Hay más de 1,7 millones de usuarios de Facebook en Bolivia. El Gobierno busca regular las redes sociales con el afán de evitar insultos contra el Presidente Morales.
Tuiteros y feisbukeros rechazan intento regulatorio del Gobierno
Los opositores también denuncian ataques de los oficialistas.
Internet. Usuarios de las redes sociales defienden el manejo de herramientas virtuales para expresarse con libertad
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Si el Twitter o el Facebook hubieran sido cortados o censurados, esta nota no existiría porque todos sus insumos, sin excepción, llegaron hasta EL DEBER mediante esas redes sociales.
Apelando a ese tipo de utilidad y al principio de libertad de expresión, tuiteros y feisbukeros, entre ellos los más seguidos de Bolivia, rechazaron la propuesta del Gobierno de regular las redes sociales con el fin de enjuiciar penalmente a aquellos que insulten al presidente Evo Morales.
Además, señalan que técnicamente es imposible controlar las cuentas porque la gran mayoría de aquellas que se ocupan de insultar y descalificar son falsas. La única manera de hacerlo, señalan, es cortar el acceso a las páginas de las redes sociales y eso sería ubicar a Bolivia en la poco honrosa lista de países censores de Internet como Cuba, China o Irán.
El cineasta Marcos Loayza comenta que la primavera árabe ha mostrado que, ni siquiera eso funciona, porque la gente se da modos para comunicarse con otras redes.
Algunos de los consultados también revelan que existe un grupo de activistas que responde al Gobierno y que se ocupa de acosar en el ciberespacio a aquellos que piensan diferente.
Y, los que defienden al Gobierno aseguran que la red está plagada de insultos racistas en contra del presidente Evo Morales y del vicepresidente Álvaro García Linera.
El analista Roberto Laserna, que tiene más de 1.700 seguidores en Twitter y conocido por su posición crítica al Ejecutivo, dice que pocos se libran del acoso en la red. “Se denomina troleo y a veces incluye amenazas. Estas deberían motivar una investigación, pero nuestra Policía no está capacitada para esos casos”, escribe.
El expresidente Carlos Mesa, que tiene más de 9.000 seguidores en Twitter, señala que hasta ahora no ha sentido una presión específica por sus opiniones, “salvo la negativa de pagarme mi pensión presidencial que estoy gestionando”.
Iván Arias, el municipalista que suma 8.000 miembros en sus dos páginas de Facebook, asegura que “desde hace unos meses ha entrado a mi Facebook un grupo de personas dedicadas a saturar y provocar con opiniones realmente ofensivas”. ¿Quiénes son? Difícil saberlo porque son cuentas con nombres falsos.
En contrapartida, Ximena Flores, exdiputada por el MAS y defensora del proceso de cambio, dice que “Evo, Álvaro y muchos de sus ministros, incluida Nemesia Achacollo, son objeto de permanente insulto”.
Como ejemplos, cita la página desmotivaevo y la del opositor Amílcar Barral, que “permanentemente, a nombre del ejercicio político y democrático, publica fotos que no coinciden con la descripción que hace”. Dice que eso sucedió con la foto de una supuesta hija de Achacollo, que en realidad era una secretaria del Gobierno que ya ni trabaja ahí.
La exdiputada masista y ahora embajadora en Alemania, Elizabeth Salguero, contesta: “De haber insultos hay, pero lo del control es difícil porque en las redes hay personas con identidades falsas y anónimas”
Samuel Doria Medina, jefe de UN y tuitero muy activo, considera que “este Gobierno tiene una doble moral, ya que hay más oficialistas que insultan y descalifican a los opositores en las redes sociales”.
El ciberactivista Mario Durán opina que “el Gobierno no puede controlar las redes sociales porque dependen de Estados Unidos y se someten a jurisdicción de ese país, salvo que bloqueen el acceso a las direcciones web en Bolivia, como en China, Cuba e Irán”.
PUNTOS DE VISTA DESDE LAS REDES
@roblaser (Roberto Laserna, analista)
Las redes son espacios de contacto y comunicación, pero también de expresión pública. Esa mezcla hace que sea difícil una regulación que viole la privacidad.
@carlosdmesag (Carlos Mesa, expresidente)
Sería absurdo que pretenda que todos quienes me respondan me elogien. Hay que estar dispuesto a recibir insultos sin mosquearse. Regular las redes es una forma de limitar la libertad de expresión.
@payorivero (Pablo Andrés Rivero, consultor en comunicación política)
Las expresiones racistas y discriminatorias son inaceptables, en Internet o en cualquier otro espacio público. Para preservar la integridad de las y los ciudadanos no se necesita equipos de control o seguimiento, sino aplicar las normas que ya hay al respecto.
@Prisi41Quiroga (Priscila Quiroga, presentadora de Cadena A)
Se debería conocer cuál es el procedimiento y bajo qué criterio se hace este tipo de controles, que definitivamente es limitar la libertad de expresión de los ciudadanos
@marcosloayza (Marcos Loayza, cineasta)
El machismo, el racismo se los tiene que superar vía educación, no vía decreto. Hay una modernidad que impide controlar las redes, salvo que se quiera volver al siglo pasado, donde la Internet era totalmente restringida.
El cambio llega por la Internet
Las redes sociales están cambiando el mundo, y a Latinoamérica en específico, en ámbitos que incluyen desde algo tan privado como cuando una persona comienza un noviazgo, hasta algo tan público como un político teniendo que dar cuentas a sus seguidores.
Según un informe del diario El Tiempo, de Bogotá, en Latinoamérica hay casi 109 millones de usuarios. Facebook es la favorita, incluso en Brasil, donde la red Orkut, de Google, había sido la preferida hasta hace algunos meses; la opción de Mark Zuckerberg ya es la más usada.
Bastante más abajo, pero con un nicho nada despreciable de 33 millones de personas y un crecimiento del 60% en el último año, se encuentra Twitter, el sitio de microblogueo donde muchos presidentes, ministros y alcaldes de la región están informando directamente a los ciudadanos sobre su labor y opinando sobre lo que sucede en el resto del mundo. En Bolivia, según el ciberactivista Mario Durán, apenas el 3,8% de los municipios en el país tiene acceso a la Internet, que además “es lento y caro”.
Las redes sociales se comenzaron a popularizar en Estados Unidos hace casi una década. Sitios como MySpace y Hi-5 empezaron a mostrar un cambio de actitud tras los primeros años de uso de Internet y la llegada de los nativos digitales: se perdió el miedo a compartir lo personal y el concepto de privacidad se diluyó. /El Tiempo
En otros países
– Espionaje. El corresponsal del diario El País de España en EEUU, David Alandete, reveló en el portal La Onda digital que la CIA gestiona una empresa, la Visible Technologies, dedicada a controlar las redes sociales para ver qué temas están en ciernes, qué ideas se propagan on line y qué nodos de la red ejercen más influencia.
– Censura. En China, Twitter y Facebook son bloqueados por el Gobierno, que no permite sitios web, blogs o cualquier dirección que suponga ‘riesgo’ a su libertad.
– Opositores. En Cuba y Venezuela los gobernantes utilizan las redes sociales para espiar y perseguir a los disidentes.
– Revuelta. A finales de enero de 2011 Egipto amaneció sin conexión a Internet y los celulares dejaron de funcionar. El entonces presidente Hosni Mubarak pretendía cortar la revolución.
Hay más de 1,7 millones de usuarios de Facebook en el país
Los ciberactivistas dicen que es difícil establecer un control.
PROPUESTA. El Gobierno busca regular las redes sociales con el afán de evitar insultos contra el Presidente.
Página Siete / La Paz, Bolivia – 24/10/2012
En el país hay más de 1,7 millones de usuarios de Facebook, según datos obtenidos de esta red social, y está en constante crecimiento, por lo que los ciberactivistas consideran que es imposible regular la difusión de mensajes como pretende el Gobierno del presidente Evo Morales.
En julio, según la página web www.educatic.org.bo, había 1.641.060 usuarios registrados en Facebook. La Fundación REDES, sobre la base de www.checkfacebook.com, reportó ayer que hay 1.778.580 personas que usan este medio en Bolivia.
Bajo el criterio de que Facebook y otras redes sociales son canales para insultar al presidente Evo Morales o para publicar mensajes racistas y discriminadores, el Gobierno pretende regular la publicación de mensajes a través de estos medios.
El presidente de la Fundación REDES, Eduardo Rojas, aseveró que “no hay ni hubo regulación de internet en otros países. Lo que hubo son muestras de autorregulación. Cuentas bloqueadas en Facebook o Twitter por motivos de racismo o xenofobia tienen su explicación en denuncias de actores multisectoriales sobre contenido ‘no apropiado’. Cuando se suman estas denuncias o mensajes de desaprobación social se promueve la sanción o baja de esas cuentas. En el proceso pueden intervenir gobiernos, actores privados, organizaciones sociales, académicos, ciudadanos de a pie (¡corrección, ‘e-ciudadanos’!)”.
Para el ciberactivista Julio Aliaga, en Bolivia no existen mecanismos tecnológicos como para controlar lo que se dice en las redes sociales. “Existe la posibilidad, en términos tecnológicos muy altos, de comprobar que realmente esto ha sido hecho en una computadora, pero es muy difícil comprobar que la cuenta de una red sea efectivamente de la persona. No creo que acá se tenga esa sofisticación”.
El planteamiento de controlar el contenido de Facebook desde las instancias gubernamentales generó repercusiones en esa red social, desde quienes rechazan esta posibilidad, que son una mayoría, y entre quienes están de acuerdo con que se debe establecer un control para evitar los insultos.
La Ley contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, en su capítulo 6, también establece que los medios de comunicación, entre ellos internet, “eliminen de sus programaciones lenguajes, expresiones y manifestaciones racistas, xenófobas y otros de contenido discriminatorio”.
Para los partidos de oposición, con el anuncio de regular las redes sociales, el Gobierno está buscando amedrentar a quienes critican o denuncian irregularidades en el Órgano Ejecutivo.