Inmigrantes: Hay 4.000 en lista de espera para retornar a sus países de origen

Madrid destinará más dinero a los programas de ayuda para inmigrantes que quieran volver.

“Fui a Brasil porque me ofrecieron un sueldo de $us 200”.

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Un bebe de padres bolivianos, primer niño nacido en España en 2008. Valencia. – EFE

La Prensa

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Esperan más subvenciones

Elmundo.es.- El Gobierno español dará más dinero a las ONG para que puedan desarrollar sus programas de ayuda a los inmigrantes que quieren regresar a su país y no tienen medios económicos para hacerlo. Actualmente hay más de 4.000 extranjeros en lista de espera para recibir estas subvenciones, que consisten, fundamentalmente, en dinero de bolsillo y un billete de ida en avión.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, explica que “el Gobierno es consciente” de que los programas de ayuda social al retorno pueden “acabar necesitando más recursos” de los que inicialmente se previeron. “Probablemente tendremos que acompañarlos con más medios económicos”.

Actualmente, el Gobierno tiene un presupuesto de 5.220.000 euros anuales (6.983.000 dólares) para estos planes, pero la caja se está agotando.

“Si mantenemos la cantidad inamovible, tendremos que acotar el ritmo de ayudas”, vaticina el Ministro, quien quiere evitar que se formen “bolsas de peticiones de viajes” y caer así en “la contradicción” de “dar instrumentos para facilitar el retorno y que la gente quisiera irse y no pudiera”.

Corbacho no ha decidido aún en qué cantidad se incrementará este fondo, pero ya ha hablado del asunto con María Teresa Fernández de la Vega, en el marco de la comisión delegada para asuntos de inmigración, y la Vicepresidenta primera del Gobierno le ha dado el visto bueno.

Por eso, adelantó que, por un lado, la Secretaría de Estado de Inmigración se va a poner a trabajar a lo largo del próximo mes en hacer una previsión de lo que se necesita de cara a solicitar una ampliación presupuestaria.

Por otro lado, y de forma paralela, se van a seguir concediendo esas ayudas sociales con el fin de “que las peticiones no queden paralizadas”.

Corbacho puntualizó que el incremento de las dotaciones se haría de forma inmediata, sin necesidad de pasar por el Consejo de Ministros.

Para atender casos de vulnerabilidad, entidades como la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la Cruz Roja, la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM), Cáritas o el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) apoyan a inmigrantes en riesgo de exclusión social con una pequeña cantidad para los gastos de viaje —en torno a 50 euros (66 dólares)—, un billete de avión y, en ocasiones, un dinero para ayudarles a establecerse en el país de origen.

El Gobierno español invierte más de cinco millones de euros en estos programas. Pero la caja se agota.

“Fui a Brasil porque me ofrecieron un sueldo de $us 200”

Daysi Siñani Mamani.- Hace cuatro años que viajé a Brasil para trabajar en costura y aunque no tenía experiencia, la persona que me llevó me dijo que no importaba. Tenía 19 años y me aventuré porque me ofrecieron un sueldo de 200 dólares al mes.

Estaba en la Ceja cuando me encontré con una amiga, quien me animó a irme. Ella me dijo que me presentaría a don Max. Así fue, hablamos con él y me animó más. “Vas a comenzar como ayudante de overloquista —me dijo—, ganarás 200 dólares, luego tu sueldo va a ir aumentando y a medida que aprendas sacarás más”.

Además, me dijo que los papeles no importaban, ya que íbamos a ir por Paraguay y ahí no hay mucho control.

Acepté, y a pesar de que toda mi familia se opuso, alisté mis maletas y me fui. Viajamos entre cinco personas; yo era la única mujer.

El viaje fue por escalas: Cochabamba, Santa Cruz, Asunción (Paraguay), y cuando llegué a la Ciudad del Este, frontera con Brasil, me quedé una semana y media, y recién llegué a Sao Paulo.

Llegamos a la casa de don Max, que está en la zona Parí en Sao Paulo, un barrio donde viven bolivianos. Me dijo que me acomode en un cuarto donde dormían otras tres chicas; los varones fueron a otra habitación, donde también ya había otros chicos.

Al principio no pude acostumbrarme por el clima, demasiada calor, y como yo soy de un lugar frío (El Alto), era más difícil para mí.

Luego comencé a trabajar entre 14 y 16 horas, me levantaba a las siete o seis de la mañana y trabajaba hasta las diez de la noche.

Cuando llegó el fin de mes, yo creí que me pagarían lo que me prometieron, pero sólo me cancelaron 150 dólares, entonces reclamé y me dijeron que era porque era aprendiz.

Después conocí a otros bolivianos e incluso me encontré con familiares, ellos me dijeron que dejara ese trabajo. Así, tuve otro empleo.

Ahora gano 300 dólares cada mes y puedo ahorrar. Por eso siempre vengo a visitar a mi familia y a darle un poco de lo que gano.

Fue muy difícil acostumbrarme, pese a que vivimos entre bolivianos. Por ahora pienso volver (a Brasil).