Jose Luis Exeni, vocal designado por el Poder Ejecutivo y que ejercía la presidencia de la Corte Nacional Electoral renunció en forma irrevocable. La decisión tomó de sorpresa a todos, pues, hace dos semanas Exeni, ante una ola de críticas, afirmaba que no renunciaría al cargo y por el contrario respondería con trabajo a los ataques de la oposición política.
A pocas horas de la difusión de su renuncia Exeni fue rápidamente reemplazado por la señora Roxana Ibarnegaray, en un acto realizado la noche de este ajetreado 1º de mayo en palacio de gobierno, en el cual, el presidente Evo Morales no pudo ocultar su molestia por la renuncia de este «compañero» y la dejó aflorar en su discurso.
Evo reiteró que nada detendrá las elecciones generales del 6 de diciembre y que el proceso seguirá con el apoyo del «pueblo» y de los compañeros que se sientan capaces de cumplir esta responsabilidad hasta el final, en una clara alusión de reproche por su «deserción» al renunciante Exeni.
La alocución del presidente no deja dudas que el objetivo del MAS es llevar adelante contra viento y marea la elecciones generales en diciembre, forzando procedimientos y pasando por alto cualquier irregularidad a fin de asegurarse la reelección antes de que los porcentajes de aprobación del gobierno desciendan a niveles inferiores al 40 por ciento.
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Según se sabe, la renuncia de Exeni, mas allá del argumento de «razones familiares», se debe a la encarnizada presión que sufrió de parte del gobierno para que «como sea» la Corte Nacional Electoral culmine el nuevo padrón biométrico, cruzando con masivas campañas de carnetización y garantice además el voto de bolivianos en el exterior, principalmente en aquellos países en que el presidente Morales cree contar con millares de simpatizantes y donde ya están trabajando embajadores y cónsules para asegurarle el triunfo.
Para nadie es desconocido la amistad y afinidad política que el periodista Exeni demostró hacia Evo Morales, lo que le valió su designación en el poder electoral, pero aún así, se dio cuenta que los problemas de orden técnico, económico, de tiempos y plazos, son impedimentos reales para llegar en condiciones aceptables de transparencia al verificativo del 6 de diciembre dentro y fuera del país y al parecer decidió pecar de «desertor» antes que hacerse cómplice de un proceso viciado por sospechas de fraudes pasados y que amenazan con volver a repetirse.
Al gobierno y al MAS no le interesan los problemas reales, sino los resultados políticos. La decisión esta tomada y se hizo evidente anoche cuando Evo conminó a la nueva Vocal Ibarneray a garantizar las elecciones de diciembre y antes que desearle suerte, en una velada amenaza, le dijo «espero no equivocarme con usted» (¿como lo hizo con Exeni?).
Habrá que esperar que la experiencia acumulada en los cuatro años que anteriormente ejerció como vocal ayuden a la señora Ibarnegaray a encarar el trabajo a marcha forzada que le imponen las circunstancias y a poner por encima de la presión política, su profesionalismo y su deber con el país.