Estados mafiosos


Un reportaje de la Voz de América vuelve a poner sobre el tapete la existencia de varios gobiernos en América Latina que estarían construyendo alianzas con el crimen organizado, convirtiendo a sus países en verdaderos “Estados mafiosos”.La nota en cuestión indica que “En recientes años, la conexión de grupos terroristas y organizaciones criminales en Latinoamérica ha aumentado (…) las alianzas entre países de la región y este tipo de grupos también han visto un incremento”.Los analistas consultados por el medio norteamericano consideran que debe dejar de considerarse como fenómenos separados al terrorismo, el crimen organizado y el narcotráfico, dada su interconexión, y piden mayores esfuerzos de Estados Unidos y Brasil en el combate a esos flagelos.Uno de estos especialistas es precisamente Douglas Farah, quien recientemente había dedicado duras críticas al actual gobierno boliviano en una entrevista brindada a la revista brasileña Veja.Ahora, Farah opina que “Hay Estados que se han vuelto criminalizados. Estados que ya patrocinan directamente el crimen organizado transnacional, que para mí es una cosa muy nueva en lo regional. Siempre ha habido crimen organizado, siempre ha habido grupos tratando de penetrar el Estado, tratando de tomar control de ciertos puntos del Estado, pero no que el Estado esté apoyando a esos grupos directamente”.En la nota de Veja, el experto señalaba a Bolivia, Venezuela y Ecuador como los narco-Estados en cuestión, donde “Los criminales fueron invitados por los gobernantes (…) a compartir el poder político. Así, conquistaron una fuerza inédita en la región”.Ante estas denuncias, los gobiernos aludidos pueden asumir dos actitudes diametralmente diferentes: una, la de tratar de atacar o descalificar a los denunciantes, incluyendo la amenaza de procesos judiciales. Tal la que suele ser reacción de los culpables. La otra, que corresponde a los inocentes, es declarar la total apertura a la investigación internacional, si es que no hay nada que esconder.Sabemos bien cuál es la que ha tomado, y presumiblemente seguirá tomando, el gobierno boliviano…[email protected]