El Presidente llegó con su lista de acusados por el “golpe de Estado” hasta la asamblea de la ONU. Una analista considera que es cautivo del ala dura del MAS y que sufrió un “desgaste prematuro”.
Baldwin Montero / La Paz
Este espacio se encontraba reservado para una entrevista con el presidente Luis Arce Catacora, pero ello no fue posible pese a las gestiones que realizó este medio. En cambio, ofrecemos a nuestros lectores un perfil para mostrar algunos de los rasgos más distintivos de su forma de gobernar en este su primer año de gestión.
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Y no es posible hacerlo sin relacionar su labor con la influencia del expresidente Evo Morales. Motivos sobran: fue su jefe durante 13 años, impulsó su candidatura a la Presidencia en 2020 y ahora es su jefe político.
Pese a ello, el economista que fue considerado el cerebro del crecimiento boliviano en la era Morales ha comenzado a dejar marcas de su propio estilo: confrontacional y reacio a cerrar las heridas que dejó la crisis de 2019 en otros términos que no sean los que defina su partido, pero, además, esquivo a la hora de atender personalmente los conflictos sociales o relacionarse con los medios de comunicación.
Con matices, algunos analistas consideran que, además, reluce su fidelidad con la línea de gobierno que dejó trazada el ahora jefe de su partido y hasta lo ven cautivo del núcleo duro del Movimiento Al Socialismo (MAS), con el que convivió durante sus años como ministro.
Un rasgo que tampoco pasa desapercibido, y que fue más notorio durante la primera mitad de su gestión, es el empeño que pone para lograr un nivel de popularidad al menos cercano al de Morales. Arce mostró sus pasos de morenada en las fiestas, jugó básquet en canchas de barrio, dictó clases virtuales desde su despacho, amenizó encuentros políticos guitarra en mano y cantó codo a codo con artistas de reconocida trayectoria.
Una de sus presentaciones más recordadas ocurrió después del almuerzo que ofreció a los asistentes a la Sesión de Honor por los 196 años de Independencia de Bolivia. Subió al escenario junto al afamado grupo Savia Andina y cantó La Caraqueña, de Nilo Soruco con la letra cambiada, canción que en los años 70 era usada para expresar rechazo a las dictaduras militares: “Ya la pagarán, fachos de mierda…”.
Aquella vez, Arce no aludía a los militares golpistas, sino a los civiles, policías, militares, diplomáticos y a todos quienes en noviembre de 2019 tuvieron algo que ver con el gobierno de transición de Jeanine Añez, al que califica de golpista absolutamente en todos sus discursos.
En su primer mensaje como presidente, se refirió en cuatro oportunidades al “golpe de Estado” y al daño que causaron al país sus autores. “Hoy, nuestra Patria enfrenta una triple crisis iniciada en noviembre de 2019 con el golpe de Estado y profundizada con la pandemia”, dijo en una de ellas.
El resto del año repitió el mensaje y subió el tono. El 6 de agosto, en el acto principal por el aniversario patrio, anunció que no descansará hasta que se sancione a los autores del “golpe”, incluidos “sus cómplices internacionales”.
Un mes después, durante su intervención en la 76ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, metió en la bolsa de los responsables de la “ruptura del orden constitucional” a policías, militares, cívicos, miembros de la Iglesia Católica, medios de comunicación, al anterior gobierno de Argentina, a la OEA y a la Unión Europea.
Su osada intervención en el foro internacional causó que la UE emita un comunicado recordando que en 2019 no participó en ninguna ruptura del orden constitucional, sino en un proceso de pacificación, mientras que la OEA ratificó los resultados de la auditoría electoral que encontró irregularidades en la elección del 20 de octubre de ese año, motivo por el que luego hubo una revuelta popular que derivó en la renuncia de Evo Morales.
Para el analista político Carlos Cordero, el discurso confrontacional de Arce responde a un cálculo político de distribución de roles con Morales y el vicepresidente David Choquehuanca.
“Luis Arce tiene el discurso del guante de hierro. O sea que el MAS tiene un discurso suave (Choquehuanca) y tiene un discurso duro. ¿Y qué hace Evo Morales? Él distrae a la opinión pública, hace declaraciones irritantes en todo momento, para entretener, mientras Arce gobierna tranquilamente. Creo que hay funciones diferenciadas que les permiten avanzar en la gestión sin grandes sobresaltos”, opinó.
Para el analista Marcelo Arequipa, Arce comenzó su gestión con un perfil tecnocrático y hasta casi alejado de la política, lo que, sin embargo, cambió a partir del 6 de agosto. “Es el momento en el que comienza otro capítulo del Presidente, y es un capítulo más bien signado por una suerte de afán de mostrar un liderazgo fuerte, un liderazgo duro y sintonizar con la tensión política latente: el golpe de Estado”, opinó durante una entrevista televisiva. En su criterio, esta es una postura “más fabricada” que propia de Arce.
La socióloga y maestra en Ciencias Políticas María Teresa Zegada tiene una lectura parecida. Para ella, esta postura tiene que ver con la influencia del ala dura de su partido. “Lo que yo veo es que el presidente Arce es cautivo de la línea política y del grupo del expresidente Morales. No se ve que haya asumido un vuelo propio. (…) Uno lo podría poner a Arce como parte de esta ala dura por esta situación, donde hay una especie de cumplimiento en la línea esta del expresidente Morales, sobre todo en sus discursos”, afirmó.
Para la especialista, Arce mantuvo además un perfil bajo y esquivo a la atención directa de los problemas sociales, lo que, en su criterio, contribuyó en parte a su “devaluación prematura”.
“No se percibe en el presidente una atención directa a los sectores. Por ejemplo, la marcha indígena reclamó la presencia del Presidente para dialogar con ellos y él no se presentó. Tampoco está presente en el diálogo con otros sectores. Tiene un estilo de gestión bastante invisible, bastante blindado de los problemas de la sociedad”, señaló.
Cordero discrepó con esta percepción. Opinó que el presidente Arce eligió los temas en los que intervenir y logró mantener una buena percepción ciudadana tras un año de gestión.
“La percepción de la gente es que Luis Arce como presidente ha logrado pasar el temporal de las crisis económicas y de salud. El pueblo no se ha movilizado contra él, se ha movilizado contra las leyes que ha intentado llevar adelante la Asamblea y no lo ha desportillado en nada. Creo que todo eso termina en que la imagen de Luis Arce está muy cercana a la votación del año 2021”, dijo el analista.
Arce ganó las elecciones generales con el 55,1% de respaldo en las urnas, más de 26 puntos porcentuales por encima de su inmediato seguidor, el expresidente Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC).
Una encuesta realizada en septiembre por la empresa Cultura Interactiva para Página Siete estableció que disminuyó la confianza en el Presidente, así como la calificación de su gestión de gobierno. El porcentaje de quienes calificaron su gestión como “buena” y “muy buena” bajó de 33% (resultado de julio) a 29,5%.
Por otro lado, el porcentaje de quienes calificaron su confianza en el presidente Arce como “mala” o “muy mala” subió del 35,8% al 43,9%.
“Lo que yo veo es que el presidente Luis Arce es cautivo de la línea política y del grupo del expresidente Morales”.
María Teresa Zegada
“El pueblo no se ha movilizado contra él, se ha movilizado contra las leyes que ha intentado llevar adelante la Asamblea”.
Carlos Cordero
Página Siete gestionó una entrevista con el Presidente
Para entregar a sus lectores un panorama completo de evaluación del primer año de gestión del presidente Luis Arce Catacora, Página Siete gestionó una entrevista con el Jefe de Estado. El pedido, sin embargo, no obtuvo respuesta.
La entrevista fue solicitada mediante una carta enviada la pasada semana a la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón. La misma fue recibida en su despacho el jueves 28 de octubre.
En ella, la directora de este medio de comunicación, Mery Vaca, explica que el motivo es evaluar el primer año de gestión de Arce y anticipa que el contenido se publicará este domingo en el periódico impreso, en la edición digital y en las plataformas multimedia de este medio.
Expresa, además, su deseo de que esta vez sí se acepte la solicitud, ya que requerimientos similares realizados con anterioridad ante otras instancias no recibieron respuesta alguna.
La última solicitud recibió el mismo trato, por lo que Página Siete no pudo incluir la voz del principal actor en la serie de reportajes elaborados con motivo de su primer año al mando del país, los mismos que se publican entre este domingo y el lunes.
Arce Catacora juró a la Presidencia el domingo 8 de noviembre de 2020, luego de haber ganado las elecciones generales del 18 de octubre de ese año con el 55,1% de respaldo en las urnas, 26 puntos por encima de su principal opositor, el expresidente y líder de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa.
Fuente: paginasiete.bo