Regresó para participar en motocross, pero el futuro de uno de los máximos ídolos del deporte nacional está en la categoría UTV.
POR: MARIO ROQUE CAYOJA / LA PAZ
Wálter Nosiglia Navarro, el piloto más laureado de Bolivia, volvió a competir después de ocho años en el nacional de motocross que el domingo 8 de agosto se corrió en el circuito Tambillo, muy cerca de La Paz.
El popular ‘Lobo del Desierto’ terminó segundo en la categoría Master MX A que ganó el cochabambino Freddy Herboso. Javier Choque fue tercero.
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“Fue un reencuentro con el motocross”, dijo el ganador de al menos 21 títulos nacionales.
“Cada que puedo me doy el gustito de correr. Pero no lo haré a nivel de campeonato porque es complicado por los viajes”, precisó a EL DEBER.
“Quedé sorprendido. Pensé que iba a abandonar porque mi categoría era para 45 años, y Freddy Herbozo (el ganador) tiene 10 años menos y buen nivel de competencia. Nunca dejo de entrenar y fue una carrera tranquila”, agregó.
Lo que más alegró a Nosiglia fue el retorno de su hijo Wálter a las carreras a nivel nacional tras un severo accidente que sufrió hace cuatro años en el Dakar.
Aún está en el recuerdo el tercer lugar que Wálter Nosiglia padre logró en cuadriciclos en el Dakar 2015.
El “viejo” Nosiglia en sus años de gloria deportiva sostuvo un intenso duelo deportivo con el paceño Wilter Ocampo desde fines de los años setenta hasta fines de los 90.
La pasión por las motos unía a Wálter y Wilter, eso lo comprobé en la cobertura que hice de las carreras en La Paz, en la pista de arena de la Villa Deportiva Abraham Telchi de Santa Cruz de la Sierra o en el Latinoamericano 1992 en la zona Quintanilla de la ciudad de Cochabamba.
Wálter, con la partida de Wilter Ocampo a Estados Unidos en 1979, se convirtió en figura del motocross paceño y nacional. Era imbatible. Casi siempre tenía el apoyo de su padre, don Mario Nosiglia, y de su técnico, Freddy Arené.
Años después volvió el duelo Wilter-Wálter en la pista de Alto Irpavi de la ciudad de La Paz y otros escenarios.
Bolivia había conseguido la sede del Latinoamericano 1992, y se eligió como escenario al circuito de Quintanilla, de Cochabamba. Luego viajaron en julio de 1972 a Venezuela, sede del mundial de cross para la categoría 250 centímetros cúbicos.
Wilter clasificó en el puesto 31 y Wálter en el 35. Ambos lograron su propósito de estar entre los mejores 40 pilotos del mundo.
Ocampo y Nosiglia corrían en el país en motos de la categoría 125 centímetros cúbicos. Al Mundial de Venezuela fueron con motos prestadas de 250 centímetros cúbicos.
“Cada moto de los pilotos de punta del Mundial valía entre 60.000 y 90.000 dólares. Mientras que nosotros corrimos con motos de la versión 1991 y totalmente estándar. A eso se suma que solo pudimos entrenar unos 10 minutos en el circuito”, contó Walter.
Mi seguimiento a Wilter y Wálter concluyó en el Latinoamericano que se desarrolló en 1992 en el circuito Quintanilla, de Cochabamba. El esfuerzo de los pilotos bolivianos no alcanzó porque Chile tenía hombres con mayor roce y respaldo técnico. El chileno Ruy Barboza fue el vencedor, seguido por el peruano Carlos Cecchi, el chileno Víctor Márquez y el boliviano Wálter Nosiglia. Wilter Ocampo no participó por lesión en su brazo derecho.
Un fatídico 20 de junio de 1999 fallece Wilter a sus 36 años en una carrera en la ciudad de Cochabamba. Su amigo y compañero de equipo, Wálter Nosiglia, que lideraba la carrera de Cochabamba, quedó conmovido por el fatal accidente. Fue el final de ese gran duelo.
No olvidaré el compañerismo que existía entre Ocampo y Nosiglia, quien logró -en 2015- el podio al terminar tercero en cuadriciclos en el Dakar que se corrió por Sudamérica.
Fue la mutación de ‘Chuck Norris’ a ‘Lobo del Desierto’.
Wálter Nosiglia tiene una capacidad de reinvención increíble. Decidió pasar del motocross a quads, y ahora está en los vehículos UTV, y se alista para incursionar en competencias internacionales.