Rogelio Núñez
Cuando los problemas internos acosan a un país algunos dirigentes reavivan las pasiones nacionalistas. Es lo que está ocurriendo precisamente en estos momentos en Bolivia: los enfrentamientos políticos entre Evo Morales y sus antiguos aliados sindicales e indígenas han propiciado que el Presidente relance sus viejos ataques contra Chile y Estados Unidos.
El analista político peruano Mirko Lauer lo decía claramente la semana pasada: “sus banderas indígenas ya se encuentran raídas, entre otras cosas por repetidos y ásperos choques con los indígenas mismos. Lo mismo pasa con la bandera de un socialismo boliviano, que no ha pasado de un estatismo”.
Y por eso Lauer concluía que para Morales “es hora de acudir al tema de la salida al mar, con la esperanza de que un timbre de nacionalismo pueda disimular el poco vuelo de todas las demás causas ideológicas. Pero Morales ha dado un paso más allá, al convertir el tema marítimo en una cruzada verbal antichilena. El lema elegido es que Chile amenaza a toda la región”.
En Bolivia es otra la mirada incluso en sectores ajenos al gobierno.
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Andrés Guzmán Escobari en el diario La Razón aseguraba el domingo pasado que “si observamos las encuestas de popularidad de los mandatarios bolivianos en los últimos años y los momentos en que se llevó el tema marítimo a los foros internacionales, podemos comprobar que esa afirmación no es cierta. Morales, quien es el que más se ha referido a este tema en el ámbito multilateral, mantuvo desde un principio un amplio apoyo del pueblo boliviano; igualmente pasó cuando Carlos Mesa llevó este asunto a la Cumbre de Monterrey (2004), su respaldo popular sobrepasaba el 70%…”.
La renovación de la campaña contra Chile
Efectivamente, el gobierno boliviano de Evo Morales está reimpulsando su campaña de reclamación a Chile para conseguir un acceso al mar. Más que en otras ocasiones el nivel de los ataques verbales contra el vecino del sur ha aumentado de forma considerable. Todo se reactivó cuando Evo Morales volvió a pedir en la ONU la renegociación del tratado con Chile de 1904, que supuso para su país la pérdida del acceso al mar: “Chile no puede ignorar el derecho boliviano y prolongar el encierro geográfico impuesto por la fuerza”.
Asimismo, emplazó de nuevo a Chile a “poner fin a un daño histórico” y al “enclaustramiento” de Bolivia mediante “un mecanismo de solución de controversias”, y solicitó el acompañamiento de la comunidad internacional.
El Tratado de Paz y Amistad de 1904 fijó la soberanía chilena sobre territorios que Bolivia perdió durante la Guerra del Pacífico, entre 1879 y 1884. Para Chile no hay nada que discutir pues existe tal tratado.
Pero lo peor vino días después cuando aseguró que “el gobierno de Chile no solamente es una amenaza para Bolivia sino también para Perú. Chile es un peligro para la región“. Lo hizo durante la III Cumbre de Jefes de estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes.
Y luego añadió que no podía “entender que algunas autoridades (de Chile) tengan esa mentalidad de invadir, amenazar cuando estamos en otros tiempos, no estamos en tiempos de colonialismo; amenazar con la fuerza es amenazar contra la vida, contra naciones, es una amenaza contra derechos”.
No es una ofensiva solo de Morales, pues todo el gobierno boliviano está plenamente inmerso en ella. El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, presidente en ejercicio por la salida de Evo Morales a Perú para asistir a esa Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes, consideró violento y agresivo el discurso del mandatario chileno, Sebastián Piñera, y del canciller de aquel país, Alfredo Moreno.
El presidente chileno había contestado a estos ataques afirmando que su país “cumple sus compromisos y en consecuencia tenemos un tratado firmado con Bolivia en 1904, hace más de 100 años, lo firmaron los Gobiernos, lo ratificaron los congresos y en consecuencia lo que esperamos de todos los países que quieren vivir en paz y armonía con el derecho internacional es que los tratados que se firman se respetan …Chile es un país amante de la paz, respetuoso del derecho internacional, siempre lo ha sido y siempre lo va hacer”.
En conferencia de prensa desde el Palacio Quemado, aseguró que el tono de los pronunciamientos de Piñera y Moreno demostraba la debilidad jurídica e histórica de Chile: “rechazamos el discurso agresivo y violento por parte del Gobierno Chile. Es inaceptable e injustificable, pero lo que hace esa violencia discursiva es mostrar la debilidad jurídica e histórica de sus argumentos, es una prueba más”.
Recordó que “el Tratado de 1904 fue firmado a punta de bala… El tema sigue pendiente y seguirá pendiente y en pleno siglo XXI un país moderno civilizado, que busca buenas relaciones con los vecinos, está obligado a cambiar de actitud, no se pueden mantener actitudes decimonónicas”.
Morales decidió a principios del año anterior, demandar a Chile ante el Corte Internacional de la ONU en La Haya con la intención de recuperar la soberanía marítima.
La ofensiva contra Estados Unidos
Esta elevación del tono contra Chile ha coincidido con renovados ataques a Estados Unidos.
Durante su discurso en la ONU calificó a Estados Unidos de terrorista (“no tiene autoridad moral para incluir a los países en la lista de promotores del terrorismo, especialmente cuando Estados Unidos, después de muchas intervenciones y muchas muertes, es el primer país del mundo en la práctica del terrorismo de Estado”)… y de hipocresía en la lucha que ha emprendido contra las drogas.
De forma irónica, Morales, anunció que “descertificaba” la lucha de Estados Unidos contra el narcotráfico después de que la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) indicara en un informe que el mercado de drogas ilegales sigue creciendo en el país norteamericano.
“Bolivia, por su parte, descertifica a Estados Unidos en su lucha contra el narcotráfico porque la Comisión Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (de Naciones Unidas) dice que el mercado de drogas ilegales sigue creciendo en Estados Unidos”, dijo Morales.
El mandatario boliviano criticó que la Casa Blanca “certifique y descertifique” la lucha contra el narcotráfico de los países latinoamericanos. “¿Acaso tienen legitimidad para hacerlo?, ¿Quiénes tienen realmente autoridad?”.
El reinicio de la tensión con el gobierno de Barack Obama se ha reactivado por la negativa de este país a extraditar a Bolivia al expresidente Gonzalo Sánchez de Losada. Morales mostró su descontento por tal decisión asegurando que la administración estadounidense “refugia a los delincuentes”: “ahora resulta que Estados Unidos es el refugio de los delincuentes, un paraíso de la impunidad que nunca respetó la dignidad y soberanía de Latinoamérica”.
La victoria de Hugo Chávez el domingo no ha hecho sino venir a reforzar las posturas que mantiene Evo Morales que considera el triunfo del líder bolivariano venezolano como un triunfo del “modelo antiimperialista, anticapitalista y antineoliberal… triunfo impresionante e impecable e inalcanzable y por eso nos sentimos orgullosos por el comandante Chávez y por todo el pueblo venezolano”.
Infolatam – Madrid