Alfredo Leigue«No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague», refrán que nos recuerda que todo es efímero en la vida y la Expocruz, nuestra gran verbena, no se escapa y también llega al fatal momento de su final recurrente.La feria, sin hacer juicios de valor sobre su función en la cultura popular, en los negocios y en el ocio de ricos y proletarios esta ahí y forma parte de nuestra realidad cultural.La feria ha sido parte de nuestros éxitos económicos y causante también de desastres políticos Fue impulsor de muchos negocios y factor catalizador de sueños interruptus. Ha sido causa y pretexto. Realidad y sueño aletargador.Se acaba la feria y termina la ilusión que nos ofrece la pequeña ciudadela de luces con domicilio en la antigua avenida Kennedy hoy Roca y Coronado, y contando desde el lunes y hasta las fiestas de fin de año «welcome back to reality».Nuevamente a encontrarnos con Chaparina, con el humo y con Bolivia, la cruda e inmisericorde Bolivia. La dramática Bolivia insurgente. Esta patria que no ejerce tal potestad y es más para cuidarla que no se rompa que para ser cuidados por ella.