Reprochan a Capriles falta de agresividad y de «malicia política» frente a Chávez
Ludmila Vinogradoff / Corresponsal en Caracas elpais.com
Nunca antes Venezuela había vivido tal duelo colectivo por una derrota electoral, la del pasado 7 de octubre, que ha sumido a las fuerzas políticas opositoras y a la mitad de la población en una profunda depresión. Lo reflejan las caricaturas, los artículos de prensa, toda clase de análisis y las caras largas de 6,5 millones de electores.
Tras la derrota, con ojos enrojecidos por las lágrimas, el jefe de la oposición, Henrique Capriles Radonski, convocó una rueda de Prensa en la que admitió que se sentía «golpeado» porque «quería ganar y estaba seguro de que iba a ganar», pero los resultados a última hora le dieron la espalda.
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Aún no ha habido tiempo para digerir el fracaso, cuando los venezolanos son llamados a participar en las próximas elecciones regionales del 16 de diciembre.
Y sobre el alicaído Capriles ya cae un tremendo aguacero de reproches. Varios analistas cercanos a la oposición le echan en cara su falta de agresividad, de astucia y de «malicia política» frente a Chávez.
«No me gusta pelear», dijo a ABC mientras Chávez lo barría a insultos
«No me gusta pelear», declaró a ABC, mientras el presidente venezolano lo barría a insultos. Capriles tomaba como ejemplo a Ghandi, se presentaba como el Mandela venezolano, ponía la otra mejilla. Y ahora una oposición que a duras penas lucha por mantener su frágil unidad le reprocha que no contraatacase a Chávez con argumentos tan contundentes como la corrupción, el monopolio de poderes, la falta de eficiencia en la producción de petróleo o las violentas amenazas contra la oposición. Puertas afuera, la oposición mantiene la apariencia de unidad. Pero la procesión va por dentro, y los cuchillos se lanzan desde medios de comunicación y páginas web más o menos cercanas a la oposición.
«Despotismo perdurable»
El analista Aníbal Romero en la página «El Republicano Liberal»echa en cara a Capriles que perdiera una oportunidad histórica. «Venezuela se ha convertido en el principal soporte de la perdurabilidad del despotismo castrista, pero de ello ni una sola palabra por parte del candidato unitario». Tras lo que añade: «Siento en la oposición un vacío espiritual, un ánimo de arreglo y contemporización a toda costa, una renuencia a llamar al pan, pan, y al vino, vino. Además, la negación del pasado en general, y de lo positivo de la República Civil en particular, es cuestionable. Negar el pasado es desnudar el futuro. Son actitudes que debilitan; actitudes repudiables que revelan carencias esenciales». Para concluir subrayando la abultada derrota y falsas expectativas generadas por Capriles: «Hubo un aumento de votos opositores, pero la derrota es la derrota y la del 7 de octubre fue contundente. Varias encuestas la pronosticaban, pero nosotros preferimos creer a las que generaban buenas noticias, pese a que tuvieran débil fundamento».
Capriles, de todas formas, preserva su liderazgo, y ya ha inscrito su candidatura para la reelección como gobernador de Miranda. Y ha prometido volver a hacer campaña pueblo por pueblo en apoyo del resto de candidatos opositores. «Hemos perdido una batalla, pero no la guerra», asegura Capriles intentando recuperar el ánimo de la oposición.
EFE. El excandidato presidencial opositor Henrique Capriles, en una rueda de prensa el martes pasado