“Y vienen desde La Paz”

imageMe acuerdo –de niño– que en esta pobre y arenosa aldea que era en ese entonces Santa Cruz de la Sierra, se esperaban cada tanto las ‘comisiones’ de La Paz que venían para procesar licencias de conducir vehículos. En esa época el centralismo verdaderamente llegaba a extremos.

Dominicus – El Deber

Hoy en 2009, con nuestra ciudad como la número uno del país y con más del 33% de contribución departamental al ingreso nacional, aunque ya podemos sacar acá algunos documentos de diversa naturaleza, ocurre que mientras ahora nos llenamos la boca con lo de la ‘autonomía al andar’, el dogal centralista sigue apretando con fuerza. Nos tiene de cortitos, casi asfixiados, tanto en el sector público como en el sector privado, sobre todo cuando se trata de ‘filiales’ de alguna entidad con sede en La Paz. Desde allí vienen para imponer unilateralmente sus decisiones o las toman directamente y sin consultar.



Parecería a ratos que los cruceños somos ‘opas’ y no sabemos hacer nada hasta que llegan los ‘inteligentes’ desde el altiplano. Sea grupos policiales o de investigaciones, trátese de licitaciones, de simples aspectos administrativos, de salud o rutinarios, etc., todo viene de La Paz. Ya es algo insoportable. Pero más insoportable aún es nuestra sumisión. Parece que se ha hecho costumbre el ‘asimilar’ como ‘superiores’ las cosas que vienen desde La Paz, sean cuales sean, sean quienes sean, vengan de donde vengan.

Esto debe cambiar y pronto. Las instituciones cruceñas tienen que ver la forma de hacer conocer al Poder Ejecutivo (y al Poder Judicial, centralista desde Sucre) que al margen de una natural coordinación nacional, que es necesaria en varios casos, tenemos en Santa Cruz gente preparada en todos los niveles. No hace falta que estén llegando desde La Paz para ‘verificar’ o ‘dar el visto bueno’, es hasta ofensivo. Se pueden hacer los procesos de forma conjunta, pero sin un centralismo antipático que a esta altura ya no va más.

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Fiscales, policías, cárceles, avisos publicitarios de empresas privadas, campañas de publicidad, cajas de salud, lo que quieran agregar y se les ocurra, siempre viene ‘cocinado’ desde La Paz. Si los cambas quisiéramos hacer las cosas al revés y llevar todo lo nuestro a la sede de Gobierno, se armaría un lío tremendo. Mientras se hace al revés, trayendo de La Paz gente con la palabra final o tomando allí las decisiones, todo es ‘normal’. Algo no anda bien en esta desigual ecuación…