Renta petrolera en Bolivia, inversión energética en Perú

Boris Gómez Úzqueda*La actual administración estatal indicó que el monto que se obtendrá por “renta” de hidrocarburos durante 2012 será “mínimamente” 3.500 millones de dólares por concepto de regalías, participación e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). Cifra importante, aunque conceptualmente Bolivia sigue aferrada al paradigma del rentismo antes que la rentabilidad.En 2011, Bolivia percibió 1.994 millones de dólares por la -genéricamente denominada- “renta petrolera”. Siempre insistimos en dar el salto cualitativo de generar “rentabilidad” en vez de “renta” promoviendo que el Estado sea socio en proyectos joint venture de procesos de agregación de valor en vez de únicamente extender la mano y percibir la renta.El jefe de la administración estatal indicó, públicamente, que antes de 2005 -vale decir antes de la denominada “nacionalización” de hidrocarburos- el Estado percibía por renta unos 300 millones de dólares y que posterior a la política que su administración empujó en el sector percibirá más o menos 3.500 millones. Conceptualmente, la nacionalización causó retraso a procesos de industrialización a escala y es duramente criticada y desechada incluso por uno de los que fuera principal arquitecto del discurso político de esta administración. Reiteramos que ese “razonamiento” rentista continúa siendo un criterio del pasado. En vez de alegrarse por el rentismo, mejor hubiera sido que el jefe de la administración estatal haya sido quien dé el gran salto económico-político-social de impacto para el país, desde 2006 hasta esta fecha, en tres temas importantes: dotar al país de una nueva Ley de Hidrocarburos, atraer inversiones para procesos de industrialización a escala y haber impulsado el proceso de LNG (gas natural licuificado). Ninguna de esas condiciones mínimas para el desarrollo de la industria hidrocarburífera se ha cumplido y seguimos presos del rentismo, no importa si es más o menos el monto que el Estado percibe. Con relación al “éxito” del rentismo hay que ser honestos en destacar, y que parece que la administración estatal olvida, que los precios del barril de petróleo se han elevado los últimos años coincidentes con esta gestión, ergo, la renta se incrementó.Comparativamente con el Perú, vemos que la mentalidad y estrategia de ese país en relación con el tema de negocios en hidrocarburos han cambiado radicalmente hacia un positivismo que nos da envidia: mientras aquí se llenan la boca de rentismo, en el Perú están buscando metodologías corporativas para hacer participar al Estado peruano en negocios que generen rentabilidad con fuerte inversión extranjera.Sólo para argumentar algunos ejemplos: la estatal Proinversión, que es una agencia de búsqueda de inversiones peruana, indica que los proyectos concesionados a la fecha en el área de electricidad suman 4.600 millones de dólares y en el área exclusiva de proyectos de hidrocarburos en cartera suman 790 millones; los concesionados, a la fecha, totalizan 1.160 millones de dólares, entre ellos el sistema de abastecimiento LNG (el denominado LNG-pequeño) para el mercado nacional con una inversión de 400 millones de dólares que será adjudicado en el segundo trimestre de 2013, teniendo otros ocho proyectos que requerirán inversiones por 2.000 millones de dólares y que pronto serán adjudicados, teniendo en cuenta que se tiene una cartera total de 25 proyectos que significan inversiones de 10.000 millones de dólares. ¡Una danza de dólares! Mientras hablan de inversiones, de proyectos de estrategias a largo plazo, aquí se destaca el despilfarro de ingresos por rentismo y casos poco transparentes en el sector energético.La reflexión final: si Bolivia sigue en este círculo interminable y no rompe el falso-paradigma del rentismo, no existirán proyectos de escala que nos posicionen, verdaderamente, como país especializado en productos de valor agregado de gas natural. Pero a esta altura repetir y repetir lo mismo ya parece un contrasentido.*Catedrático en MBA-HidrocarburosPágina Siete – La Paz