favorecerá la inmunización de los habitantes de comunidades muy alejadas.
“Seguimos el protocolo para el control de la temperatura de las dosis. Ya estamos acostumbrados porque se debe seguir ese protocolo no solo para las vacunas contra el coronavirus, sino para todas las vacunas”, afirma la responsable de la red.
Vacuna contra mitos
La Red de Salud Indígena registra una población de 6.901 originarios en la zona del trópico y su grupo meta de vacunación son 4.500 mayores de 18 años. El Sedes estima que se inmunizó a aproximadamente al 30% de la población y a la mitad de ese porcentaje le toca la segunda dosis.
“No hay una participación masiva de la gente. Algunos comunarios están rechazando la vacuna por cuestiones religiosas o mala información que circula en las redes sociales, como ese de que través de la vacuna están poniendo un chip, algo que es falso. Pero, poco a poco, la gente se está animando a vacunarse porque ven los resultados”, comentó la responsable de la red.
El 23 de julio se realizó una reunión de corregidores de pueblos del Tipnis en la población de San José de Angosta. En el encuentro, el personal médico aprovechó para socializar los beneficios de la vacuna anticovid.
Ese día, el cacique mayor de la Subcentral Sécure, Carlos Fabricano, se vacunó para dar el ejemplo . “Esto es bueno, va a prevenir que la gente se muera por el virus que ya se ha llevado a tantos hermanos y hermanas”, dijo.
También se inmunizaron los demás caciques y corregidores, las máximas autoridades de las comunidades originarias
Población indígena vacunada
La Defensoría del Pueblo realiza verificaciones sobre la vacunación en las redes de salud del trópico cochabambino. El coordinador regional de la Defensoría en el Chapare, Hernán Quezada, informó que observaron una aceptaron “regular” de los habitantes a recibir las dosis contra la Covid -19.
“En los centros poblados y áreas rurales la vacunación está marchando regularmente y se tiene el mismo indicador que en otros municipios. Está dentro del parámetro”, dijo Quezada.
La Defensoría Regional Chapare, junto a otras instituciones, difundió un spot en idioma yuracaré destacando los beneficios que otorga la vacuna contra el coronavirus. Ese material es utilizado en la socialización de la inmunización en los pueblos indígenas del trópico.
En el departamento de Pando también inmunizan a los pueblos indígenas y se prevé vacunar a más de 6.000 originarios de esa zona. En la comunidad andina Uru Chipaya, en Oruro, también avanza la vacunación.
Hace dos semanas, la comunidad Tentayape del Chaco del departamento de Chuquisaca se convirtió en la primera en vacunar al 100% de sus habitantes mayores de 18 años y alcanzar la inmunidad de rebaño.
Chapare: 50% de vacunados no regresan por el refuerzo
Al menos el 50% de las personas vacunadas contra la covid en el Chapare no regresan por la segunda dosis, debido a mitos sobre supuestas reacciones adversas. Los que no se apliquen la inmunización corren el riesgo de perderla y que las vacunas sean destinadas a otras redes de salud del trópico cochabambino.
“Dicen que hay efectos secundarios. Otros se desmayan (a causa de la vacuna), algunos se debilitan o en esa parte del brazo se les pega el metal. Hay un sinfín de cosas que andan diciendo y por eso uno que otro no quiere hacerse vacunar”, contó Carlos, vecino de Villa Tunari.
Marlen Villarroel, supervisora de la Red de Salud de Villa Tunari, informó que se aguarda a la región la llegada de las vacuna monodosis Johnson & y Johnson, pero no se podrá inmunizar con esas dosis mientras no se concluya con la segunda dosis de la vacuna Shinopharm que tienen.
“Tenemos un saldo para 2.000 personas que debemos acabar para traer las Johnson & Johnson. Lamentablemente, no hay apoyo de las personas, sobre todo de los mayores de 50 años, para recibir su segunda dosis. Los estamos esperando desde hace dos meses. Vamos a tener que disponer de esas vacunas como primera dosis porque tienen fecha de vencimiento”, dijo
El reporte de vacunación del Ministerio de Salud al 27 de julio detalla que en Cochabamba 483.417 personas fueron vacunadas con la primera dosis y 190.451 con la segunda dosis. Mientras que los casos acumulados de coronavirus, en el departamento hasta el 30 de julio, eran 70.765.
La responsable de la Red de Salud de Villa Tunari y Shinahota, Sonia Reyes, informó que desde que inició la vacunación, en marzo, se inoculó al 30% de las personas mayores de 18 años (80.000 habitantes en ambos municipios).
“En los dos municipios no hemos identificado reacciones adversas de gravedad. La población poco a poco está acudiendo a los puntos de vacunación”, explicó Reyes.