Mauricio Aira
El Jefe de Estado a tiempo de presentar un libro escrito por alguno de sus adherentes comentó que se escriben muchos libros sobre su persona algunos que le provocan risa como Ciudadano X, la Historia secreta del Evismo, del autor boliviano-uruguayo Emilio Martínez que alcanzó ya su sexta edición con sus 296 páginas que se leen de un tirón y que ofrece documentada información sobre los nexos de los primeros años de la actividad sindical de Evo Morales, su llegada al poder, las ONG, las logias, la ligazón con Venezuela, la Asamblea Constituyente e incluso sus anexos, incluyendo lo relativo al uranio. No mencionó el mandatario la obra de Eudoro Galindo Anze El Legado Maligno, Despotismo y Dictadura en Latinoamérica, que constituye la mayor crítica al régimen imperante en su contexto continental.
No podemos detenernos esta vez en las tres primeras partes del libro de 450 páginas sino en lo que atañe al desmantelamiento del Estado democrático y la descripción del renacer de la tiranía y la destrucción de una democracia. Llama la atención que los estudiosos no le hubiesen prestado atención habida cuenta de la profundidad del estudio, la precisión con que describe “el socialismo siglo XXI” que si gana elecciones con ese ropaje, jamás logró victoria en el campo de las armas, recurre a la democracia para destruir la democracia con ausencia de valores morales son los antiguos enemigos de la libertad. Luego de exhibir, perfectamente documentado la injerencia militar venezolana en Bolivia y las alianzas con adversarios de los EEUU se lanzan al secuestro de la constitucionalidad bajo el pretexto de descolonizar y desmontar la construcción del Imperio.
No se detiene Galindo Anze en el enunciado sino que en 50 páginas cronica el secuestro utilizando adjetivos de cirugía médica que ayudan a su cabal comprensión como aborto y engendro. El primero sucede el 24 de noviembre del 2008 con la aprobación en grande y en forzada sesión del proyecto de constitución masista. 118 asistentes, que son solo el 46% de sus 255 miembros y oh! ¡Temeridad! Se vota después de la lectura de tan solo los títulos del proyecto, ni siquiera de su lectura completa lo que ocurre en cualquier procedimiento regular y se aprueba el texto presentado por el Movimiento al Socialismo. ¡Inaudito! Acto seguido los asambleístas oficialistas abandonan el Teatro Mariscal de Ayacucho y se trasladan masivamente a un cuartel, al viejo Palacio de la Glorieta, dicho sea de paso, residencia de los únicos príncipes de la historia de Bolivia Francisco y Clotilde Argandoña en las afueras de la ciudad. Cuando “los ponchos rojos” una especie de mazorca rosista de la historia argentina, aparecen la población se espanta, en Sucre sucedió lo contrario, los ciudadanos hicieron poner pies en polvorosa a la milicia. La Glorieta está situada en la provincia Yotala por tanto fuera de la jurisdicción de Sucre, lo que invalidaría el acto Congresal.
La CPE abortó aquel día en el cuartel militar, “nació muerto” es que le otorga poder total al presidente y las “autonomías giran en su entorno como satélites” . El engendro exacerba el centralismo secante, socapa la manipulación sin respetar al ser boliviano. Incorpora la presencia de “la justicia comunitaria” elemento caótico en el concepto del Derecho. En cuanto a recursos naturales elimina las concesiones y los sustituye por contratos borrando el régimen del subsuelo y exponiendo a los concesionarios vigentes al riesgo de toma violenta lo que viene sucediendo hoy en día. La CPE no tiene valor legal ni moral, sentencia Galindo.
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Claro está que El Legado Maldito jamás será citado por los voceadores porque es la comprobación de que el proyecto en marcha pretende apropiarse del poder en forma indefinida, de los recursos naturales, de las fuentes de trabajo, de las comunicaciones, del transporte, del sistema educacional. Hacer enmudecer a la crítica, recortar la libertad de prensa, juicio a los medios (ANF, El Diario, Página 7), prescinde del Estado de Derecho, repone la pena de muerte (en la práctica con los linchamientos) Jamás tendrá el apoyo pleno propio de la Ley de Leyes. Apócrifo como es, reposa sobre muertos, heridos, violencia, engaños y mentiras al hombre boliviano.